Los dirigentes de la
CTA Autónoma Nacional,
Pablo Micheli y
Mario Barrios, estuvieron en
Jujuy y junto a referentes de la Asociación de Trabajadores Campesinos recorrieron diferentes localidades para conocer la realidad de los obreros del campo y escuchar sus necesidades, entre las que figuran la falta de gas, agua y electricidad, como también las abultadas sumas que les cobran los propietarios de las tierras que arriendan.
Los dirigentes se entrevistaron con campesinos de Pampa Vieja, San Antonio, Manantiales, Aguas Calientes, Puesto Viejo, Santa Rita, Lobatón, La Esperanza, La Urbana, La Mendieta y Carahunco en las mismas localidades, además de mantener una reunión con dirigentes de la CTA local encabezada por Freddy Berdeja, a fin de abordar un proyecto que la central obrera tiene para el sector.
Tras la recorrida, Micheli expresó: "La tierra es de quien la trabaja", agregando que "si todos los trabajadores se mantienen unidos y juntos salen a luchar, podemos lograr hacer realidad nuestro proyecto, ya que nada es imposible si salimos a la calle".
Por su parte, Barrios contó su experiencia con la Cooperativa Unión Solidaria de Trabajadores (UST), que es una empresa recuperada, y un claro ejemplo de que, si los trabajadores se unen en la lucha por causas comunes, todo se puede lograr.
En cada lugar, los dirigentes escucharon las diferentes formas de arreglo que hacen los campesinos con los dueños de las tierras para poder producir, indicando que las veces que no reunen los fondos para poder pagar el arriendo, los propietarios se quedan con lo que producen en agricultura, inclusive animales. También pudieron observar la variedad de cultivos que producen (pepino, zapallito, choclo, tomate, acelga, cebolla) en una hectárea o un poco más, donde trabajan familias enteras para poder subsistir.
Asimismo escucharon el reclamo de campesinos de Puesto Viejo y zonas adyacentes, que piden poder ocupar tierras donadas por una empresa del lugar para la instalación de un polo industrial, que nunca se concretó. Lo mismo que en La Esperanza, cuyo complejo agroindustrial tiene la mitad de sus tierras ociosas y solo piden 600 hectáreas para que un centenar de familias puedan produci
Los dirigentes de la
CTA Autónoma Nacional,
Pablo Micheli y
Mario Barrios, estuvieron en
Jujuy y junto a referentes de la Asociación de Trabajadores Campesinos recorrieron diferentes localidades para conocer la realidad de los obreros del campo y escuchar sus necesidades, entre las que figuran la falta de gas, agua y electricidad, como también las abultadas sumas que les cobran los propietarios de las tierras que arriendan.
Los dirigentes se entrevistaron con campesinos de Pampa Vieja, San Antonio, Manantiales, Aguas Calientes, Puesto Viejo, Santa Rita, Lobatón, La Esperanza, La Urbana, La Mendieta y Carahunco en las mismas localidades, además de mantener una reunión con dirigentes de la CTA local encabezada por Freddy Berdeja, a fin de abordar un proyecto que la central obrera tiene para el sector.
Tras la recorrida, Micheli expresó: "La tierra es de quien la trabaja", agregando que "si todos los trabajadores se mantienen unidos y juntos salen a luchar, podemos lograr hacer realidad nuestro proyecto, ya que nada es imposible si salimos a la calle".
Por su parte, Barrios contó su experiencia con la Cooperativa Unión Solidaria de Trabajadores (UST), que es una empresa recuperada, y un claro ejemplo de que, si los trabajadores se unen en la lucha por causas comunes, todo se puede lograr.
En cada lugar, los dirigentes escucharon las diferentes formas de arreglo que hacen los campesinos con los dueños de las tierras para poder producir, indicando que las veces que no reunen los fondos para poder pagar el arriendo, los propietarios se quedan con lo que producen en agricultura, inclusive animales. También pudieron observar la variedad de cultivos que producen (pepino, zapallito, choclo, tomate, acelga, cebolla) en una hectárea o un poco más, donde trabajan familias enteras para poder subsistir.
Asimismo escucharon el reclamo de campesinos de Puesto Viejo y zonas adyacentes, que piden poder ocupar tierras donadas por una empresa del lugar para la instalación de un polo industrial, que nunca se concretó. Lo mismo que en La Esperanza, cuyo complejo agroindustrial tiene la mitad de sus tierras ociosas y solo piden 600 hectáreas para que un centenar de familias puedan produci