Los investigadores de la desaparición del financista Hugo Darío Díaz, de quien no se sabe nada desde hace cinco meses cuando se lo vio por última vez en el microcentro porteño, comenzaron a analizar la pista del narcotráfico y el lavado de dinero como una nueva hipótesis, informaron ayer fuentes judiciales.
Tres son los expedientes judiciales que por el momento se cruzan y tienen a Díaz (41) en el centro de alguna investigación.
Por un lado, la fiscal de Instrucción 40, Estela Andrades, está a cargo de la causa por la averiguación de paradero de Díaz que se inició el 9 de marzo cuando el empresario domiciliado en la localidad bonaerense de Lanús desapareció en la "city porteña".
Por el otro, el fiscal Carlos Gonella, de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), trabaja junto a Andrades porque tiene mencionado a Díaz en una causa en la provincia de Chaco en la que se investigan algunas operaciones financieras como posible maniobras de lavado.
En tanto, el fuero Penal Económico, en una causa a cargo del juez Rafael Caputo y la fiscal María Luz Rivas Diez, venía investigando a Díaz y a su amigo y contador Diego Xavier Guastini -la última persona en ver al financista-, como parte de una organización dedicada al lavado y tráfico de divisas.
Precisamente la oficina de Guastini, en Florida al 500 -que fue el último lugar donde fue visto Díaz aquel 9 de marzo-, fue uno de los objetivos de los 31 allanamientos que el juez Caputo ordenó el 24 de junio en el marco de esa causa.
"En ese expediente hay escuchas telefónicas y en una de ellas surge una posible conexión entre Díaz y una cocina de cocaína en el partido bonaerense de Zárate", dijo a Télam una fuente judicial.
La misma fuente reveló que la fiscal Andrades está analizando esas escuchas telefónicas del expediente del fuero Penal Económico en busca de alguna pista sobre Díaz.
"La investigación sigue abierta y no se puede descartar nada. Incluso, seguimos pensando que una de las posibilidades es que Díaz se haya 'borrado' por decisión propia. Tenía deudas y hacía negocios peligrosos con personas peligrosas", reveló a Télam uno de los investigadores.
Andrades también espera que los expertos de la Unidad de Cibercrimen de la Policía Metropolitana le envíen los informes de las pericias que se ordenaron sobre las computadoras secuestradas a Díaz.
Estos secuestros se efectuaron durante un allanamiento realizado por la fiscal el 25 de marzo en la oficina de Díaz, en el cuarto piso de un edificio situado San Martín 543, de la Capital Federal, donde, según los investigadores, podía funcionar una "cueva financiera".
Por lo que la fiscalía y la Policía pudieron reconstruir hasta el momento, se sabe que el domingo 8 de marzo Díaz pasó la noche en la casa que aún compartía con su ex mujer, Andrea Puccar, en Lanús, a pesar de estar separados.
El lunes 9 llegó a media mañana al garaje de Lavalle al 600, en el microcentro porteño, donde dejó su Volkswgen Vento patente KNP052, le envió mensajes a Puccar; otros a su novia, Ana Luna y otros a su primo Carlos, apodado "El Pela", quien trabajaba para él en su financiera.
El empresario nunca llegó a pasar por su oficina, pero fue a la de Guastini, donde pasadas las 11 retiró un cheque por 32.000 pesos que todos los meses solía cambiarlo.
En la causa consta un video en el que se ve a Díaz ingresar al edificio de la oficina de Guastini pero no se lo ve retirarse, aunque se cree que salió por una puerta de servicio que no tiene cámaras.
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Los investigadores de la desaparición del financista Hugo Darío Díaz, de quien no se sabe nada desde hace cinco meses cuando se lo vio por última vez en el microcentro porteño, comenzaron a analizar la pista del narcotráfico y el lavado de dinero como una nueva hipótesis, informaron ayer fuentes judiciales.
Tres son los expedientes judiciales que por el momento se cruzan y tienen a Díaz (41) en el centro de alguna investigación.
Por un lado, la fiscal de Instrucción 40, Estela Andrades, está a cargo de la causa por la averiguación de paradero de Díaz que se inició el 9 de marzo cuando el empresario domiciliado en la localidad bonaerense de Lanús desapareció en la "city porteña".
Por el otro, el fiscal Carlos Gonella, de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), trabaja junto a Andrades porque tiene mencionado a Díaz en una causa en la provincia de Chaco en la que se investigan algunas operaciones financieras como posible maniobras de lavado.
En tanto, el fuero Penal Económico, en una causa a cargo del juez Rafael Caputo y la fiscal María Luz Rivas Diez, venía investigando a Díaz y a su amigo y contador Diego Xavier Guastini -la última persona en ver al financista-, como parte de una organización dedicada al lavado y tráfico de divisas.
Precisamente la oficina de Guastini, en Florida al 500 -que fue el último lugar donde fue visto Díaz aquel 9 de marzo-, fue uno de los objetivos de los 31 allanamientos que el juez Caputo ordenó el 24 de junio en el marco de esa causa.
"En ese expediente hay escuchas telefónicas y en una de ellas surge una posible conexión entre Díaz y una cocina de cocaína en el partido bonaerense de Zárate", dijo a Télam una fuente judicial.
La misma fuente reveló que la fiscal Andrades está analizando esas escuchas telefónicas del expediente del fuero Penal Económico en busca de alguna pista sobre Díaz.
"La investigación sigue abierta y no se puede descartar nada. Incluso, seguimos pensando que una de las posibilidades es que Díaz se haya 'borrado' por decisión propia. Tenía deudas y hacía negocios peligrosos con personas peligrosas", reveló a Télam uno de los investigadores.
Andrades también espera que los expertos de la Unidad de Cibercrimen de la Policía Metropolitana le envíen los informes de las pericias que se ordenaron sobre las computadoras secuestradas a Díaz.
Estos secuestros se efectuaron durante un allanamiento realizado por la fiscal el 25 de marzo en la oficina de Díaz, en el cuarto piso de un edificio situado San Martín 543, de la Capital Federal, donde, según los investigadores, podía funcionar una "cueva financiera".
Por lo que la fiscalía y la Policía pudieron reconstruir hasta el momento, se sabe que el domingo 8 de marzo Díaz pasó la noche en la casa que aún compartía con su ex mujer, Andrea Puccar, en Lanús, a pesar de estar separados.
El lunes 9 llegó a media mañana al garaje de Lavalle al 600, en el microcentro porteño, donde dejó su Volkswgen Vento patente KNP052, le envió mensajes a Puccar; otros a su novia, Ana Luna y otros a su primo Carlos, apodado "El Pela", quien trabajaba para él en su financiera.
El empresario nunca llegó a pasar por su oficina, pero fue a la de Guastini, donde pasadas las 11 retiró un cheque por 32.000 pesos que todos los meses solía cambiarlo.
En la causa consta un video en el que se ve a Díaz ingresar al edificio de la oficina de Guastini pero no se lo ve retirarse, aunque se cree que salió por una puerta de servicio que no tiene cámaras.
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