¿Cuántos planes hay en el amor? ¿Qué lugar ocupás? ¿Desde dónde amás?
inicia sesión o regístrate.
¿Cuántos planes hay en el amor? ¿Qué lugar ocupás? ¿Desde dónde amás?
En la era de las notificaciones constantes, la inmediatez emocional y las relaciones que se deslizan con un dedo, el amor -más que un acto- se ha convertido en un estado de espera. Esperamos que nos elijan. Que nos respondan. Que decidan. Y a veces, ni siquiera nos elegimos a nosotros.
Zygmunt Bauman (2003) hablaba de relaciones "líquidas", caracterizadas por su fragilidad, su falta de compromiso y la baja tolerancia al dolor. Sin embargo, detrás de esa liquidez se esconde algo más profundo: la dificultad de estar en paz con uno mismo y con el otro.
Por eso hoy proponemos repensar los distintos "planes" vinculares, no como categorías externas, sino como reflejos de nuestro estado interno de conciencia.
Plan A: Amor con presencia o amor con conveniencia.
Cara A del Plan A: Elijo y soy elegido.
"Me agrada la piel que tenemos, los valores que compartimos, cómo gestionamos la vida juntos. Me gusta la persona que sos y cómo potencia lo mejor de mí".
Este es el amor consciente. No es el que idealiza, sino el que reconoce. No elige desde el vacío, sino desde la abundancia emocional. Es el "sí" del adulto sano que se responsabiliza de su deseo.
Desde la Gestalt, este es el vínculo que no intenta cambiar al otro sino que lo observa con aceptación y elige desde la libertad (Naranjo, 1991). Desde Jung, es el encuentro entre dos Self: "El encuentro de dos personas es como el contacto de dos sustancias químicas: si hay alguna reacción, ambas se transforman" (Jung, 1946).
Cara B del Plan A: Te elijo por lo que me das.
"No somos compatibles, pero te elijo como opción porque me es útil: por tu posición, tu contención, tu dinero, o porque prefiero estar contigo a estar solo".
Este es el amor de la necesidad. El vínculo de la conveniencia. Puede parecer un Plan A, pero no nace del deseo, sino del miedo a perder ciertos beneficios.
Desde las constelaciones familiares (Hellinger, 2001), estos vínculos suelen replicar pactos inconscientes con figuras parentales: relaciones sin amor verdadero, pero cargadas de lealtades ocultas.
Plan B: No te elijo, pero no me suelto.
"Estoy en una relación donde no me siento pleno, pero no me conviene salir. Me aferro al vínculo porque la incertidumbre de estar solo me paraliza".
Aquí, el amor está ausente pero la costumbre lo disfraza. Es el limbo emocional. Desde el psicoanálisis, puede hablarse de relaciones marcadas por la dependencia simbiótica, donde el sujeto queda atrapado en un vínculo que le impide individuarse (Winnicott, 1965).
La sabiduría oriental diría: "El apego es la raíz del sufrimiento". Permanecer por miedo no es amor. Es cárcel emocional.
Plan C: Te tengo de reserva.
"No sos mi pareja, pero te tengo cerca. