El ejército iraquí intentaba preparar, junto a la
milicias chiítas, una contraofensiva para arrebatar al grupo
Estado Islámico (EI) la ciudad estratégica de
Ramadi, cuya pérdida ha supuesto un duro revés para
Bagdad.
Los vehículos de los milicianos chiitas se dirigían hacia la capital de la provincia occidental de Al Anbar, de mayoría sunita, donde las fuerzas gubernamentales lograban hacer frente a duras penas a los yihadistas.
La caída el domingo de Ramadi, a unos 100 km al oeste de Bagdad, es la peor derrota militar que ha sufrido el ejército iraquí desde que se inició a principios de año, la ofensiva para detener el avance de los yihadistas.
El primer ministro iraquí, Haider al Abadi, Estados Unidos y las autoridades religiosas sunitas de la provincia de Al Anbar, se habían mostrado reticentes a que los grupos apoyados por Irán se desplegasen en la zona, y habían optado por favorecer el desarrollo de fuerzas locales.
Pero los líderes de las milicias chiítas afirmaron que el gobierno no puede prescindir de las llamadas "Unidades Populares de Movilización". Portavoz de Ketab Hezbolá, grupo paramilitar chiíta, informó que su organización se desplegaria sobre Ramadi en tres direcciones diferentes.
El ejército iraquí intentaba preparar, junto a la
milicias chiítas, una contraofensiva para arrebatar al grupo
Estado Islámico (EI) la ciudad estratégica de
Ramadi, cuya pérdida ha supuesto un duro revés para
Bagdad.
Los vehículos de los milicianos chiitas se dirigían hacia la capital de la provincia occidental de Al Anbar, de mayoría sunita, donde las fuerzas gubernamentales lograban hacer frente a duras penas a los yihadistas.
La caída el domingo de Ramadi, a unos 100 km al oeste de Bagdad, es la peor derrota militar que ha sufrido el ejército iraquí desde que se inició a principios de año, la ofensiva para detener el avance de los yihadistas.
El primer ministro iraquí, Haider al Abadi, Estados Unidos y las autoridades religiosas sunitas de la provincia de Al Anbar, se habían mostrado reticentes a que los grupos apoyados por Irán se desplegasen en la zona, y habían optado por favorecer el desarrollo de fuerzas locales.
Pero los líderes de las milicias chiítas afirmaron que el gobierno no puede prescindir de las llamadas "Unidades Populares de Movilización". Portavoz de Ketab Hezbolá, grupo paramilitar chiíta, informó que su organización se desplegaria sobre Ramadi en tres direcciones diferentes.