¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

12°
29 de Junio,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Celedonio Flores: “Y cantó la miseria su canción de invierno”

Lunes, 27 de enero de 2025 01:00

"Y cantó la miseria su canción de invierno". Si esta justa y descomunal expresión poética de Celedonio Flores (1896-1947), tan llena de contenido y vivencia, hubiera sido pensada para estos tiempos, ninguna otra adjetivación lograría pintar mejor las experiencias que viven el mundo y en particular el pueblo argentino en este largo tiempo de miserias humanas.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

"Y cantó la miseria su canción de invierno". Si esta justa y descomunal expresión poética de Celedonio Flores (1896-1947), tan llena de contenido y vivencia, hubiera sido pensada para estos tiempos, ninguna otra adjetivación lograría pintar mejor las experiencias que viven el mundo y en particular el pueblo argentino en este largo tiempo de miserias humanas.

La totalidad particulariza su contenido y podríamos decir que nada exceptúa. Mirando a la distancia y aquí cerca, repite el texto su extensión, su exactitud y riqueza."Porque vi el desfile de las inclemencias, con mis pobres ojos, llorosos y abiertos".

A continuación, viene la pintura fuerte y rigurosa en el concepto. "Y en la triste pieza, de mis buenos viejos, cantó la pobreza, su canción de invierno".

Con esto solo ya deberíamos cerrar el tema e irnos. íQué otra construcción gramatical puede mejorar su calificada realidad y sensatez! Sin embargo, la tiene, cuando dice: "Me fui modelando en barro, en miseria, en las amarguras que da la pobreza". "En la rebeldía del que es fuerte y tiene que cruzar los brazos cuando el hambre viene".

Da para tanto su hermenéutica, que podríamos resumir, con holgura que es un compendio de información, de vivencias y comportamiento de una sociedad que no logró modificar su injusta manera de vivir, en siglos de mención.(La República de Platón) Reconocimiento de filósofos, sociólogos y economistas contemporáneos.

Las penurias e injusticias existieron siempre, más aún, vienen adosadas, impresas en el corazón de los hombres. Su desarrollo y realismo no conoce límites, tampoco compasión. Organismos internacionales de prestigio, creados con la intención de combatirla, constituyen el mayor peligro; con su política anti vida incrementan el crecimiento miserable de pobreza espiritual y psicosocial. Nadie duda hoy la oscura razón de su existencia. Como las varias veces millonarias sumas de dinero invertidas para el control de la natalidad; léase aborto legal, seguro, y gratuito. La cuestión es que la miseria se vistió de mil maneras a lo largo de la historia, el hambre fue lo más notorio, pero el resto no se salvó. Allí aparece el analfabetismo, la violencia y barbarie contra la mujer y los niños en sus diferentes expresiones.

La infame y maldita corrupción y la no menos despreciable impunidad. Por esta época, como todo eso parece poco, se suma una extraña y perversa enfermedad matando personas en todas las latitudes. Su fuerza radica en el desconocimiento y la tristeza que deja a su paso. A esto debemos agregar su frenética difusión por la prensa en una loca carrera de "clarividentes", acercando a la población a la confusión y desconcierto, cuando no a la desesperada búsqueda de algún tipo de salvavidas. Y allí entra todo tipo de curación. ¿A qué viene el epígrafe? Nos pusieron a prueba y respondimos de la manera presumida. Cuando la miseria construyó sus cimientes, conocía la debilidad del ser humano y encontró en "él" mismo a su mejor aliado o cómplice. El resto y resultado era cuestión de tiempo. . . y está a la vista. Pero, olvidar la conciencia, juez inapelable e insobornable, puede constituir el pasaporte a una vida miserable, vacía, sin sentido. Muy cercana al infierno. íNadie está a salvo de su veredicto!

No obstante, se respiran nuevos y esperanzadores aires en nuestro país, haciendo recordar la inefable "ley de la compensación", o si usted quiere, "no hay mal que dure 100 años". No sabemos cómo terminará, pero el solo hecho de juzgar tanta mafia y corrupción, da muestras el gobierno de asumir un compromiso, creando un clima diferente, que hace pensar y mirar el horizonte con optimismo. El resto lo hacemos nosotros; es decir, el pueblo. . . y la ayuda de Dios.

 

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD