Si bien los chaparrones de ayer no causaron daños materiales como días anteriores, las familias de diferentes puntos de la capital aún no se recuperaron de las pérdidas sufridas. En Reyes y en Suipacha algunas casas se encuentran deshabitadas por el anegamiento, mientras que en Chijra los evacuados regresaron a sus hogares pero sólo cuentan con mercadería para el almuerzo. También esperan donaciones para mandar a sus hijos a las escuelas y reconstruir sus habitaciones.
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Si bien los chaparrones de ayer no causaron daños materiales como días anteriores, las familias de diferentes puntos de la capital aún no se recuperaron de las pérdidas sufridas. En Reyes y en Suipacha algunas casas se encuentran deshabitadas por el anegamiento, mientras que en Chijra los evacuados regresaron a sus hogares pero sólo cuentan con mercadería para el almuerzo. También esperan donaciones para mandar a sus hijos a las escuelas y reconstruir sus habitaciones.
El barrio Chijra es el único sector que tuvo evacuados en la capital, donde la situación sigue siendo complicada para los vecinos.
Durante el mediodía de ayer, las madres de la zona que se encuentra detrás de la iglesia San Bartolomé se encontraban haciendo un almuerzo comunitario para las casi veinte personas que perdieron sus pertenencias el miércoles durante la madrugada.
Los afectados indicaron que desde el centro de salud del barrio les donaron la mercadería suficiente para hacer una “olla popular”, y aunque agradecieron la generosidad, indicaron que sólo les alcanza para el almuerzo diario.
Aún rodeada de barro y de agua, una de las afectadas indicó que también recibieron el apoyo de Defensa Civil, que les donó colchones. Sin embargo, la vecina Virginia Cari recordó que muchos tienen varios hijos y siguen necesitando elementos e insumos para volver a poner en pie su hogar.
Las familias que residían en las precarias casas que fueron arrastradas por el río Chijra, se instalaron en otro sector abandonado del asentamiento, mientras que otros ocuparon algunas piezas que sus vecinos solidariamente pusieron a disposición.
Las madres indicaron que a pesar de que las lluvias continuaron, ellas no se retiraron del lugar porque intentan reconstruir sus hogares porque no tienen a dónde ir, pero acordaron con los funcionarios del Gobierno que si la creciente del río volviera a causar estragos se refugiarían en el Centro de Participación Vecinal o en la iglesia. “No podemos dormir tranquilos. Cuando llueve estamos pendientes de que el río no crezca de nuevo y volvamos a perder todo, la poca ropa que tenemos y los colchones. Nadie puede dormir tranquilo en este lugar”, dijo Azucena Prieto, otra de las damnificadas del sector.
Si bien los vecinos de Chijra solicitaron la colaboración de la comunidad con colchones, alimentos e indumentaria para todas las edades, la mayor preocupación de las familias son los niños. Los más pequeños del sector desde el miércoles no pudieron asistir a clases porque no tienen zapatillas ni ropa.
Los asistentes sociales les indicaron que los chicos tendrán las faltas justificadas en los establecimientos, pero las madres preocupadas indicaron que no desean que pierdan más días de clases, por lo que solicitaron a la comunidad colaborar con zapatillas, útiles escolares y ropa para ir a la escuela.
“Ningún chico del asentamiento pudo ir a la escuela hasta ahora porque el río se llevó sus cosas o algunas siguen mojadas. También necesitamos urgente pañales, porque algunos tenemos bebés y se perdió todo lo de ellos también”, sostuvo preocupada Virginia Cari, haciendo un llamado solidario a la comunidad jujeña.