Con la eterna gratitud por llevar a su lugar de origen en el corazón, Graciela Joaquín volvió a Jujuy para compartir la bondad que un grupo de personas depositó en libros destinados a los niños de las escuelas rurales de la Puna.
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Con la eterna gratitud por llevar a su lugar de origen en el corazón, Graciela Joaquín volvió a Jujuy para compartir la bondad que un grupo de personas depositó en libros destinados a los niños de las escuelas rurales de la Puna.
Y es que parte de su sueño es devolver a la tierra que la vio nacer, una nueva oportunidad para crecimiento de las nuevas generaciones.
"La juje", como todos la conocen, vive desde hace cuarenta años junto a su esposo Cristian Bensel en Buenos Aires.
Ella es una abogada y cuenta cuentos, que gracias a su meta de ayudar, logró aunar su vocación con la idea de regresar a sus raíces para afianzar lazos con las comunidades del Norte. La iniciativa surgió en el año 2020, cuando le llegó un pedido de ayuda desde su La Quiaca natal.
"Primero ayudamos con mi marido, y les comenté a mis amigos escritores y narradores para donar sus libros y la bibliografía que quieran a los chicos del interior", expresó Graciela Joaquín.
La acción de amor atraviesa medio país para completarse como misión en la provincia.
"Es una actividad autogestiva y autofinanciada, porque una vez que reunimos el material con mi compañero de vida, emprendemos el viaje. Llevamos veintiocho cajas de colecciones hermosas, visitamos varias escuelas", reveló.
Las donaciones de lectura provocaron la sonrisa en niños de escuelas de nivel primario y adolescentes del nivel secundario de Cieneguillas, San Juan y Oros, La Quiaca, Yavi Chico, Tafna, Santa Catalina, Paicone, Cusi Cusi y Abra Pampa.
La sensación de felicidad que es indescriptible en el corazón de Graciela Joaquín, porque es amor que nace de su alma.
"Es gratificante sentir que puedo ayudar, ver la felicidad en los niños cuando reciben su libro y lo abren, lo observan", explicó.
Es que la magia del encuentro y las conexiones, sumadas al agradecimiento sentido; hizo que el universo conspire en favor de las buenas acciones.
"Soy creyente de la 'Pacha' y esta actividad es una forma de hacer conciencia vinculada a la lectura, porque considero que leer nos hace libres", indicó Joaquín.
Es así que a través de este proyecto solidario, la gente se conmueve mucho más y puede ser partícipe de jornadas de cuenta cuentos que también promueve "La juje".
"Mirar las caritas hermosas, la atención que prestan. Esto hace muy bien al corazón", detalló la integrante del grupo Casa Cuna Cuentero, ya que realiza la lectura como narradora a los niños que se encuentran internados en la institución.
Es que realizando esta movida, Graciela Joaquín manifiesta su apoyo y colaboración a los alumnitos que -así como ella- se encuentran estudiando en localidades de la Puna, región que conoce bien porque desde pequeña atesora recuerdos vividos allí.
"Estudié en la Escuela Primaria de Frontera 1 y, después, en la Escuela Provincial 86, así que me encanta que los libros lleguen a los chicos que lo necesitan, porque pienso que me hubiera gustado mucho recibirlos cuando era chiquita. Después fui al Colegio del Huerto y mi carrera universitaria de Derecho la hice en Tucumán", explicó quien pinta de colores jujeños, su corazón enamorado de esta tierra.
Esta iniciativa lleva cuatro años y se hace sin parar, sin fines de lucro, tan solo con la premisa de que los libros lleguen hasta el último rincón del país, gracias a la buena voluntad y al amor por la lectura que incentiva la identidad del país, características fundamentales para la sociedad en la actualidad.