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Doce niños atrapados en una cueva desde el sábado

Tienen entre 11 y 16 años y son miembros de un equipo de fútbol. Permanecen en el interior de la cueva Tham Luang.

Miércoles, 27 de junio de 2018 19:53

Lluvias torrenciales entorpecían ayer la labor de los socorristas que intentan alcanzar a un grupo de 12 niños y su entrenador de fútbol atrapados desde el sábado en una cueva inundada en el norte de Tailandia.

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Lluvias torrenciales entorpecían ayer la labor de los socorristas que intentan alcanzar a un grupo de 12 niños y su entrenador de fútbol atrapados desde el sábado en una cueva inundada en el norte de Tailandia.

Varios monjes budistas llegaron al lugar para rezar mientras las familias seguían esperando noticias.

"La crecida del nivel del agua es un gran obstáculo para la operación de rescate y ha habido fuertes lluvias esta noche", declaró Khanchit Chomphudaeng, el responsable del equipo de socorristas.

La marina tailandesa, muy implicada en esta operación que moviliza a cientos de personas, incluidos buzos, precisó en Facebook que el nivel del agua había aumentado 15 centímetros durante la noche y que una tercera zona de esa red subterránea compleja y de varios kilómetros de largo estaba ahora inundada.

Los 12 niños de entre 11 y 16 años, todos ellos miembros de un equipo de fútbol, entraron el sábado despuÚs del entrenamiento en la cueva de Tham Luang, situada en el distrito de Mae Sai, cerca de la frontera con Birmania y Laos, para refugiarse del mal tiempo.

"El agua del interior de la cueva está llena de barro y hay poco oxígeno", indicó a la prensa frente a la cueva el gobernador de la provincia de Chiang Rai, Narongsak Ossttanakorn.

Ayer por la mañana, varios soldados instalaron sistemas de bombeo adicionales.

Varios monjes budistas, con sus tradiciones trajes naranjas, llegaron al lugar para rezar con cánticos ante la cueva, donde tambiÚn están instaladas desde hace varios días las familias de los jóvenes.

Las autoridades intentaban tambiÚn buscar entradas alternativas a la red subterránea a travÚs de la montaña.

Los primeros días de búsqueda no permitieron encontrar ningún rastro del grupo en el interior. Las autoridades creen que podrían haber hallado refugio un poco más lejos en esa cueva para protegerse ante la crecida.

En la entrada de la cueva un cartel advierte a los visitantes de que no entren durante el período de lluvias, entre julio y noviembre. La primera alerta la dio una madre preocupada porque su hijo no volvía el sábado de su entrenamiento. Las pertenencias de los niños, como bicicletas y zapatos, fueron halladas unas horas más tarde en la entrada de la cueva, situada dentro de un gran parque.

 

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