Se estrenó en Netflix "Las maldiciones", miniserie argentina de acción y suspenso dirigida por Daniel Burman y Martín Hodara, basada en la novela de Claudia Piñeiro. Con un elenco encabezado por Leonardo Sbaraglia, gran parte de la producción se rodó en Jujuy, donde la geografía del norte se vuelve un personaje clave. En diálogo con El Tribuno de Jujuy, Burman afirmó: "Queríamos que la tierra y el paisaje fueran parte del conflicto".
La serie está situada en plena discusión global por los recursos estratégicos, su inclusión del litio como tema central.
Con solo tres episodios, la serie combina acción, intriga política y drama íntimo. El elenco incluye a Leonardo Sbaraglia, Gustavo Bassani, Alejandra Flechner, Monna Antonópulos y Francesca Varela, quienes dan vida a personajes atrapados en una red de secretos que entrelazan la ambición política con la herencia familiar.
La historia se sitúa en una provincia del Norte, en medio de la votación de una ley clave sobre la explotación del litio. La hija del gobernador, Fernando Rovira (Sbaraglia), es secuestrada por su propio hombre de confianza, Román Sabaté (Bassani). Ese hecho desata una cadena de revelaciones que se remontan trece años atrás y que ponen en cuestión la identidad de la joven.
La tensión se desarrolla en dos planos: el político y el íntimo. Para Burman, esa dualidad es el corazón de la serie: "Todo thriller político es, en el fondo, un drama familiar. Los conflictos no resueltos en nuestras estructuras íntimas muchas veces se desplazan al terreno público. Ese cruce nos parecía fascinante".
Aunque se inspira en la novela de Claudia Piñeiro, la serie no es una adaptación literal. El traslado de la acción desde Buenos Aires a Jujuy implicó nuevas incorporaciones. Una de ellas fue el litio, un recurso estratégico que se volvió eje central del conflicto. "Era imposible filmar en el Norte sin incorporar la minería. Es un tema contemporáneo, con resonancia mundial, que conecta de manera orgánica con la trama", explicó el director.
Otro cambio importante fue el personaje de la hija. En la novela era un niño, mientras que en la versión de Netflix se transformó en una adolescente. "Convertirla en una joven mujer le dio más complejidad a los vínculos, aportó tensión y permitió un contraste fuerte con el personaje de la madre", señaló Burman.
Alejandra Flechner encarna a Irene, madre de Rovira, una figura poderosa que actúa como la sombra detrás del poder. Su rol fue redefinido para enfatizar la puja entre lo político y lo familiar.
"Las maldiciones" combina elementos de western, thriller y drama íntimo. Según Burman, esa mezcla era indispensable: "Queríamos que la tierra y el paisaje fueran parte del conflicto, que se respirara un aire de western sutil. Cada encuadre debía narrar no solo lo estético, sino también la presencia de la geografía en el drama".
La serie propone, además, una reflexión universal: la herencia que cargamos de nuestros padres. "Tal vez la gran maldición de la que intentamos escapar sean nuestros propios padres. No como personas físicas, sino como legado, como repeticiones no resueltas que se transmiten de generación en generación", planteó el realizador.
Gran parte de la producción se rodó en Jujuy, en lugares emblemáticos como Susques, La Quiaca, Yavi, Santa Catalina, Puesto del Marqués y el cerro 8 Hermanos. Susques, a 3.896 metros de altura, fue el epicentro de un desafío logístico inédito: falta de talleres mecánicos, escasa capacidad hotelera y temperaturas extremas.
"Cada vez que recuerdo el rodaje pienso en el pasillo del hotel con un tubo de oxígeno en el fondo. Hacíamos fila para poder respirar mejor. Nos faltaba el aire, pero no la pasión", rememoró Burman en la entrevista.
El rodaje movilizó a más de 257 profesionales, con 40 actores, 114 extras y 20 técnicos jujeños. Además, se contrataron más de 60 proveedores locales, desde transporte hasta servicios de hospedaje. "Nos sorprendió la cantidad de talento en Jujuy. Hubo predisposición total para adaptarse al ritmo de un rodaje de esta magnitud. Fue una experiencia transformadora", aseguró.
El contacto con la geografía jujeña marcó un antes y un después para Burman. "En Jujuy entendí que no se trata de dominar la naturaleza, sino de adaptarse a ella. Eso parece obvio, pero cuando uno lo vive en carne propia se lo lleva para siempre", confesó.
La convivencia extrema durante el rodaje también dejó huella en el equipo. "Fue como manejar un portaaviones en medio de una tormenta. Estábamos al mando con Martín Hodara y logramos llevar la serie a buen puerto gracias a la pasión compartida", dijo.
El estreno en Netflix convierte a "Las maldiciones" en un producto argentino con alcance global. La plataforma la lanzó en más de 190 países, subtitulada y doblada a múltiples idiomas. Burman expresó su emoción: "Uno sabe que en el día del estreno alguien va a apretar un botón en cualquier parte del planeta y la serie aparecerá en millones de pantallas. Esa adrenalina es única".
Sin embargo, aclaró que su mirada sigue siendo local: "Nosotros pensamos en contar historias a nuestras tías, a nuestros vecinos. Cuando se narra con verdad lo cercano, se vuelve universal".
El peso dramático recae en Leonardo Sbaraglia, que interpreta a un político atrapado entre la ambición y el legado familiar. A su lado, Gustavo Bassani da vida al secuestrador con motivaciones ambiguas. Alejandra Flechner brilla en el rol de la madre poderosa, mientras que Monna Antonópulos encarna a la esposa de Rovira y Francesca Varela debuta como la hija cuya identidad se convierte en el eje del conflicto.
"Los actores se movieron constantemente entre el rol público y el íntimo, entre el discurso político y el drama familiar. Ese tránsito fue lo que dio la tensión que buscábamos", comentó Burman.
Aunque se promociona como una serie de acción, "Las maldiciones" se diferencia por el trasfondo reflexivo. El suspenso político convive con dilemas sobre la filiación, la herencia y la identidad. "La gran pregunta es qué hacemos con la maldición que nos dejan nuestros padres. Cómo evitar repetirla y cómo transformarla en un regalo para nuestros hijos", resumió el director.
La serie, además, interpela sobre el poder y la tierra. Situada en plena discusión global por los recursos estratégicos, su inclusión del litio como tema central conecta con debates reales.
Para Burman, "Las maldiciones" dialoga con toda su filmografía. Desde "El abrazo partido" hasta "Iosi", el espía arrepentido, el director ha explorado la identidad, los vínculos y el peso de los lazos familiares. Esta vez lo hace en clave de acción y thriller político, con la ambición de llegar a una audiencia masiva.