21°
25 de Junio,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Un anfiteatro con el nombre del gran Rubén “Chuña” Iriarte

Homenaje y arte en el parque Belgrano para celebrar los cinco años de este espacio municipal. Se reconoció con discursos y presentaciones la obra del "Chuña", hombre de teatro.

Lunes, 03 de junio de 2024 01:04
EL ACTO PROTOCOLAR | PARA IMPONER SU NOMBRE AL ANFITEATRO.

Por Plinio López

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Por Plinio López

En un emotivo acto llevado a cabo en la tarde del viernes, se impuso al anfiteatro del parque General Belgrano el nombre de Rubén "Chuña" Iriarte. Fue en el marco de la celebración por el quinto aniversario de este espacio, organizada por la municipalidad capitalina.

Del acto participaron autoridades municipales, amigos y familia del "Chuña", su viuda, Celia Lettoli, fue la encargada de recibir la ordenanza para luego hacer uso de la palabra.

El intendente de la capital, Raúl Jorge, dijo que el homenaje era una necesidad y valoró el acompañamiento del Concejo Deliberante.

"Acá se despliegan actividades todo el año... Estamos hablando con el gobernador para poder hacer conjuntamente obras que sigan proyectando este vasto sector de la capital", continuó.

Por otro lado, Leticia Iriarte, hija del "Chuña", afirmó que "mi papá se merece esto y mucho más, él dedicó toda su vida al teatro, era su pasión y este homenaje nos llena de mucho orgullo. Cuando nos enteramos de que el anfiteatro iba a llevar su nombre fueron momentos de emoción, recuerdos que se venían a la cabeza, con el 'Chuli' (intendente) nos conocemos desde chicos, de toda la vida", manifestó.

Rubén Iriarte nació el 14 de abril de 1946. Se inició en el teatro a los 22 años. Su primera obra fue "Las cartas de don Juan".

"El Chuña" fue uno de los referentes más conocidos del ambiente teatral jujeño. Hizo una carrera de más de cincuenta años, tiempos en los que incursionó en todas las facetas de la actividad escénica.

Quizás porque perteneció a la camada de artistas que hacía todo a pulmón, por amor al arte, buscó siempre que el artista sea valorado y pueda vivir de su vocación.

Iriarte representó el triunfo del esfuerzo. Dedicó su vida a la pasión teatral y fue dueño de un estilo definido. Autor de piezas inolvidables para el público infantil, respetado por los adultos y resaltado por la prensa.

Entre algunos de los hechos más resonantes de su carrera, podemos destacar su participación en "El Quitupí", el primer grupo de teatro de títeres de Jujuy, donde permaneció durante ocho años.

Fundó la Asociación Jujeña de Directores, Actores y Técnicos del Teatro (Ajdatt).

Creó la Fundación "Horacio Guzmán", donde produjo espectáculos de títeres.

Tomó las riendas del grupo Nueva Escena, cuando falleció Juan Carlos Estopiñán.

Su obra más rimbombante fue la creación del Teatro "El Pasillo".

El arte presente, por supuesto

En la jornada de homenaje y de celebración de los cinco años del parque Belgrano de Alto Comedero, se presentaron números artísticos y exposiciones de todos los talleres que funcionan en este espacio.

Acompañó musicalmente la Banda Municipal "19 de Abril", dirigida por el maestro Gustavo Soza.

Además, ofrecieron fragmentos de sus espectáculos el grupo de teatro La Vuelta del Siglo, de su obra "Me enamoré una vez, no me enamoro más", que fue la última obra que estaba ensayando Rubén Iriarte antes de su muerte y que no llegó a estrenar; y el elenco del grupo Danza Libre, con el fin de destacar el impacto del reconocido artista homenajeado en la cultura local y nacional, así como su contribución al enriquecimiento de las artes escénicas.

“No medía esfuerzos”

“Es un honor para mí referirme a quién fue Rubén Iriarte. La mayoría de los que hoy estamos aquí, de una forma u otra, quién más, quién menos, sabemos quién fue. Permítanme dirigirme a quienes no lo conocieron”, comenzó diciendo Celia Lettoli, su compañera de vida por más de veinte años, quien incluso lo acompañó en el escenario, animada por él y su entorno en los últimos tiempos.

Y continuó: “Fue un seguidor de sueños, no hubo en su vida barreras que no saltara ni obstáculos que no venciera”. Y después de detallar datos de su biografía artística prolífica y marcante para Jujuy y el país, concluyó su discurso diciendo: “Él era su propio generador de oportunidades, siempre atento a los cambios y a las necesidades, no medía esfuerzos, aceptaba desafíos con un sentido profundo de justicia y equidad.

Nunca esquivó el trabajo ni el compromiso, siempre estuvo en la búsqueda del bien del otro. Siempre le abrió sus puertas a todo el que quisiera aprender, enseñar, participar, o simplemente charlar. Todos eran bienvenidos. Agradecen sus hijos, sus amigos y hermanos de la vida y en particular yo, su compañera por 20 años, la voluntad y decisión de que este anfiteatro se llame como él. Cada vez que se cite este lugar con su nombre será mantenerlo vivo en nuestra memoria. Él está aquí con nosotros, muy honrado de que su nombre hoy se convierta en un espacio para el arte, porque para él, el arte es la herramienta fundamental por la que un ser humano da sentido a su accionar”.

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD