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27 de Junio,  Jujuy, Argentina
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Cardenal de la "Independencia"

Lunes, 08 de agosto de 2016 01:30
<div>MISA DE SAN CAYETANO / EN LINIERS MILES DE FIELES VENERARON AL SANTO</div><div>
El Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Mario Poli, aseguró ayer que "el ideal" de vivir en una Argentina con "bien común" está "muy lejos de haberse alcanzado" y advirtió a los dirigentes políticos que tomarse una foto con el Papa Francisco no los convierte en su "amigo ni vocero".
"No se confundan. Una foto o un encuentro con el papa Francisco no te hace ni vocero ni su amigo ni su misionero si no practicamos los mandamientos de la compasión y misericordia con el otro que no es mi enemigo sino mi hermano, mi semejante, mi prójimo", dijo.
Así se expresó ayer el religioso en su homilía durante la misa por el día de San Cayetano en la Basílica de Liniers, en la que analizó el legado que dejaron los patriotas que impulsaron la independencia de la Patria.
Miles de personas se acercaron al santuario para orar por "pan, paz y trabajo" y muchos de ellos hicieron una vigilia de hasta 24 horas para poder ingresar a la Basílica y tocar al santo.
También hubo bendiciones de objetos y se recibieron alimentos no perecederos y ropas para Cáritas.
En el marco de las celebraciones por el Bicentenario de la Patria, Poli dijo que los obispos escribieron que la Nación independiente y libre se gestó en una pequeña provincia de la Argentina profunda, entonces muy vulnerable por su escasez de recursos y el avance de los realistas, cuyo triunfo significaría la muerte de los congresales.
Los congresales se reunieron en una casa de familia e hicieron de ella un espacio fecundo donde se desarrolló una auténtica deliberación parlamentaria, destacó Poli y agregó: "Esta casa, lugar de encuentro, de diálogo y de búsqueda del bien común es para nosotros un símbolo de lo que queremos ser como Nación".
Poli recordó que si bien en aquel momento por momentos dominó el disenso en prolongadas sesiones, la comunión en lo esencial hizo que el diálogo razonable superase las diferencias y primara el interés común, dejando que las ideas reflejasen con fidelidad el sentir de los pueblos en las nobles aspiraciones federales.
Destacó el religioso que los patriotas argentinos "se jugaron por el pueblo que representaban" entregando "sus vidas, tiempo e intereses sin titubeos" y prometieron a Dios "sostener estos derechos hasta con la vida, lo haberes y la fama".
"El ideal de vivir la Argentina como una gran familia donde la fraternidad, la solidaridad y el bien común incluyan a todos los que peregrinamos en su historia está muy lejos de haberse alcanzado", afirmó.
El cardenal expresó que San Cayetano "entiende muy bien" a sus fieles por que "él fue buen samaritano, amigo del Papa de su tiempo y hermano de los hombres y mujeres que lo necesitaban durante su vida", por lo que ahora "desde el cielo escucha y por eso nos animamos a pedirle".
"San Cayetano amigo nuestro, te pedimos por la fe de este pueblo devoto que te quiere tanto, te venera y quiere imitarte como samaritano: pedirle a Dios que no falte el pan y el trabajo en nuestras familias", pidió.

La carta de Francisco a los fieles
El Papa Francisco expresó ayer su deseo de que a los argentinos no les falte el trabajo en una carta enviada al presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor José María Arancedo.
La carta fue leída por el Arzobispo, Cardenal Mario Aurelio Poli, ante miles de peregrinos que se acercaron hasta el santuario de San Cayetano.
"Querido hermano: Dentro de pocos días celebramos la fiesta de San Cayetano. Por medio tuyo quiero hacer llegar mi saludo y bendición a tantos hombres y mujeres que se congregarán en los diversos templos del país dedicados al Santo para pedir pan y trabajo o para agradecer el hecho de que no les falte", escribió.
"Recuerdo conmovido los 7 de agosto en Buenos Aires. La Misa en el Santuario de Liniers y luego el recorrido de la cola de la gente hasta el Estadio de Velez. Saludar, escuchar, acompañar la fe de ese pueblo sencillo y tantas veces, ante la angustia de hombres y mujeres que quieren y buscan trabajo y no encuentran, sólo atinaba a un apretón de manos, una caricia, mirar esos ojos humedecidos de dolor, y llorar dentro. Llorar sí, porque es duro cruzar tu vida con un padre de familia que quiere trabajar y no tiene posibilidad de lograrlo", recordó.
"A San Cayetano pedimos pan y trabajo. El pan es más fácil conseguirlo porque siempre hay alguna persona o institución buena que te lo acerca, al menos en Argentina donde nuestro pueblo es tan solidario. Hay lugares en el mundo que ni esa posibilidad tienen. Pero trabajo es tan difícil lograrlo, sobre todo cuando seguimos viviendo momentos en los cuales los índices de desocupación son significativamente altos. El pan te soluciona una parte del problema, pero a medias, porque ese pan no es el que ganás con tu trabajo. Una cosa es tener pan para comer en casa y otra es llevarlo a casa como fruto del trabajo. Y esto es lo que confiere dignidad", expresó.
"Cuando pedimos trabajo estamos pidiendo poder sentir dignidad; y en esta celebración de San Cayetano pedimos esa dignidad que nos confiere el trabajo; poder llevar el pan a casa. Trabajo, esa T (que junto con las otras dos T: Techo y Tierra) está en el entramado básico de los Derechos Humanos", reflexionó en la carta.

