La
Asamblea Extraordinaria de la Asociación del Fútbol Argentino finalmente aprobó ayer la creación de la
Superliga, con el voto positivo de 70 de los 71 representantes presentes, y aunque el marco normativo del nuevo campeonato terminará de resolverse recién la próxima semana se confirmó que la competencia comenzará el 19 de agosto y tendrá cuatro descensos.
También quedó sellado el reparto de los fondos provenientes de la venta de derechos de TV: 78% para la
Primera División (subdividida en tres categorías: River y Boca, primero; San Lorenzo, Racing, Independiente y Rosario Central, después; y finalmente el resto); 12% para la Primera B Nacional; 8% para B Metro, C, D y Argentino A; y 2% de gastos. La Súper Liga, a la vez, deberá pagarle un cánon anual a la AFA, de cuya estructura dependerá a pedido de la Fifa.
El único voto negativo fue el del presidente de la Asociación Rosarina de Fútbol, Mario Giammaría, quien cuestionó la copia "de un modelo como la Liga de España, que está en una crisis terminal"; se lamentó "la falta de una autocrítica profunda" por parte del colectivo de dirigentes; y alertó sobre los peligros de convertir a los clubes en sociedades anónimas deportivas.
La Asamblea, que aprobó la modificación de los estatutos de la AFA (paso legal ineludible para la creación de la Súper Liga), se desarrolló en el predio de Ezeiza. El encuentro comenzó poco después de las 16 con la presencia de 71 representantes y apenas 12 minutos más tarde se realizó la votación nominal para tratar el tema "en general": fueron, lo dicho, 70 sufragios a favor.
Esta abrumadora mayoría parece encaminar al fútbol argentino hacia una solución al profundo conflicto que atraviesa desde hace un tiempo, y que estalló el año pasado con la elección frustrada para un nuevo presidente de la AFA.
Eso sí: al momento de analizar puntualmente cada artículo de la nueva normativa, distintos dirigentes fueron poniendo algunas objeciones que concluyeron en el llamado a una nueva reunión, el lunes que viene a las 16 en la sede de Viamonte, "para incorporar las correcciones que se consideren oportunas", explicó el presidente de Gimnasia y Esgrima La Plata, Daniel Onofri.
"Queremos que la Superliga sea lo mejor para el fútbol argentino, un torneo más atractivo, con más ingresos para los clubes, con más seguridad para los espectadores, con el regreso del público visitante... Avanzar en todo eso es positivo, por eso es necesario corregir las cosas que fueron surgiendo en la Asamblea para tener el mejor estatuto posible", agregó el dirigente platense.
Según Onofri, el objetivo es también "garantizar la equidad pensando sobre todo en los clubes más chicos".
Lo concreto
Sí es un hecho que el certamen tendrá 30 equipos (todos contra todos) y comenzará el 19 de agosto; que habrá cuatro descensos y dos ascensos desde la B Nacional.
El voto en contra
La creación de la Superliga se copia de un fútbol que está en una crisis terminal como el español según dio a entender con sus palabras, ayer por la tarde, el presidente de la Asociación Rosarina de Fútbol.
Mario Giammaría, único dirigente que votó en contra de la modificación del estatuto en la Asamblea Extraordinaria realizada esta tarde en el predio de la AFA en Ezeiza.
"Algo había que hacer, eso es seguro, pero no puede ser que habiendo tantas individualidades destacadas en la dirigencia del fútbol argentino no podamos funcionar en conjunto, no podamos hacer una autocrítica y terminemos copiándonos de la Liga de España, que está en una crisis terminal", apuntó Giammaría, titular de la Asociación Rosarina de Fútbol.
"Ningún dirigente leyó en su totalidad el nuevo estatuto de la Súper Liga y nos embarcamos en una aventura que nadie sabe cómo va a terminar", agregó.
Giammaría hizo especial hincapié "en la ausencia de cuestiones puntuales como la relación con el fútbol del Interior, los límites jurisdiccionales. Hay muchos vacíos".
Finalmente, el directivo citó parte del texto "Sociedades Anónimas Deportivas (SAD): Luces y Sombras", del escritor e historiador valenciano Vicent Masía.
"El fútbol de España -reprodujo Giammaría-, es hoy uno de los más endeudados del mundo, y la conversión de los clubes en SAD se ha verificado como un rotundo y absoluto fracaso que no sólo no ha mejorado lo que había, sino que lo ha empeorado hasta consecuencias insospechadas".
"Urge una reconversión inminente (...) para hacer que las SAD reemprendan el buen camino o bien encontrar una solución intermedia más exitosa para que cesen sus despropósitos financieros, pues la sociedad española en general, a pesar de que se beneficia de un espectáculo sin lugar a duda único, no tiene por qué pagar los actos irresponsables de gerentes de paso con mucho que ganar, poco que perder y nada que pagar", finalizó.
De esta manera, de una forma que pareció más impotente y resignada que nada, se despachó contra la Superliga el mandamás de la Asociación Rosarina de Fútbol a la salida de la Asamblea Extraordinaria que se llevó a cabo ayer y que dio paso a este novedoso certamen.
