¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

25 de Junio,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

¿Ramen para dos?¿Cómo te vinculás? Amor, apego

Miércoles, 21 de mayo de 2025 01:04

"Tu forma de amar no te define, pero sí puede mostrarte qué heridas todavía te duelen. El amor no debería doler. Debería nutrir. Como un ramen calentito, pero que sea para dos... con presencia, no solo con excusas".

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

"Tu forma de amar no te define, pero sí puede mostrarte qué heridas todavía te duelen. El amor no debería doler. Debería nutrir. Como un ramen calentito, pero que sea para dos... con presencia, no solo con excusas".

Esta vez escribo para adolescentes y padres de adolescentes. Y para quienes, a cualquier edad, estén empezando a preguntarse cómo aman y desde dónde. La canción Ramen para dos de Rusherking y Maro abre una puerta emocional que vale la pena atravesar.

Imaginá esta escena: una chica de 16 llora en su cuarto con los auriculares puestos. Su novio le dejó de contestar hace dos días. Se siente culpable, piensa que algo hizo mal. En su cabeza resuena esa frase: "Perdoname, lo intenté". No sabe si seguir esperando o irse. Lo que siente es amor... ¿o es miedo a estar sola?

¿A qué llamamos amor? ¿Qué cosas hicimos o nos dejamos hacer en su nombre? ¿Cómo es tu forma de amar y dejarte amar? ¿Debiera sufrir el amor? Si es intenso, ¿es amor? ¿Es el amor una relación o una forma de jugar a las escondidas?

¿Te pasó alguna vez que alguien te diga "te amo" pero te sientas solo igual? ¿Y si te dijera que esta canción refleja más de lo que parece sobre cómo amamos... o más bien... desde qué herida lo hacemos?

"Y si no me sale amarte como esperás vos, perdoname, lo intenté". ¿Qué aprendiste del amor mirando a tu familia o tus ex? ¿Podés hablar de lo que necesitás sin miedo? ¿Te cuesta confiar o pedir ayuda? ¿Sentís que siempre sos vos quien ama "de más"?

Ramen para dos no habla solo de amor, sino de las formas de no poder sostenerlo. Y muchas veces eso tiene raíces más profundas que no vemos.

Amor y apego: dos conceptos que necesitamos distinguir

El amor es una experiencia vincular que implica presencia, cuidado mutuo, interés genuino, respeto por la individualidad del otro y un deseo compartido de crecer. Tal como señala Erich Fromm (1956), amar es un acto de voluntad, una decisión diaria que requiere madurez, conocimiento y responsabilidad (1). No se trata solo de un sentimiento, sino de una elección activa.

El apego, en cambio, es el vínculo emocional primario que se forma con las figuras significativas en la infancia, y que deja una huella profunda en la forma en que luego amamos. La teoría del apego, desarrollada por John Bowlby (1969), plantea que las experiencias tempranas de cuidado modelan nuestros esquemas afectivos (2).

A menudo confundimos amor con apego. Pero el apego puede estar condicionado por miedo, necesidad de control, inseguridad o dependencia. El amor no. El amor elige, respeta, escucha, no fuerza ni retiene. El amor no te pide que dejes de ser vos para ser amado.

Los tipos de apego son patrones emocionales que se forman en función del tipo de cuidado recibido en la infancia. Mary Ains worth, a partir de los estudios de Bowlby, los clasificó en:

Apego Seguro. Cuidadores disponibles y sensibles. Adultos con confianza, buena autoestima y capacidad para la intimidad sana.

Apego Ansioso. Cuidadores inconsistentes. Adultos con miedo al abandono, necesidad constante de validación, alta sensibilidad al rechazo.

Apego Evitativo. Cuidadores fríos o distantes. Adultos que evitan la intimidad, se muestran autosuficientes y temen mostrarse vulnerables.

Apego Desorganizado. Cuidadores que fueron fuente de miedo o trauma. Adultos con patrones caóticos, que alternan entre buscar y rechazar la cercanía.

Estos estilos de apego pueden modificarse con trabajo terapéutico, conciencia emocional y relaciones reparadoras (Siegel&Hartzell, 2003) (3).

Un espejo en forma de canción. Ramen para dos es mucho más que una balada melancólica. En ella resuenan distintas heridas. Apego Ansioso: "te estoy perdiendo y no sé cómo sostener esto". Miedo a ser abandonado. Apego Evitativo: frustración, deseo de escapar, incapacidad de permanecer. Desorganizado: la confusión entre buscar amor y huir de él.

La canción no habla del amor sano, sino de lo que se repite cuando no hemos sanado. Como dijo Carl Jung, "Lo que niegas te somete; lo que aceptas te transforma"(4).

Del ramen a la raíz. Amar de manera sana implica responsabilidad afectiva, comunicación honesta y capacidad de diferenciar el deseo de la necesidad. Y eso empieza por casa: por el autoconocimiento, el respeto propio y la decisión de construir vínculos donde no tengamos que mendigar amor, sino compartirlo.

Y si todavía no sabés cómo se ama de forma sana, no te castigues. Nadie nos enseña de entrada. Pero podemos aprender. Podemos sanar. El amor verdadero se cocina lento, como el buen ramen. Y se sirve de a dos. Pero primero, aprendé a saborear tu propia receta.

(1) Fromm, E. (1956). El arte de amar. Buenos Aires: Paidós. (2) Bowlby, J. (1969). Attachment and Loss: Volume I. Attachment. New York: Basic Books. (3) Siegel, D. &Hartzell, M. (2003). Parenting from the Inside Out. New York: Tarcher Perigee. (4) Jung, C. G. (1933). Modern Man in Search of a Soul. New York: Harcourt.

(*) Licenciada en Psicología; coach ontológico profesional; magister en Salud Pública con mención en Atención primaria de la salud; facilitadora en procesos de comunicación, resolución de conflictos, expansión de la conciencia, liderazgo; coordinación de grupos y conciencia de redes; y facilitadora en entrenamientos a líderes en gestiones de oratoria y comunicación; [email protected], cel 3884416256.

 

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD