Las armas, escopetas de calibre 12.70, fueron sustraídas de la sede de la Coordinadora Departamental de Investigaciones (CDI) de Quilmes, ex DDI.
El hurto del armamento utilizado por los policías, que recién trascendió ayer, fue descubierto la semana pasada en la sede situada en Alison Bell y Garibaldi, de esa localidad del sudeste del Gran Buenos Aires.
Según trascendió, los agentes que descubrieron el robo detectaron que los responsables rompieron un candado que cubría la puerta de la sala de armas de la dependencia.
El caso comenzó a ser investigado por la fiscal Ximena Santoro, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 7, del Departamento Judicial local.
Hasta el momento no habría personas identificadas como sospechosas del delito que trajo cierta preocupación en la fuerza policial.
Las armas, escopetas de calibre 12.70, fueron sustraídas de la sede de la Coordinadora Departamental de Investigaciones (CDI) de Quilmes, ex DDI.
El hurto del armamento utilizado por los policías, que recién trascendió ayer, fue descubierto la semana pasada en la sede situada en Alison Bell y Garibaldi, de esa localidad del sudeste del Gran Buenos Aires.
Según trascendió, los agentes que descubrieron el robo detectaron que los responsables rompieron un candado que cubría la puerta de la sala de armas de la dependencia.
El caso comenzó a ser investigado por la fiscal Ximena Santoro, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 7, del Departamento Judicial local.
Hasta el momento no habría personas identificadas como sospechosas del delito que trajo cierta preocupación en la fuerza policial.