Con gran convocatoria de público, calculado en más de 3.000 personas, y una notable fe se llevó a cabo la celebración de la Octava patronal en honor a Santa Rosa de Lima en la localidad rural de Los Lapachos, una comunidad pequeña pero histórica, ubicada en el departamento El Carmen, a 15 kilómetros de Perico.
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Con gran convocatoria de público, calculado en más de 3.000 personas, y una notable fe se llevó a cabo la celebración de la Octava patronal en honor a Santa Rosa de Lima en la localidad rural de Los Lapachos, una comunidad pequeña pero histórica, ubicada en el departamento El Carmen, a 15 kilómetros de Perico.
Se trata de una fiesta patronal muy convocante y con muchos años de trayectoria, el templo ubicado en la finca Leach este año cumplió 75 años, por ello los significados de las acciones religiosas fueron muy altas, con una notable fe.
Todo comenzó muy temprano con la misa central que estuvo oficiada por el obispo de Jujuy monseñor Daniel Fernández, además se contó con la presencia del padre José Luis González de la parroquia San Isidro Labrador de Monterrico, quienes pidieron seguir el ejemplo de Santa Rosa y continuar con su legado de fe.
Luego se llevó a cabo el desfile tradicional, donde participaron todas las instituciones de Los Lapachos, también de Monterrico, Puesto Viejo, El Milagro y Pampa Blanca. Donde diferentes representantes se lucieron en el pasaje y fueron aplaudidos por la multitud, constituyendo un encuentro con gran devoción y que se refleja en la identidad de la comunidad, una situación que une a los vecinos de manera especial.
En la previa se llevó a cabo la novena patronal y el 30 de agosto fue el día de Santa Rosa de Lima con misa y luego una serenata que ofreció la comunidad religiosa en conjunto con los municipios de Puesto Viejo y Monterrico.
Nacida con el nombre Isabel Flores de Oliva, fue la primera santa de América. Tras haber dado signos de una intensa precocidad espiritual, a los 20 años Santa Rosa tomó el hábito de terciaria dominica, y consagró su vida a la atención de los enfermos y niños y a las prácticas ascéticas, extendiéndose la fama de su santidad.