Tras el aplazamiento de su investidura, el líder secesionista Carles Puigdemont afirmó que el proceso independentista "ha terminado" y que sus correligionarios lo han "sacrificado", en mensajes de texto que asumió como propios después de que fueron difundidos ayer por un canal de TV, aunque luego dio a entender que "no se echará atrás".
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Tras el aplazamiento de su investidura, el líder secesionista Carles Puigdemont afirmó que el proceso independentista "ha terminado" y que sus correligionarios lo han "sacrificado", en mensajes de texto que asumió como propios después de que fueron difundidos ayer por un canal de TV, aunque luego dio a entender que "no se echará atrás".
Ante la confesión de Puigdemont, la vicepresidente del gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, pidió al presidente del Parlamento catalán, Roger Torrent, que abra una nueva ronda de contactos y presente otro candidato a la presidencia del gobierno regional para "salvar la situación".
"Soy periodista y siempre he entendido que hay límites, como la intimidad, que nunca se deben violar. Soy humano y hay veces que también dudo", escribió Puigdemont en su cuenta de Twitter .
A pesar de que en los textos se muestra abatido, el expresidente ahora levanta cabeza y subraya: "También soy el presidente y no me arrugaré ni me echaré atrás, por respeto, aprecio y compromiso con los ciudadanos y el país. Seguimos!".
En uno de los mensajes difundidos, Puigdemont admitió que la estrategia del gobierno de Mariano Rajoy estaba dando resultados y que su carrera política y el propio proceso de secesión, están llegando a su fin.
"El plan de Moncloa triunfa, solo espero que sea verdad y que gracias a esto puedan salir todos de la cárcel porque si no el ridículo histórico, es histórico", escribió el expresidente catalán.
"El Programa de Ana Rosa" de la cadena Tele5 de la televisión abierta española aseguró que Puigdemont envió estos mensajes telefónicos el martes al diputado de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) Toni Comín, quien se encuentra huido con él en Bélgica, después del anuncio de la postergación de su investidura.
Ante la publicación de los mensajes, Comín reaccionó también en las redes sociales atacando al mensajero: "La revelación de secretos es delito en España y Bélgica", y que tendrá "las pertinentes acciones legales".