Una aventura educativa transformadora, vivieron los estudiantes de 6º y 7º grado de la escuela primaria N° 338 "Dr. Carlos Alberto Alvarado" de la localidad de El Piquete ubicada en el departamento Santa Bárbara. Por primera vez para muchos de ellos, los niños tuvieron la oportunidad de viajar desde la Selva jujeña para explorar los contrastantes paisajes del Valle y la Quebrada de Jujuy.
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Una aventura educativa transformadora, vivieron los estudiantes de 6º y 7º grado de la escuela primaria N° 338 "Dr. Carlos Alberto Alvarado" de la localidad de El Piquete ubicada en el departamento Santa Bárbara. Por primera vez para muchos de ellos, los niños tuvieron la oportunidad de viajar desde la Selva jujeña para explorar los contrastantes paisajes del Valle y la Quebrada de Jujuy.
Este significativo viaje de estudios se llevó a cabo con el objetivo principal de ampliar el contexto cultural de los alumnos, fortalecer la construcción de su identidad social y permitirles conocer de cerca el entorno geográfico de su provincia. La experiencia no solo fue un aprendizaje sobre el territorio, sino también una oportunidad invaluable para la interrelación entre los niños y el enriquecimiento cultural mutuo.
Acompañados por los docentes Delia Ruiz, Abel Maidana, Silvia Padilla y Rocío Romero, los estudiantes partieron desde El Piquete. El itinerario trazado los llevó a vivir momentos únicos. En Volcán, tuvieron la emocionante experiencia de abordar el Tren Solar, una forma innovadora de recorrer parte de la Quebrada. Ya en Purmamarca, disfrutaron de un paseo inolvidable por Los Colorados, maravillándose con la paleta de colores de sus cerros.
Al llegar a San Salvador de Jujuy, los niños recorrieron lugares emblemáticos como El Cabildo y el Museo Lola Mora. Además, tuvieron la oportunidad de visitar la Feria del Libro, un espacio para la cultura y el conocimiento, y el estadio del reconocido Club Gimnasia y Esgrima de Jujuy, acercándose al deporte y la pasión local.
Tras un día lleno de nuevas experiencias y aprendizajes, los chicos regresaron a El Piquete en horas de la noche, llevando consigo recuerdos imborrables y una visión más amplia de su amada provincia.