El permafrost es una palabra combinada del inglés que significa: "perma"- permanente y "frost"- congelado. Su uso es aceptado mundialmente, aunque en algunas regiones utilizan otros nombres más locales.
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El permafrost es una palabra combinada del inglés que significa: "perma"- permanente y "frost"- congelado. Su uso es aceptado mundialmente, aunque en algunas regiones utilizan otros nombres más locales.
El permafrost es aplicado a los suelos congelados que en algunas zonas, contiene hasta un 80 por ciento de hielo y no necesariamente los suelos deben estar cubiertos por glaciar o nieve. Un permafrost se origina en regiones muy frías con temperaturas de 0 grado centígrado o menos y para ser considerado permafrost debe estar congelado más de dos años.
El permafrost ocupa alrededor del 25% de superficie del planeta. Las regiones que se destacan por la presencia de permafrost son Siberia, Tíbet, Groenlandia, Alaska, Canadá, Cordillera de los Andes, Alpes del sur, Islas Sandwich del Sur.
Para tener idea de la magnitud de un permafrost, Rusia tiene el 60% de su territorio con permafrost. La profundidad de un suelo congelado puede variar desde menos de 1 metro hasta 1.500 metros, depende las características climáticas y los tipos de suelos. El congelamiento de los suelos habría comenzado hace 2 o 3 millones de años.
El cambio climático desde hace varios años está generando deshielo de los permafrost y está provocando varios problemas, principalmente en las poblaciones asentadas sobre los permafrost. En estos suelos mientras se mantienen las bajas temperaturas, no existen inconvenientes, incluso en algunas regiones aplican técnicas para asegurar la baja temperatura. La superficie de las regiones con permafrost algunos se encuentra totalmente congeladas o se calientan escasos centímetros en estación climática de mayor temperatura.
El descongelamiento del permafrost, por ejemplo en Siberia ha llegado hasta 25 centímetros de profundidad y en la meseta Tibetana llega hasta un metro.
El permafrost retiene una enorme cantidad de carbono por la presencia de grandes cantidades de vegetación y animales congelados que no se pudren. Se estima que el carbono atrapado sería dos veces el carbono existente en la atmósfera. Por lo tanto, con el descongelamiento se liberan enormes cantidades de gases de dióxido de carbono y metano que contribuyen a la formación del efecto invernadero y en consecuencia aceleran el calentamiento global del nuestro planeta. Este fenómeno a su vez incrementa el descongelamiento del permafrost.
El derretimiento del permafrost puede generar, además de acelerar el cambio climático, varios inconvenientes, por ejemplo la aparición de bacterias que se mantuvieron congeladas durante 30.000 años, pero luego del descongelamiento entran en actividad. En los animales congelados comienza la descomposición. Desaparición de fauna local por falta de alimento porque la vegetación existente desaparece por predominio de barro por el descongelamiento.
Por ejemplo en las ciudades, a medida que el hielo subterráneo se derrite, los suelos se desplazan y colapsan, lo que hace que el suelo se vuelva inestable y pone en peligro la infraestructura en la superficie, como carreteras, edificios, tuberías y aeropuertos.
En Argentina existe permafrost, pero están restringidas a la región cordillerana y además su presencia no está generalizada en nuestro país y tampoco existen poblaciones construidas sobre permafrost.
En Jujuy no está comprobado la existencia de permafrost, podrían estar vinculados a algunas áreas con posibles glaciares de escombros que tampoco están comprobados por investigaciones, de todos modos son áreas muy reducidas.
La cuestión central de los permafrost es el aporte de dióxido de carbono y metano a la atmósfera y obviamente algunas regiones aportarán más que otras. La cuestión es que no interesa la ubicación de los permafrost con mayor o menor aporte de gases, porque en definitiva, el cambio climático global afecta en todo el planeta.