El próximo 22, la comunidad de Tumbaya, fieles y devotos de la Virgen de Copacabana de Punta Corral celebrarán los 189 años de su aparición peregrinando hacia su santuario donde se desarrollarán las celebraciones litúrgicas. El domingo a más tardar hasta las 19 ascenderán por Tumbaya y Tunalito para estar en el cerro a las 22.30 cuando inicie el rezo de la novena con el párroco Abraham Pereira. En la medianoche, se cantará a la Mamita del cerro el Feliz cumpleaños y se descansará.
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El próximo 22, la comunidad de Tumbaya, fieles y devotos de la Virgen de Copacabana de Punta Corral celebrarán los 189 años de su aparición peregrinando hacia su santuario donde se desarrollarán las celebraciones litúrgicas. El domingo a más tardar hasta las 19 ascenderán por Tumbaya y Tunalito para estar en el cerro a las 22.30 cuando inicie el rezo de la novena con el párroco Abraham Pereira. En la medianoche, se cantará a la Mamita del cerro el Feliz cumpleaños y se descansará.
El lunes a las 8.30, se servirá un chocolate; y a las 10 comenzarán las confesiones. Para las 10.30 afuera de la capilla se celebrará la solemne misa y luego la procesión junto a bandas de sikuris.
La comunidad parroquial servirá un almuerzo comunitario al mediodía y a las 13 se sorteará la rifa de la Asociación de peregrinos, presidida por Claudia Vilca.
La historia
De acuerdo a datos brindados por don Alberto Méndez (ya fallecido) a don Pablo Méndez, en julio de 1835 se le apareció la imagen y posteriormente a don Roque Torres (su cuñado); esta antes de desvanecerse le dijo que regresara al día siguiente.
Sorprendido por lo sucedido, juntó unas piedritas con las cuales señaló el lugar de la aparición, y luego regresó a su casa donde relató lo sucedido. A pesar de que algunos no le dieron credibilidad, su cuñado le recomendó regresar al lugar donde halló una pétrea figura humana coronada, con un manto y cargando una figura de un niño.
Convencido de lo que encontró, de rodillas rezó y volvió a su casa cargándola.
Méndez junto a su familia y otros vecinos bajaron hasta Tumbaya para reunirse con el párroco y relatar el suceso; el religioso decidió que la piedra permaneciera en la iglesia.
Allí, don Méndez se promesó como esclavo, y don Torres y sus vecinos en Punta Corral levantaron el oratorio donde actualmente permanece en custodia la imagen.
Tras 10 años y luego de superar una enfermedad por intercesión de la imagen, Torres viajó a Potosí donde compró las campanas, la corona de plata y la media luna (a sus pies) que luce la venerada cada vez que en el inicio de Semana Santa baja desde su santuario a Tumbaya.