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El Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Mario Poli, aseguró ayer que "el ideal" de vivir en una Argentina con "bien común" está "muy lejos de haberse alcanzado" y advirtió a los dirigentes políticos que tomarse una foto con el Papa Francisco no los convierte en su "amigo ni vocero".
"No se confundan. Una foto o un encuentro con el papa Francisco no te hace ni vocero ni su amigo ni su misionero si no practicamos los mandamientos de la compasión y misericordia con el otro que no es mi enemigo sino mi hermano, mi semejante, mi prójimo", dijo.
Así se expresó ayer el religioso en su homilía durante la misa por el día de San Cayetano en la Basílica de Liniers, en la que analizó el legado que dejaron los patriotas que impulsaron la independencia de la Patria.
Miles de personas se acercaron al santuario para orar por "pan, paz y trabajo" y muchos de ellos hicieron una vigilia de hasta 24 horas para poder ingresar a la Basílica y tocar al santo.
También hubo bendiciones de objetos y se recibieron alimentos no perecederos y ropas para Cáritas.
En el marco de las celebraciones por el Bicentenario de la Patria, Poli dijo que los obispos escribieron que la Nación independiente y libre se gestó en una pequeña provincia de la Argentina profunda, entonces muy vulnerable por su escasez de recursos y el avance de los realistas, cuyo triunfo significaría la muerte de los congresales.
Los congresales se reunieron en una casa de familia e hicieron de ella un espacio fecundo donde se desarrolló una auténtica deliberación parlamentaria, destacó Poli y agregó: "Esta casa, lugar de encuentro, de diálogo y de búsqueda del bien común es para nosotros un símbolo de lo que queremos ser como Nación".
Poli recordó que si bien en aquel momento por momentos dominó el disenso en prolongadas sesiones, la comunión en lo esencial hizo que el diálogo razonable superase las diferencias y primara el interés común, dejando que las ideas reflejasen con fidelidad el sentir de los pueblos en las nobles aspiraciones federales.
Destacó el religioso que los patriotas argentinos "se jugaron por el pueblo que representaban" entregando "sus vidas, tiempo e intereses sin titubeos" y prometieron a Dios "sostener estos derechos hasta con la vida, lo haberes y la fama".
"El ideal de vivir la Argentina como una gran familia donde la fraternidad, la solidaridad y el bien común incluyan a todos los que peregrinamos en su historia está muy lejos de haberse alcanzado", afirmó.
El cardenal expresó que San Cayetano "entiende muy bien" a sus fieles por que "él fue buen samaritano, amigo del Papa de su tiempo y hermano de los hombres y mujeres que lo necesitaban durante su vida", por lo que ahora "desde el cielo escucha y por eso nos animamos a pedirle".
"San Cayetano amigo nuestro, te pedimos por la fe de este pueblo devoto que te quiere tanto, te venera y quiere imitarte como samaritano: pedirle a Dios que no falte el pan y el trabajo en nuestras familias", pidió.

La carta de Francisco a los fieles
El Papa Francisco expresó ayer su deseo de que a los argentinos no les falte el trabajo en una carta enviada al presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor José María Arancedo.
La carta fue leída por el Arzobispo, Cardenal Mario Aurelio Poli, ante miles de peregrinos que se acercaron hasta el santuario de San Cayetano.
"Querido hermano: Dentro de pocos días celebramos la fiesta de San Cayetano. Por medio tuyo quiero hacer llegar mi saludo y bendición a tantos hombres y mujeres que se congregarán en los diversos templos del país dedicados al Santo para pedir pan y trabajo o para agradecer el hecho de que no les falte", escribió.
"Recuerdo conmovido los 7 de agosto en Buenos Aires. La Misa en el Santuario de Liniers y luego el recorrido de la cola de la gente hasta el Estadio de Velez. Saludar, escuchar, acompañar la fe de ese pueblo sencillo y tantas veces, ante la angustia de hombres y mujeres que quieren y buscan trabajo y no encuentran, sólo atinaba a un apretón de manos, una caricia, mirar esos ojos humedecidos de dolor, y llorar dentro. Llorar sí, porque es duro cruzar tu vida con un padre de familia que quiere trabajar y no tiene posibilidad de lograrlo", recordó.
"A San Cayetano pedimos pan y trabajo. El pan es más fácil conseguirlo porque siempre hay alguna persona o institución buena que te lo acerca, al menos en Argentina donde nuestro pueblo es tan solidario. Hay lugares en el mundo que ni esa posibilidad tienen. Pero trabajo es tan difícil lograrlo, sobre todo cuando seguimos viviendo momentos en los cuales los índices de desocupación son significativamente altos. El pan te soluciona una parte del problema, pero a medias, porque ese pan no es el que ganás con tu trabajo. Una cosa es tener pan para comer en casa y otra es llevarlo a casa como fruto del trabajo. Y esto es lo que confiere dignidad", expresó.
"Cuando pedimos trabajo estamos pidiendo poder sentir dignidad; y en esta celebración de San Cayetano pedimos esa dignidad que nos confiere el trabajo; poder llevar el pan a casa. Trabajo, esa T (que junto con las otras dos T: Techo y Tierra) está en el entramado básico de los Derechos Humanos", reflexionó en la carta.

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