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Una generación sin conciencia ni saber

Lunes, 20 de enero de 2025 01:04

Los que tuvimos la suerte o desgracia de vivir las últimas dos décadas en nuestro país, bien sabemos las desventuras y vejámenes sufridas en la mayoría de los estamentos.

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Los que tuvimos la suerte o desgracia de vivir las últimas dos décadas en nuestro país, bien sabemos las desventuras y vejámenes sufridas en la mayoría de los estamentos.

La tristeza agobia, lágrimas e impotencia parecen no tener fin. Los sordos y ciegos responsables de movilizar y dar el rumbo adecuado a la nación, aparentan ser una generación de incompetentes, o por lo menos, mal intencionados.

El poder lejos de ser usado para engrandecer la república, más bien lo invierten en permanentes desacreditaciones buscando destruir al adversario, mientras, aumenta la pobreza y el desempleo envenenando y destruyendo la dignidad de un pueblo necesitado.

Vemos a diario declaraciones de políticos en diferentes medios de comunicación que parecen estar hablando a estúpidos o demasiados distraídos. En esto seamos francos, los medios tienen también su parte, no infrecuentemente interesada y muy bien pagada (algo no fácil de comprobar pero por obvio no es necesario).

Pobre Argentina, tantos recursos naturales nos regaló Dios y qué menguada dignidad evidenciamos. Tempranamente se aprende que de rodillas nunca, así vengan degollando, al menos es el ejemplo que nos dejaron nuestros mayores. Eso en la escuela no se enseña, se viene con la lección sabida de casa. Y allí puede estar el secreto del comportamiento de muchos connacionales recibiendo un plan. Que me apuro a aclarar parecen no tener otra opción. Será por eso que en su momento monseñor Jorge Bergoglio con dolor recordó: Estamos asistiendo a la tercera generación de argentinos que nunca vieron a sus padres trabajar. Triste distinción para un país que heredó laureles de San Martín y Belgrano.

El desconsuelo parece adueñarse de todo tiempo, intención y previsibilidad. íNada funciona! Solo el caos nos saluda cada día o amanecer y esto que podría interpretarse como algo común o usual tiene sus consecuencias en la calidad de vida y origen de enfermedades. En esto no hay dudas, los profesionales de la salud pueden dar crédito de la gravedad que adquiere en algunas especialidades, sobre todo las relacionadas con lo cardiovascular, gastroenterología y piel.

La pregunta que el pueblo entero debiera hacer es: ¿Por qué históricamente tenemos tan malos gobernantes? ¿Qué cosa los transforma en insensible y especialistas en mentir y robar? (no todos obviamente). ¿Por qué empeñan su honra e historia personal y familiar en llenar bolsillos de dinero mal habido? ¿Cuál es el futuro que piensan o directamente no piensan del barco a la deriva que capitanean? ¿Recuerdan en algún momento el juramento que hicieron: Que Dios y la Patria lo demanden?, ¿O nada de eso importa frente al dinero como lo hizo Judas? Qué bien se aplica lo que dijo M. Gandhi: "Si hay un idiota en el poder, es que quienes lo eligieron están bien representados".

Hoy vivimos una desacostumbrada esperanza que nace en la investigación de cuanto hecho u obra mencionada como realizada, entre otras muchas irregularidades encontradas. Prácticamente se encuentra corrupción bajo cualquier piedra que se levante. Todo lo realizado compromete mucho al mismo gobierno que investiga y condena; porque está marcando un norte difícil de volver atrás. A más de generar esperanzas a un pueblo acostumbrado a padecer e idolatrar ídolos de barro. Ojalá así sea y podamos vivir en paz y armonía todos los que habitamos este bendito suelo argentino.

 

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