Una extensa charla mantuvo el Padre Germán Maccagno, titular de la Comisión de Medios del Obispado local, rector del Santuario de la Virgen de Río Blanco y Paypaya, exrector del Seminario Mayor de Jujuy y sacerdote de una extensa trayectoria en la afirmación de los valores de la Iglesia, en el programa "El Pulso de la Semana" que se emite por el streaming de El Tribuno de Jujuy. Habló de las "familias rotas", de la nueva matriz cultural, de la influencia de las redes sociales, la inteligencia artificial y las herramientas de la fe.
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Una extensa charla mantuvo el Padre Germán Maccagno, titular de la Comisión de Medios del Obispado local, rector del Santuario de la Virgen de Río Blanco y Paypaya, exrector del Seminario Mayor de Jujuy y sacerdote de una extensa trayectoria en la afirmación de los valores de la Iglesia, en el programa "El Pulso de la Semana" que se emite por el streaming de El Tribuno de Jujuy. Habló de las "familias rotas", de la nueva matriz cultural, de la influencia de las redes sociales, la inteligencia artificial y las herramientas de la fe.
"Es difícil decir si la sociedad jujeña en todos estos últimos años cambió para bien o para mal", comenzó definiendo. "Cuando empecé como curita, teníamos un grupo de jóvenes de la Acción Católica que eran más de cien, andá a buscar hoy cien jóvenes. Ocurre que ha cambiado la matriz cultural: nosotros no teníamos celular, no habían redes sociales ni inteligencia artificial y la televisión era en blanco y negro, donde llegaba. Todo esto provocó un cambio cultural muy grande y veo que donde más ha repercutido es en la familia. Hoy asistimos a 'familias rotas', estresadas o tensas. Son familias armadas a los ponchazos. Lo veo mucho en la tarea que tengo a cargo, que es por un lado la Pastoral de Familia y Vida y por otro lado, tengo el Tribunal Eclesiástico que atiende los casos de nulidad matrimonial, que cada día hay más matrimonios mal hechos que vienen al Tribunal a preguntar cómo hacen para anular el matrimonio. Esto te pinta una realidad preocupante, si la familia que es la célula inicial está así, toda la sociedad se resiente", lamentó el Padre Germán, y agregó: "Además tené en cuenta que Jujuy es una de las provincias donde ha bajado más la natalidad. Eso quiere decir que no hay futuro, que no hay 'repuestos', va a pasar lo de Europa, la pirámide invertida de la población, no va a haber gente para reponer la gente". "Esto", opinó el sacerdote se detecta en la escuela: "Hablás con cualquier maestra y muestra que hay gran cantidad de chicos con falta de madurez afectiva, con inseguridad. Por eso, nuestros cursos de familia y vida, apuntan a formar a los padres, que sepan qué hacer y cómo".
Redes sociales
Ampliando el tema, el padre Maccagno señaló que uno de los problemas a resolver en la familia es el de las redes sociales. "Ellas influyen en la incomunicación, provocada por la comunicación. Es paradójico, pero es así. Una disertante nos explicó cómo se mueren las neuronas por el excesivo uso de las pantallas. Estamos idiotizando a la sociedad si no sabemos usar la tecnología. Yo lo había percibido dando clases en la universidad. Veía los escritos de los alumnos, era copiar y pegar. Y pegaban muchas veces cosas que no tenían nada que ver con los títulos. Perdían la capacidad de pensar, de razonar, de aplicar un criterio. A pesar de todo, en Jujuy, hay valores que persisten, como el valor de la fe". En este punto, el padre Germán, ponderó las misiones que se realizan en estos días: "Salimos a caminar por los barrios, acompañados por los laicos, a escuchar y hablar con la gente, andar y gastar los zapatos".
Consultado sobre qué autocrítica se hace la Iglesia frente a esta situación, contestó: "Yo creo que a veces en nuestras comunidades, llegamos tarde. Va tan rápido la transformación que la Iglesia llega tarde, como en las familias, los chicos aprenden cosas antes que se las enseñen los padres, y aprenden mal muchas veces. Como una manera de intentar resolver esto estamos armando un grupo de jóvenes que trabajan con las plataformas. Hemos armado una red con referentes de todas las parroquias. Nos mandan flyers, videos, notas y las replicamos. Estamos aprendiendo".
Inteligencia artificial
"El mismo nombre de inteligencia artificial es contradictorio" comenzó afirmando. "Esa inteligencia no es inteligente, ¿qué hace?, maneja algoritmos, matemática. No piensa, coordina cosas, conecta. La inteligencia es discernir, ir hacia el fondo de las cosas. La IA no filosofa, da respuestas, pero conectando datos como un procesador. Inteligencia es sabiduría, y la sabiduría es saborear la verdad. Hasta el nombre de IA se nos impuso, pero es sólo combinación de datos", definió el sacerdote. "Es un instrumento que hay que saber usar".
Coincidiendo con él se le planteó que es probable que un día evolucione la IA, comience a corregirse y a tomar decisiones por su cuenta. "Ése es el peligro. Y en la IA entran decisiones de guerra, por ejemplo. Por eso la Iglesia dice que hace falta un código ético para manejar este tema. Y la ética sólo la discierne el hombre, no una máquina", dijo esperanzado.
"Estamos perdiendo humanidad, dejando que la ciencia y la técnica nos reemplacen, de manera más fácil y rápida, pero fría, y el hombre necesita sentir, necesita el abrazo, el calor. No podemos transformar todo en artificial. Espero no tener que absolver algún día a esta inteligencia artificial", cerró con su clásico humor.
Consultado si la Iglesia, principal responsable de esta tarea de humanización está en condiciones de hacerse cargo del tema, Germán Maccagno fue terminante: "Yo creo que sí, esto es grave… la Iglesia puede resolverlo pero quizás no a gran escala. Estamos caminando hacia una vivencia de la fe quizá no tan masiva, tal vez más reducida, pero más auténtica, y creo que la Iglesia tiene que proporcionarle a la gente espacios de silencio, de reflexión, de oración y de espiritualidad. Por ejemplo en (el santuario de) Río Blanco estamos construyendo cinco monoambientes para retiros espirituales personalizados y vamos a hacer dos salones para grupos. Vamos hacia una fe más profunda".
"El siglo XXI será el cristianismo de los místicos, o no será", abundó el Padre Germán, citando al teólogo alemán Karl Rahner. Se planteó que serían pequeños grupos de elite, que no alcanzarían a modificar la realidad, pero, Germán fue muy claro: "Mirá, Jesús comenzó con doce y nos habló de las semillas… pero, bueno…" finalizó con una sonrisa esperanzada, "… Dios, siempre se las arregla".