POR DANIEL SALAS
inicia sesión o regístrate.
POR DANIEL SALAS
El próximo sábado los tilcareños despedirán a su protectora, la Virgen de Copacabana del abra de Punta Corral, que regresa a su santuario, donde permanecerá hasta el Miércoles Santo, y en horas de la noche, nuevamente estará de vuelta para interceder por ellos todo el año.
A las 5 de de esa jornada, el párroco Daniel Amante oficiará la misa de despedida, y posteriormente (se estima a las 6), comenzará la peregrinación llevando la sagrada imagen.
“No sé a que hora llegaremos, pero lo haremos, y estaremos un rato no más allá, porque hay que bajar de nuevo y en la tarde continuar con las actividades litúrgicas por San José”, señaló el sacerdote.
Desde el pasado jueves, la comunidad se viene preparando a través del rezo de la Novena, para despedir a la venerada, “así es, falta muy poquito. Durante estos días intervinieron las bandas de sikuris en este lindo acontecimiento, después hay misa y una procesión por las calles del pueblo. Y es muy lindo porque las bandas ofrecen su música ejecutada por los instrumentos que hacen bendecir en misa”.
Consideró que por los 50 años de devoción y peregrinación al abra de Punta Corral, “nos ha movilizado. Pero también después de la pandemia, la gente sintió la necesidad de manifestarse en su fe, en su vida religiosa; aunque todos los actos pos pandemia, fueron convocantes. Nos provocó un sacudón la pandemia y el encierro, entonces necesitamos decirle a Dios que estamos presentes y darle las gracias porque hemos superado la situación”.
A fines de mayo pasado, el religioso volvió a Tilcara para administrar la parroquia, por lo que las honras que se avecinan y la Semana Santa, será las primeras que vivenciará en esta nueva etapa de sacerdocio.
“Tilcara es linda para estos acontecimientos. No hay nada como Tilcara para una fiesta religiosa. En realidad toda la Quebrada se moviliza en sus celebraciones religiosas. Pero aquí en Semana Santa, con las honras a la Virgen de Copacabana, el Viernes Santo (por las ermitas y el Vía Crucis) y el Domingo de Pascuas”.
En su caso, “el hecho de volver y vivir la fiesta, significa también renovar la vida de fe. Si bien esto uno lo hace en todas las parroquias donde está, cada una de ellas tiene su particularidad”.
El próximo sábado subirá al cerro, y aseguró que sus rodillas “andan bien. Pero ya no es lo mismo como antes, cuando subía en cuatro horas y un poco más llegaba al santuario. Ahora seguramente demore un poco más, pero voy a llegar”, aseguró.