La posibilidad de alzarse con una
Copa América por primera vez en su historia, y encima en su propia casa, no es por el momento estímulo suficiente como para que los chilenos entren en clima de competencia a apenas cuatro días del comienzo del certamen. Santiago, la capital del país que albergará al equipo local el próximo jueves en el debut ante
Ecuador, no observa incentivos publicitarios que se puedan visualizar más allá del ingreso al aeropuerto internacional "Comodoro Arturo Merino Benítez".
Ni siquiera los modernos e impactantes shoppings transmiten desde sus despampanantes vidrieras esos acicates publicitarios que empujan a la gente hacia el consumo de Copa América.
De hecho, solamente hace falta recorrer un poco el centro santiaguino para decepcionarse, sobre todo el ambiente futbolero, de la realidad que se vive por aquí. Es que para cualquier desinformado que llegue a
Chile por estas horas, será imposible darse cuenta que acá se jugará el certamen continental de selecciones más antiguo del mundo en apenas un puñado de horas.
"Todo empezó con gran entusiasmo pero se cayó en los últimos días", refirió un taxista indignado porque la mayoría de los radio vehículos locales había firmado un convenio con una importante empresa internacional de comunicación telefónica para promocionar el certamen.
El acuerdo en cuestión obligaba a todos los radio taxis a lucir en sus puertas una inscripción que rezaba: "Copa América, taxi oficial".
Los "tacheros" cumplieron con su parte, pero la empresa no hizo lo propio, el acuerdo se cayó, pero la publicidad quedó instalada en los laterales de los autos que pululan por la ciudad. "Es una propaganda gratuita", se quejó otro de esos frustrados comerciantes del transporte.
El interés del futbolero de ley pasa esencialmente por esperar la llegada del campeón de la Liga de Campeones, el arquero de Barcelona, Claudio Bravo, y del subcampeón, Arturo Vidal, de la
Juventus, para que el técnico argentino
Jorge Sampaoli tenga a su plantel completo.
Mientras tanto el complejo "Juan Pinto Durán" que alberga a los todavía 21 soñadores del equipo chileno (Bravo y Vidal llegarán mañana) se mantiene cerrado a los ojos inquisidores de la prensa, como para quitarle aún más vivacidad a esta previa que se consume sobre el final de las competencias locales en cada uno de los países participantes.
Es un hecho consumado entonces que con el comienzo de la semana y las delegaciones completas, la Copa América "se pondrá en marcha", no solamente en cuanto al trabajo formal de los planteles sino también el despliegue informativo de los medios, que en el caso de quienes la organizan, es también bastante escaso por estas horas, algo que se espera mejorar con el correr de los días.
La posibilidad de alzarse con una
Copa América por primera vez en su historia, y encima en su propia casa, no es por el momento estímulo suficiente como para que los chilenos entren en clima de competencia a apenas cuatro días del comienzo del certamen. Santiago, la capital del país que albergará al equipo local el próximo jueves en el debut ante
Ecuador, no observa incentivos publicitarios que se puedan visualizar más allá del ingreso al aeropuerto internacional "Comodoro Arturo Merino Benítez".
Ni siquiera los modernos e impactantes shoppings transmiten desde sus despampanantes vidrieras esos acicates publicitarios que empujan a la gente hacia el consumo de Copa América.
De hecho, solamente hace falta recorrer un poco el centro santiaguino para decepcionarse, sobre todo el ambiente futbolero, de la realidad que se vive por aquí. Es que para cualquier desinformado que llegue a
Chile por estas horas, será imposible darse cuenta que acá se jugará el certamen continental de selecciones más antiguo del mundo en apenas un puñado de horas.
"Todo empezó con gran entusiasmo pero se cayó en los últimos días", refirió un taxista indignado porque la mayoría de los radio vehículos locales había firmado un convenio con una importante empresa internacional de comunicación telefónica para promocionar el certamen.
El acuerdo en cuestión obligaba a todos los radio taxis a lucir en sus puertas una inscripción que rezaba: "Copa América, taxi oficial".
Los "tacheros" cumplieron con su parte, pero la empresa no hizo lo propio, el acuerdo se cayó, pero la publicidad quedó instalada en los laterales de los autos que pululan por la ciudad. "Es una propaganda gratuita", se quejó otro de esos frustrados comerciantes del transporte.
El interés del futbolero de ley pasa esencialmente por esperar la llegada del campeón de la Liga de Campeones, el arquero de Barcelona, Claudio Bravo, y del subcampeón, Arturo Vidal, de la
Juventus, para que el técnico argentino
Jorge Sampaoli tenga a su plantel completo.
Mientras tanto el complejo "Juan Pinto Durán" que alberga a los todavía 21 soñadores del equipo chileno (Bravo y Vidal llegarán mañana) se mantiene cerrado a los ojos inquisidores de la prensa, como para quitarle aún más vivacidad a esta previa que se consume sobre el final de las competencias locales en cada uno de los países participantes.
Es un hecho consumado entonces que con el comienzo de la semana y las delegaciones completas, la Copa América "se pondrá en marcha", no solamente en cuanto al trabajo formal de los planteles sino también el despliegue informativo de los medios, que en el caso de quienes la organizan, es también bastante escaso por estas horas, algo que se espera mejorar con el correr de los días.