En el último mes se registraron sismos sentidos en varias provincias y en Chile, que causaron alerta por lo que es clave revisar los planes de prevención sísmica en Jujuy, considerada de riesgo alto en especial en la zona del sureste de Jujuy y centro de Salta. El pasado jueves se presentó un pedido al intendente capitalino para actualizar el Código de construcción al del 2020 y dejar atrás el vigente de 1991. Pese a que se crearon comisiones, iniciaron estudios y acciones diversas a lo largo de las últimas décadas, actualmente el plan preventivo se centraliza en capacitaciones a docentes y simulaciones.
inicia sesión o regístrate.
En el último mes se registraron sismos sentidos en varias provincias y en Chile, que causaron alerta por lo que es clave revisar los planes de prevención sísmica en Jujuy, considerada de riesgo alto en especial en la zona del sureste de Jujuy y centro de Salta. El pasado jueves se presentó un pedido al intendente capitalino para actualizar el Código de construcción al del 2020 y dejar atrás el vigente de 1991. Pese a que se crearon comisiones, iniciaron estudios y acciones diversas a lo largo de las últimas décadas, actualmente el plan preventivo se centraliza en capacitaciones a docentes y simulaciones.
Desde la Dirección Provincial de Emergencia, el coordinador de prevención sísmica, Ernesto Perullini, explicó los alcances del plan de prevención sísmica que está vigente en la provincia. "Nos encontramos en una zona de elevada peligrosidad sísmica, la zona 3, que la determinó el Impres. En San Salvador y varias ciudades, las prioridades que se tiene son los chicos de primaria, son 500 a 700 por establecimiento escolar, que si llega a venir un sismo, es muy probable que haya víctimas en esa franja de la población", explicó.
No obstante, dijo que el jueves representando a la Coordinación y junto a referentes de los colegios de Ingenieros y de Arquitectos, se reunieron con el intendente Raúl Jorge. "Presentamos el pedido para la creación de una ordenanza que cambiaría la parte de estructura del Código de edificación", dijo y detalló que permitiría actualizar el código vigente de 1991 y adoptar la versión 2020.
También requirieron que todos los organismos provinciales tengan que "presentar en la Municipalidad, para el control y aprobación, los planos de estructura porque ha habido muchas modificaciones que no tienen la seguridad necesaria, porque no hicieron intervención en la parte de estructura", explicó. Dijo que el intendente se comprometió a entregar el pedido al Concejo Deliberante, de modo que contemple dicha actualización aprobada a nivel nacional.
Perullini sostuvo a modo de ejemplo, el mercado central que fue refaccionado con una rehabilitación estructural para que sea sismoresistente, pese a ser originalmente del año 1930, y ve lo contrario en la Federación Gaucha, donde estimó que se puede hacer la rehabilitación estructural.
Sobre la capacitación a los docentes, explicó que se apunta a ellos porque tienen la pedagogía para transmitirles a los niños, quienes estimó son quienes llevan los conceptos a sus padres. La intención es que sepan cómo actuar al ver humo o incendios, que pueden ocurrir, según la gravedad, de modo que pueda accionar al frente de los alumnos.
"El eje de las recomendaciones son antes, durante y después. Antes es encontrar los lugares seguros dentro de las casas, donde vea que no se va a caer nada; también tiene que ver dónde están las llaves de luz, de gas, para cortar el gas y electricidad, porque si hay cables de electricidad, pueden electrocutarse, y si son cañerías y tiene pérdidas, podrían explotar", explicó. Recomendó que si surgiera un sismo de gran magnitud, en escuelas deben salir según el plan de evacuación del organismo, sin empujar, gritar ni correr, y evacuar luego hacia lugares donde no puedan caer luminarias o sitios indicados como "lugares seguros".
Aseguró que la idea es sacar un plan de microrecomendaciones, un spot para transmitir qué hacer si están en casa o en lugares públicos, pero aún no cuentan con fondos. Hicieron un convenio para utilizar los centros de participación vecinal, CDI, y Nido de San Salvador para que sean centros de primera intervención en el caso de sismos catastróficos.
Consideró que si se diera un sismo importante, no habría cantidad suficiente de brigadistas y personal de asistencia; y en zonas como Alto Comedero podrían tener que esperar horas para que les llegue asistencia por la mala ubicación del sistema de asistencia de emergencias (Same) ante la congestión vehicular. Consideró que hay puntos vulnerables de la ciudad que podrían obstaculizar también la llegada de asistencia, como el caso del canal derivador del barrio Sargento Cabral que podría caer.
La vulnerabilidad de las estructuras
La disminución de la vulnerabilidad en una zona necesita de la intervención mancomunada del Estado y de la sociedad civil en su conjunto mediante políticas públicas adecuadas tendientes a un crecimiento ordenado de los asentamientos poblacionales; programas para la disminución de la vulnerabilidad en sectores ya construidos, según recomienda el Inpres.
“La idea es que haya gente preparada en cada sector de la ciudad para que pueda brindar la ayuda primaria hasta que lleguen los servicios de emergencia”, explicó Perullini sobre la preparación de grupos municipales, a quienes se brindó capacitación en primeros auxilios. Consideró que en tal caso sería clave la asistencia del hospital “Pablo Soria”, pero entiende que es un edificio viejo con vulnerabilidad estructural, al igual que Casa de Gobierno e inclusive Tribunales que, aunque soporte fuerzas sísmicas, tendría una complicada evacuación por tener una única escalera, temas que se deben contemplar. En lo que va del mes, hubo 38 sismos registrados por Inpres, 49 en junio, 60 en mayo, en abril 47, en marzo 90, en febrero 49 y en enero 50. Caber recordar que en 2011 hubo uno de 6.3º en El Fuerte, Santa Bárbara, donde cayeron viviendas, la iglesia quedó agrietada; y en marzo de 2020 en Catua, Susques, hubo sismos de 5.2 y 6.4º en la escala de Richter, que causó sensación por videos de la Quebrada.