25 de Junio,  Jujuy, Argentina
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El jujeño que vela por la seguridad aeroportuaria en la ciudad de Miami

Ricardo René Cabana decidió viajar en los años '80 a Norteamérica y compartió sus vivencias a través del tiempo.
Lunes, 25 de noviembre de 2024 01:03

Debido a emociones encontradas y a la necesidad de trabajar para creer en un mejor futuro personal, Ricardo René Cabana se decidió por viajar y ser el arquitecto de su destino hacia un rumbo distinto.

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Debido a emociones encontradas y a la necesidad de trabajar para creer en un mejor futuro personal, Ricardo René Cabana se decidió por viajar y ser el arquitecto de su destino hacia un rumbo distinto.

Y en pleno despertar de la democracia en el país, la palabra de un amigo terminó por convencerlo. Desde su inquietud personal, tuvo la convicción de que su vida sería mejor fuera de Argentina.

Siguió el camino que lo condujo hacia Norteamérica y permaneció allí por el transcurso de un año, luego su corazón arraigado a este bendito suelo lo hizo regresar pero sólo para tomar un nuevo impulso y volver -esta vez- a radicarse de manera definitiva; allí, donde las oportunidades se abrirían ante él.

"Era 1986 y me radiqué en Estados Unidos, pero no fue fácil, me costó sangre, sudor y lágrimas. Se trabaja de cinco a nueve horas, pero valió para progresar", expresó Cabana sobre sus primeros tiempos bajo el cielo estadounidense.

Ya en los años '90, existía el uno a uno y por ende todo era considerado más accesible, de manera tal que para esa época, Cabana pudo desempeñarse como guía de turismo.

CELEBRACIÓN | DISFRUTANDO DE UN MOMENTO ESPECIAL.

"Me acuerdo que fue una experiencia muy satisfactoria y al hacer city-tours, llevaba a las delegaciones argentinas a los comercios donde tenía descuento casi del 30% de costo real, para que compren de todo; pero después las cosas fueron cambiando", explicó.

El jujeño vivió un momento de la historia que fue imposible de olvidar y que a todo el mundo impactó por ser un hecho trascendental en New York.

"Vivir la caída de las torres gemelas casi en vivo fue algo que jamás olvidaré. En mi oficina, estaba encendido el televisor y con un amigo, vimos cuando el primer avión entró al edificio y después salió el humo, todo fue de terror. Después apareció otro avión y nos dimos cuenta que estábamos bajo ataque. Se cerró Estados Unidos y el presidente George Bush volaba a una base secreta porque ante hechos de esta magnitud, al primero que resguardan es al presidente", contó.

Sin dudas, una situación difícil de sobrellevar que mantuvo en vilo a todos los habitantes a nivel global, sin embargo, en demasía a los ciudadanos americanos.

"Me agarró la depresión, aquí todo cambió. Había miedo y consternación por lo que se estaba viviendo. La gente se tiraba de arriba y el polvo que pude sentirlo después de días del ataque", describió este jujeño, recordando -a la vez- cómo conoció una de las estructuras desde su interior.

"Subí hasta el piso ochenta y ocho de la torre 'Norte' y fue una experiencia increíble. Las nubes se podían ver desde arriba, por la ventana. Tenía un hall muy grande y un piano de cola de color blanco que estaba puesto para quien quisiera hacer música; no era un lujo palaciego, pero era muy bonito. Fue una tristeza que se haya destruido todo", dijo.

Después de ocurrido este suceso, fue terrible lo que devino ante la guerra y luego el desastre financiero.

"Nunca bajé los brazos. Trabajé en Louisiana, Georgia, Alabama, Texas y Oklahoma, entre otros estados. Es distinto a Argentina, que si no tenés trabajo sabés que un amigo te brinda un techo o un jarro de mate con un pedazo de bollo. Aquí no tener un techo, es realmente triste", explicó Cabana, que asimiló muy bien el idioma; además radicado en Miami -ciudad puerto ubicada en el estado de Florida- los latinos están en cada lugar.

Al atravesar los años, el jujeño pasó por distintas circunstancias que le enseñaron a valorar cada instante allí y seguir por un objetivo definido. Ya, en 2009 con la asunción de Barack Obama se logró revertir la historia y su existencia, desde luego.

SIEMPRE OPTIMISTA | EL JUJEÑO A UN COSTADO DEL TRACTOR.

"Fueron tiempos fáciles donde había acceso a todo y buena voluntad de parte del gobierno americano, con respaldo en el trabajo", dijo quien se inició como agente de compras en electrónica hasta que le propusieron desempeñarse en una firma argentina dedicada al golf.

"Estar allí me permitió trabajar y jugar al golf part-time. Poco a poco me enteraba de los momentos de crisis que atravesaba mi país y de lo inestable que estaba; eso hacía que me siga quedando fuera de Argentina", expresó.

Hoy realiza su labor como seguridad en el aeropuerto de Miami, donde supervisa cada movimiento en el ingreso al pintoresco estado de Florida.

"Tengo identificación federal y me encargo de controlar a las personas cuando llegan y luego cuando se acercan al avión. Debo chequear que no haya robos o que no estén rotos los salvavidas. Estoy en permanente contacto con la aduana e inmigración. Es un trabajo muy lindo porque ayudo a todo tipo de personas, sobre todo a aquellas que son ancianas o que tienen discapacidad como parálisis cerebral", indicó.

Es así que aplica un activo accionar porque reside cerca del lugar. "Es un orgullo y agradezco la confianza que me tienen, pero; si tendría que repetir todo este viaje aquí, no lo haría. Porque me duele el desarraigo, por eso me costó la decisión en su momento", expresó quien se considera un kolla jujeño aunque pasen los años.

"Extraño todo de Argentina, casi cuarenta años aquí me dieron experiencia y le agradezco a Dios por todo", dijo este exalumno de la Escuela 79 "Estanislao Severo Ceballos", Escuela Normal Superior "Juan Ignacio Gorriti" y egresado de la Escuela Nacional de Comercio 1 "Prof. José Antonio Casas".

"Mis mejores años como niño y adolescente fueron hermosos, en Ciudad de Nieva. Y aquí, en el aeropuerto, le puse apodo a todo el mundo. Estoy en contacto con polacos, alemanes, franceses; los europeos casi todos hablan inglés. Pero no faltan los argentinos con los que interactúo enseguida", finalizó Cabana, como sintiendo un poquito cerca a esa patria que tuvo que dejar tiempo atrás, pero que jamás olvida.

 

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