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Beneficios comprobados del pensamiento optimista

Domingo, 25 de agosto de 2024 01:01

Desde hace décadas, hemos sido numerosos los estudiosos que, en todo Occidente, señalamos -una y otra vez- la importancia de utilizar el pensamiento en forma positiva y optimista; sobre todo en tiempos críticos así como frente a cuestiones que aparecen de compleja solución, tanto individuales, como familiares o sociales.

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Desde hace décadas, hemos sido numerosos los estudiosos que, en todo Occidente, señalamos -una y otra vez- la importancia de utilizar el pensamiento en forma positiva y optimista; sobre todo en tiempos críticos así como frente a cuestiones que aparecen de compleja solución, tanto individuales, como familiares o sociales.

Quienes decidimos practicar estas técnicas de entrenamiento mental hemos podido comprobar -más allá de toda duda razonable- lo benéfico que resulta a la persona enfrentar las dificultades usando mecanismos de pensamiento positivo y, a la vez, mantener el optimismo que -de alguna manera- encierra el tan mentado refrán "siempre que llovió, paró". O aquel otro: "El momento más oscuro de la noche es un segundo antes que empiece a amanecer".

Es que en la sabiduría popular se encuentra vigente este tipo de conducta. La certeza de que, si uno se encuentra dispuesto, si se es perseverante en idear nuevas formas de actuar frente a lo que parece contrariarnos, finalmente los senderos se abrirán permitiendo el éxito.

Empero, estas propuestas encontraron bastante resistencia en el campo académico. Tal vez por que imperó la creencia de que lo que estábamos proponiendo era una mirada ingenua ante la vida y que con sólo decir "ommmm" varias veces al día o repetir unas palabras -tipo "yo puedo", "soy exitoso"- la existencia se tornaba un singular paraíso terrenal. Pero nunca fue eso lo que propusimos.

Lo nuestro fue, siempre, señalar que cada humano tiene capacidad suficiente para -si se lo propone- encontrar, utilizando su pensamiento racional, su poder de deducción, su capacidad reflexiva, su búsqueda de información adecuada; formas eficaces de resolución de temas conflictivos. Partimos, además, de una premisa basada en aquella sentencia del filósofo Emerson quien afirma: "La confianza en uno mismo es el primer secreto del éxito".

Hechas estas aclaraciones pasamos, ahora, a señalar que las más recientes investigaciones científicas, realizadas en reconocidos ámbitos médicos y psicológicos, confirman los beneficios que obtienen quienes ejercitan el pensamiento positivo y tienen una mirada optimista al enfrentarse a las dificultades que -en mayor o menor medida- siempre tiene la vida cotidiana.

Por ejemplo, se señala que "...las personas más optimistas pueden regular las emociones y conductas y alejarse de situaciones estresantes y dificultades con mayor efectividad".

Así lo afirma un estudio realizado por investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston, el Centro Nacional para el Estrés Postraumático y la Escuela Pública de Salud T. H. Chan, de Harvard, indica que las personas con mayor optimismo son más propensas a vivir durante más años, con mejor calidad de vida y alcanzar una "longevidad excepcional". "Este estudio -expresan- tiene una fuerte relevancia para la salud pública porque sugiere que el optimismo es un activo psicosocial que tiene el potencial de prolongar la expectativa de vida humana".

Y aquí lo más interesante a nuestro juicio: "el optimismo se puede modificar mediante técnicas o métodos relativamente sencillos".

Claro. Son precisamente esas fórmulas que hemos venido enseñando tanto en talleres como conferencias, artículos y libros. Pero, nos apresuramos a subrayarlo, se trata de un real entrenamiento mental, tal como el que tan frecuentemente se hace con el cuerpo concurriendo diariamente o con mucha asiduidad al gimnasio.

Entrenamiento mental implica dedicar un tiempo diario suficiente para la meditación, relajación psicofísica y práctica del pensamiento reflexivo creativo.

Un trabajo publicado en la revista "Behavioral Medicine" afirma: "una disposición optimista se presenta como un activo psicológico de particular relevancia para una vida libre de enfermedades y una mejor salud en general".

Para agregar: "los optimistas son más propensos a involucrarse en la resolución activa enfocada en el problema e interpretar los eventos estresantes de formas más positiva, reduciendo así la preocupación y los pensamientos contraproducentes...".

En esa misma línea de investigación, apareció un estudio en la prestigiosa "Journal of the American College of Cardiology" donde se aclara que mantener pensamientos y sentimientos positivos puede ayudar a alcanzar mejores resultados en términos de salud cardiovascular. Otros análisis advierten que este tipo de mentalidad lleva a que haya menores chances de sufrir accidentes cerebrovasculares (ACV).

Todas estas muy buenas razones para que seamos cada vez más quienes utilicemos la valiosa herramienta del pensamiento positivo y mantengamos actitud optimista aún ante situaciones de intensa conflictividad.

(*) Antonio Las Heras es doctor en Psicología Social, magister en Psicoanálisis, historiador y parapsicólogo. "Atrévete a vivir en plenitud", es su más reciente libro. www.antoniolasheras.com.

 

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