El fallo se basa en que el exjefe inteligencia de la Policía Bonaerense durante la última dictadura levantó el pasado sábado 20 una huelga de hambre que había comenzado el 26 de julio para apoyar su reclamo de que se le conceda la prisión domiciliaria, que le fue otorgada en dos causas pero negada por el juez Kreplak.
El magistrado cita que el expolicía, de 87 años, comenzó a ingerir alimentación de modo espontáneo, y que la medida fue señalada por los peritos del Cuerpo Médico Forense y la Procuración General de la Nación que lo revisaron como causa del deterioro físico de Etchecolatz. A raíz de ello, el 11 de agosto aconsejaron su internación en un hospital fuera de la cárcel "para su mejor control clínico y de laboratorio".
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El fallo se basa en que el exjefe inteligencia de la Policía Bonaerense durante la última dictadura levantó el pasado sábado 20 una huelga de hambre que había comenzado el 26 de julio para apoyar su reclamo de que se le conceda la prisión domiciliaria, que le fue otorgada en dos causas pero negada por el juez Kreplak.
El magistrado cita que el expolicía, de 87 años, comenzó a ingerir alimentación de modo espontáneo, y que la medida fue señalada por los peritos del Cuerpo Médico Forense y la Procuración General de la Nación que lo revisaron como causa del deterioro físico de Etchecolatz. A raíz de ello, el 11 de agosto aconsejaron su internación en un hospital fuera de la cárcel "para su mejor control clínico y de laboratorio".