¿Un asado en Ecuador? Por supuesto que sí. Y fue posible el último sábado por la noche centroamericana. Allí, el sabor del plato argentino por excelencia se disfrutó a media hora de Quito, gracias a Maximiliano Martínez, el jujeño que lo preparó para compartir con sus compañeros del equipo donde despliega su juego con la camiseta del Club Deportivo La Unión, desde hace un tiempo.
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¿Un asado en Ecuador? Por supuesto que sí. Y fue posible el último sábado por la noche centroamericana. Allí, el sabor del plato argentino por excelencia se disfrutó a media hora de Quito, gracias a Maximiliano Martínez, el jujeño que lo preparó para compartir con sus compañeros del equipo donde despliega su juego con la camiseta del Club Deportivo La Unión, desde hace un tiempo.
Y es que con la complicidad de su abuelo y su hermano el joven de 32 años, logró abrazar el deporte como su profesión soñada, vocación que a la vida agradece por llevarlo a transitar.
El camino más preciado lo inició desde que tuvo uso de razón. Cuando por primera vez una pelota marcó aquél destino que le indicaba el lugar donde tenía que brillar. Y donde hoy está. "Para mí el fútbol es todo", dijo Maximiliano Martínez, al comenzar su relato luego de ser el asador en una velada con sus pares. "A ellos les encanta y saben cómo es la cultura en Argentina. Soy el único extranjero en el equipo", aseguró el deportista que realizó una carrera meritoria antes de arribar al país de amplia riqueza cultural.
Llevó su juego como volante central a Bolivia, Perú, Portugal y El Salvador; cuatro países que le abrieron las puertas para que logre mostrar su talento sobre el césped, haciendo lo que más ama.
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Es que más allá de lo que significa el deporte en sí, su carrera fue encontrando un rumbo especial; desde siempre, comprometido con ese anhelo y trabajando con esfuerzo por ello. "Mi experiencia es positiva, en la actualidad, estamos en las finales, peleando el campeonato", contó con orgullo Martínez, quien se formó en las inferiores de Gimnasia y Esgrima de Jujuy.
La base de sus principios y valores fue -desde el inicio y así a través de diecisiete clubes- fruto de su constancia, en la que da el ciento por ciento. "Como vivencias en lo deportivo, puedo decir que me han tratado muy bien. He jugado siempre en la misma posición -de 10- pero para mantenerme tuve que seguir un proceso, por mis características físicas soy más técnico", expresó el futbolista que hoy disfruta de un presente bienaventurado.
Es que Ecuador a nivel de selección es un reflejo del crecimiento que vienen sosteniendo los clubes. Uno de ellos, donde se encuentra este armador de tácticas y que lleva adelante en el equipo que lindas alegrías le fue brindando. "Es muy bueno el fútbol ecuatoriano, se nota el crecimiento porque no es lo mismo que años atrás. Aquí los jugadores son fuertes y saben sacar ventaja por su porte y resistencia", comentó.
Los vínculos son fundamentales para conocerse mejor y establecer un desarrollo colectivo. Por eso, con respecto a su entorno, el jujeño aseguró que se siente contenido; al ser el único integrante que pertenece a un país diferente.
"Soy el argentino, siento su respeto porque soy un jugador mayor con 32 años", dijo quién -orgulloso de sus raíces- comparte la idiosincrasia de la provincia que lo vio nacer. "Cuando me preguntan de qué lugar de Argentina soy, les muestro fotos de mi Jujuy querido. Les digo que soy del Norte, donde hay montañas y que siento donde estamos aquí en Ecuador, tiene un parecido; por su paisaje", contó el ya asador oficial del equipo.
Como son días especiales, con el grupo permanece dentro de la entidad deportiva, en concentración absoluta para lo que se viene.
"Mis días comienzan con el desayuno, el entrenamiento y la investigación para ser director técnico porque entiendo que como jugador me falta poco para finalizar mi carrera", aseguró el jugador del club que le dio la posibilidad de crecer todavía más.
"Nunca me había imaginado terminar mi carrera en Ecuador, quizás pensaba que sería en Bolivia porque ahí estuve cinco años de mi vida. Y aquí vine en 2020 y me volví a ir; pero esto se trata de saber aprovechar las oportunidades y se dio", destacó el jujeño que guarda en su corazón los primeros tiempos, cuando le preguntaban qué quería ser de grande y aseguraba con convicción: futbolista.
Y es que la nostalgia de otros tiempos también forma parte de su vida y los recuerdos junto a sus compañeros de primaria y secundaria del Complejo Educativo "José Hernández", con quienes se contacta vía redes sociales. No obstante, como estamos en tiempos de FNE en pleno septiembre, no dejó de resaltarlo. "Yo amo mi Jujuy, desde el Carnaval, la Pachamama, las raíces que tengo no las pierdo por nada. Y me acuerdo que para la fiesta del estudiante eran épocas lindas, cuando nos juntábamos todos en avenida Córdoba", rememoró este joven feliz de mostrar que es jujeño a donde le toque estar. Aun si tiene que adaptarse a la forma de vida que le presenta otro país. "Es lindo conocer naciones y la gente, enriquece el alma personal y profesionalmente. En mi caso porque puedo disfrutar del deporte, pero me cuesta el tema de la comida. Para mí, tenemos la mejor gastronomía del mundo. Extraño las empanadas, lo que comen aquí es cerdo, menestra y plátano, diferente a los sabores de Argentina", reveló Martínez desde su experiencia al desempeñarse en lo que más le apasiona.