La única conquista fue obra de Marcos Litre. En tanto, Pablo Lencina le atajó un penal a Amín Aparicio. En la primera etapa, Talleres le jugó de igual a igual a su rival sin que se note la diferencia de categoría. En el fondo, los defensores no le dejaron espacio a los delanteros, en especial a Balvorín absorbido por la marca de Méndez.
Pisculiche se paró bien en mitad de cancha, acompañado por Roldán y "Maxi" Ponce el más movedizo convertido en una pesadilla cada vez que tuvo la redonda en sus pies. Pero Talleres cometió el error de adosarle mayor decisión para encarar los metros finales en busca del arco visitante.
En un avance profundo del equipo periqueño lo tocaron a Aparicio adentro del área grande y el juez cobró penal sin dudar, pero el mismo Aparicio lo ejecutó anunciado y en estirada fenomenal de Lencina le contuvo el disparo al "Turco" que desaprovechó una chance inmejorable para ponerse en ventaja.
Era un buen momento del "expreso" porque el partido a pesar de ser amistoso, lo tenía controlado ante un sorprendido Juventud que intentaba pero el local le cerraba todos los caminos.
Hasta su técnico Juan José López se alteró reclamando en forma airada al árbitro cuestiones futbolísticas que sus jugadores no podían resolver en la cancha.
Pero, la diferencia de categoría apareció en el momento justo, Balvorín de guapo nomás peleó una pelota con Lavayén, se la llevó por derecha y sirvió el centro que Litre definió perfecto, anotando el único gol de la mañana.
En el complemento, las acciones se emparejaron, el trámite se hizo entretenido hasta con algunos roces y antes que las cosas pasaran a mayores, el árbitro pidió el cambio de Ramadán y Martinez (había ingresado por Aparicio) que había protagonizado un altercado.
El "expreso" se mandó en busca de la igualdad a costa de sufrir contragolpes, en uno de ellos Balvorín no pudo con el arquero Llanos.
En los avances de Talleres, Córdoba fue el más incisivo con dos cabezazos, uno se fue apenas desviado y el restante devuelto por el travesaño.
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La única conquista fue obra de Marcos Litre. En tanto, Pablo Lencina le atajó un penal a Amín Aparicio. En la primera etapa, Talleres le jugó de igual a igual a su rival sin que se note la diferencia de categoría. En el fondo, los defensores no le dejaron espacio a los delanteros, en especial a Balvorín absorbido por la marca de Méndez.
Pisculiche se paró bien en mitad de cancha, acompañado por Roldán y "Maxi" Ponce el más movedizo convertido en una pesadilla cada vez que tuvo la redonda en sus pies. Pero Talleres cometió el error de adosarle mayor decisión para encarar los metros finales en busca del arco visitante.
En un avance profundo del equipo periqueño lo tocaron a Aparicio adentro del área grande y el juez cobró penal sin dudar, pero el mismo Aparicio lo ejecutó anunciado y en estirada fenomenal de Lencina le contuvo el disparo al "Turco" que desaprovechó una chance inmejorable para ponerse en ventaja.
Era un buen momento del "expreso" porque el partido a pesar de ser amistoso, lo tenía controlado ante un sorprendido Juventud que intentaba pero el local le cerraba todos los caminos.
Hasta su técnico Juan José López se alteró reclamando en forma airada al árbitro cuestiones futbolísticas que sus jugadores no podían resolver en la cancha.
Pero, la diferencia de categoría apareció en el momento justo, Balvorín de guapo nomás peleó una pelota con Lavayén, se la llevó por derecha y sirvió el centro que Litre definió perfecto, anotando el único gol de la mañana.
En el complemento, las acciones se emparejaron, el trámite se hizo entretenido hasta con algunos roces y antes que las cosas pasaran a mayores, el árbitro pidió el cambio de Ramadán y Martinez (había ingresado por Aparicio) que había protagonizado un altercado.
El "expreso" se mandó en busca de la igualdad a costa de sufrir contragolpes, en uno de ellos Balvorín no pudo con el arquero Llanos.
En los avances de Talleres, Córdoba fue el más incisivo con dos cabezazos, uno se fue apenas desviado y el restante devuelto por el travesaño.