Juan Carlos Vargas se define como un "hijo de Humahuaca con más de 30 años confeccionando y usando trajes de diablo para el Carnaval". Entonces considera que tiene el derecho de pedir respeto a todos aquellos visitantes que llegan a la ciudad histórica en tiempo de Carnaval.
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Juan Carlos Vargas se define como un "hijo de Humahuaca con más de 30 años confeccionando y usando trajes de diablo para el Carnaval". Entonces considera que tiene el derecho de pedir respeto a todos aquellos visitantes que llegan a la ciudad histórica en tiempo de Carnaval.
En un documento entregado a este diario destacó que "en Carnaval se nota la presencia en mayoría de nuestros hermanos jujeños capitalinos. Muchos de ellos son respetuosos y participan de nuestra fiesta con gran respeto, pero también están los que llegan a destruir, a agredir y a faltar el respeto a nuestro símbolo del Carnaval: el Diablo de Humahuaca. En años anteriores en nuestra entrada al pueblo, luego del Desentierro del Carnaval, la muchachada envalentonada por las bebidas de más, manosearon a nuestras diablas, a nuestros niños y tiran talco y nieve a los ojos de los diablos en un acto de agravio a la verdadera fiesta que nosotros vivimos. Si no hay acompañamiento de parte de la Policía que exige mucho y a la hora de la verdad no hace presencia y de las autoridades gubernamentales, estamos dispuestos a responder a la violencia en acto de defensa propia y de nuestros integrantes, porque es insoportable lo que se vive de esos malvenidos que nos visitan. Por tales motivos también pedimos a todos los que nos visitan que reflexionen, que no agravien y que sepan que nosotros los de la Diablada de Humahuaca no hacemos el Carnaval para los demás, lo hacemos para nosotros mismos, para agradecer a nuestra Pachamama, pero si los que nos visitan respetan lo nuestro y se sienten parte nuestra, pues son muy bienvenidos, los recibimos con los brazos abiertos".
"Por otra parte -agregó- es importante que sepa todo el pueblo en general que los verdaderos preservadores del traje de diablo son cientos de niños, jóvenes y adultos de todas las comparas de Humahuaca que durante todo el año trabajamos para coser cada una de las lentejuelas, perlas y cascabeles. Que el alma del Carnaval es el diablo por lo tanto somos los protagonistas y merecemos reconocimiento desde todos los sectores y no dar lugar a los que "trabajan" desde la tribuna diciendo aportar para el Carnaval y solo les interesa el lucro personal y hasta el día de hoy han hecho mucho para desprestigiar al Diablo de Humahuaca, sacándole en cualquier época del año o mostrando el rostro que es lo hace perder el misterio del diablo".
"Los diablos y las diablas de la Diablada de Humahuaca, solamente salimos para Carnaval. Y agradecemos al pueblo de Humahuaca porque son los que nos ayudan a estar presentes", concluyó.
