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27 de Junio,  Jujuy, Argentina
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"Siempre que se reconozca abuso hay que sacarlos de ese núcleo de conflicto"

Es licenciada en Psicología, docente de la Universidad Católica de Santiago del Estero (Ucse), miembro y docente de la Biblioteca Analítica Jujuy y se refirió al abordaje de abusos en adolescentes. Advirtió que en esos casos hay que alejarlos y explicarles que el daño lo pueden superar. Afirmó que los abusos intrafamiliares que no se expresan por temor, históricamente fueron silenciados.
Martes, 09 de noviembre de 2021 00:59

En un contexto como el actual en Jujuy con al menos dos docentes denunciados por abuso, El Tribuno de Jujuy consultó a la psicóloga sobre el abordaje de los jóvenes abusados, y explicó que hay que sacarlos de ese núcleo de conflicto y no hacerles creer que el hecho los perjudicó para siempre, sino que es absolutamente sorteable. Planteó que pese a todo, la escuela es el último bastión de protección y consulta. Instó a no inventar un daño donde no hay, pero no dejar de ver donde sí los hay. Dijo que hay casos intrafamiliares que están naturalizados y a veces se priorizan los lazos familiares.

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En un contexto como el actual en Jujuy con al menos dos docentes denunciados por abuso, El Tribuno de Jujuy consultó a la psicóloga sobre el abordaje de los jóvenes abusados, y explicó que hay que sacarlos de ese núcleo de conflicto y no hacerles creer que el hecho los perjudicó para siempre, sino que es absolutamente sorteable. Planteó que pese a todo, la escuela es el último bastión de protección y consulta. Instó a no inventar un daño donde no hay, pero no dejar de ver donde sí los hay. Dijo que hay casos intrafamiliares que están naturalizados y a veces se priorizan los lazos familiares.

¿Es difícil que el alumno cuente un caso de abuso? ¿Cómo deberían actuar los padres?

-Estas problemáticas puntuales de la que habla se dicen a veces en el consultorio, en el marco de la intimidad del encuentro con un terapeuta y a veces la familia puede desconocer la situación, o tardíamente enterarse de esa situación. El Estado responde con más organismos que traten de controlar estas situaciones y paralelamente las situaciones son irrefrenables, no porque no han existido antes sino ahora las familias más humildes y las familias de clase media recién se están animando a denunciar, a decir más públicamente las cosas, judicializándolas.

Si no las judicializan quedan en el contexto de algunas situaciones familiares cerradas. Volviendo al tema, ¿por qué están ocurriendo?, siempre ocurrió, en la humanidad, el hombre y la mujer tienen a veces conductas irrefrenables, que hoy tienen el contexto de riesgo en los ámbitos donde corre la droga, a lo mejor la pornografía y nadie está enterado, pero cuando se escarba se empieza a armar un rompecabezas infinito. Puntualmente en mi práctica clínica algunas situaciones que me enteré han sido en el marco del consultorio, en el colegio secundario donde trabajaba, una vez que los jóvenes me habilitaban a hablar, a romper con el pacto de respeto por sus palabras yo podía hablar con los padres. Para los padres era un azoro muchas veces y en otras situaciones era algo conocido pero muy silenciado. Hay cosas de los desbordes a todo nivel de lo que uno se imagina.

¿En torno al abuso, muchas veces es intrafamiliar?

-En las cuestiones intrafamiliares no solamente existe el abuso sexual, sino la violencia, abuso de poder, económico en relación a los padres que no están juntos. El abuso muchas veces está intrafamiliarmente naturalizado, muchas veces no se denuncia porque el proveedor o proveedora puede castigarlos, hay pactos de silencio porque se priorizan los lazos familiares que no se rompan a tener que cruzar lanzas con estos excesos.

¿Cómo se logra que rompa el secreto ante la amenaza del abusador?

-Desde los avances judiciales, lo social, el destape en torno a los ministros de la Iglesia y cada vez tenemos pedidos de perdones. Los pedidos de perdón no resuelven nada. Los actos de abuso intrafamiliar o que hayan sucedido en ámbitos donde no quieren delatar situaciones por el riesgo que significa, se han silenciado históricamente. Una cosa son los juegos infantiles sexuales que existen en todo ser humano, la erotización de la infancia, combatida por ciertas corrientes de pensamiento, existen. Ahora cuando se trata de un niño o un adolescente en una desproporción de lugar, poder, situación social, económica, emocional, ahí es donde se debe interpretar del orden de lo que el sujeto diga que le ha hecho daño.

Hay que respetar esa línea, no inventar un daño donde no hay, pero no dejar de ver donde lo hay. Cuando te encontrás con una familia que quiere atenuar con la idea de que la unión familiar es prioritaria, no sabemos las consecuencias, pero alguna va a haber siempre. En el marco de las escuelas, el colegio es uno de los últimos de los bastiones que está quedando de protección, consulta y declaración de estas cosas porque los chicos podían hablar con ciertos profesores o en el gabinete.

Sin embargo, se dan casos donde tienden a no ser escuchados...

-No es un enunciado universal, digo que el colegio quedó para muchos jóvenes como reducto. Hablo del colegio donde trabajé donde se tenía un respeto absoluto por el joven y la familia, pero no quiere decir que en los colegios no ocurran abusos y los jóvenes o adolescentes no denuncien por miedo. Ahora se animan un poco más porque está socialmente bien visto que uno pueda visibilizar estas cosas que antes se tapaban por el prestigio tanto personal como institucional.

¿Cómo se trabaja cuando alguien expresa algún tipo de abuso?

-Siempre y cuando el sujeto reconozca que eso ha sido para él o ella, sacarlo de ese núcleo de conflicto y jamás hacerlos creer que eso lo ha perjudicado para siempre y que de eso no se sale, todo lo contrario, que se puede elaborar, mirar las situaciones desde otra perspectiva y que es absolutamente sorteable. Desde el psicoanálisis no trabajamos desde el sujeto del perjuicio sino con el sujeto de la responsabilidad, de aprender a vivir de otra manera. Es mirar los actos que ha vivido tanto en la infancia como en la adolescencia, saber hacer con todo eso para armar una argumentación subjetiva más interesante, un modo de mirar la vida desde otro lugar que no sea simplemente desde el dolor.

¿Cree que es importante la Educación Sexual Integral (ESI) para que puedan identificar el abuso?

-Creo que aporta mucho. En los años 80 cuando vivía en Tucumán, en un colegio sin darme cuenta daba clases de educación sexual. Entonces no se problematizaba tanto como ahora, donde hay que pedir permiso a los padres, hay algunos en desacuerdo como si la accesibilidad de la información no la tuvieran al alcance con un celular. Lo que se hace es informar a los sujetos jóvenes, niños de ciertas cuestiones y probablemente eso sirve y abre una puerta de otra mirada diferente a la naturalización de ciertos actos que hasta ese momento eran de puro sometimiento, los puedan releer de otra manera. Ahora lo que el sujeto sea capaz de hacer con su vida, con su estructura clínica, lo vamos a tener que trabajar nosotros, el mundo" psi" está para eso.

 

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