La
Asamblea Extraordinaria de la Asociación del Fútbol Argentino finalmente aprobó ayer la creación de la
Superliga, con el voto positivo de 70 de los 71 representantes presentes, y aunque el marco normativo del nuevo campeonato terminará de resolverse recién la próxima semana se confirmó que la competencia comenzará el 19 de agosto y tendrá cuatro descensos.
También quedó sellado el reparto de los fondos provenientes de la venta de derechos de TV: 78% para la
Primera División (subdividida en tres categorías: River y Boca, primero; San Lorenzo, Racing, Independiente y Rosario Central, después; y finalmente el resto); 12% para la Primera B Nacional; 8% para B Metro, C, D y Argentino A; y 2% de gastos. La Súper Liga, a la vez, deberá pagarle un cánon anual a la AFA, de cuya estructura dependerá a pedido de la Fifa.
El único voto negativo fue el del presidente de la Asociación Rosarina de Fútbol, Mario Giammaría, quien cuestionó la copia "de un modelo como la Liga de España, que está en una crisis terminal"; se lamentó "la falta de una autocrítica profunda" por parte del colectivo de dirigentes; y alertó sobre los peligros de convertir a los clubes en sociedades anónimas deportivas.
La Asamblea, que aprobó la modificación de los estatutos de la AFA (paso legal ineludible para la creación de la Súper Liga), se desarrolló en el predio de Ezeiza. El encuentro comenzó poco después de las 16 con la presencia de 71 representantes y apenas 12 minutos más tarde se realizó la votación nominal para tratar el tema "en general": fueron, lo dicho, 70 sufragios a favor.
Esta abrumadora mayoría parece encaminar al fútbol argentino hacia una solución al profundo conflicto que atraviesa desde hace un tiempo, y que estalló el año pasado con la elección frustrada para un nuevo presidente de la AFA.
Eso sí: al momento de analizar puntualmente cada artículo de la nueva normativa, distintos dirigentes fueron poniendo algunas objeciones que concluyeron en el llamado a una nueva reunión, el lunes que viene a las 16 en la sede de Viamonte, "para incorporar las correcciones que se consideren oportunas", explicó el presidente de Gimnasia y Esgrima La Plata, Daniel Onofri.
"Queremos que la Superliga sea lo mejor para el fútbol argentino, un torneo más atractivo, con más ingresos para los clubes, con más seguridad para los espectadores, con el regreso del público visitante... Avanzar en todo eso es positivo, por eso es necesario corregir las cosas que fueron surgiendo en la Asamblea para tener el mejor estatuto posible", agregó el dirigente platense.
Según Onofri, el objetivo es también "garantizar la equidad pensando sobre todo en los clubes más chicos".
Lo concreto
Sí es un hecho que el certamen tendrá 30 equipos (todos contra todos) y comenzará el 19 de agosto; que habrá cuatro descensos y dos ascensos desde la B Nacional.
El voto en contra
La creación de la Superliga se copia de un fútbol que está en una crisis terminal como el español según dio a entender con sus palabras, ayer por la tarde, el presidente de la Asociación Rosarina de Fútbol.
Mario Giammaría, único dirigente que votó en contra de la modificación del estatuto en la Asamblea Extraordinaria realizada esta tarde en el predio de la AFA en Ezeiza.
"Algo había que hacer, eso es seguro, pero no puede ser que habiendo tantas individualidades destacadas en la dirigencia del fútbol argentino no podamos funcionar en conjunto, no podamos hacer una autocrítica y terminemos copiándonos de la Liga de España, que está en una crisis terminal", apuntó Giammaría, titular de la Asociación Rosarina de Fútbol.
"Ningún dirigente leyó en su totalidad el nuevo estatuto de la Súper Liga y nos embarcamos en una aventura que nadie sabe cómo va a terminar", agregó.
Giammaría hizo especial hincapié "en la ausencia de cuestiones puntuales como la relación con el fútbol del Interior, los límites jurisdiccionales. Hay muchos vacíos".
Finalmente, el directivo citó parte del texto "Sociedades Anónimas Deportivas (SAD): Luces y Sombras", del escritor e historiador valenciano Vicent Masía.
"El fútbol de España -reprodujo Giammaría-, es hoy uno de los más endeudados del mundo, y la conversión de los clubes en SAD se ha verificado como un rotundo y absoluto fracaso que no sólo no ha mejorado lo que había, sino que lo ha empeorado hasta consecuencias insospechadas".
"Urge una reconversión inminente (...) para hacer que las SAD reemprendan el buen camino o bien encontrar una solución intermedia más exitosa para que cesen sus despropósitos financieros, pues la sociedad española en general, a pesar de que se beneficia de un espectáculo sin lugar a duda único, no tiene por qué pagar los actos irresponsables de gerentes de paso con mucho que ganar, poco que perder y nada que pagar", finalizó.
De esta manera, de una forma que pareció más impotente y resignada que nada, se despachó contra la Superliga el mandamás de la Asociación Rosarina de Fútbol a la salida de la Asamblea Extraordinaria que se llevó a cabo ayer y que dio paso a este novedoso certamen.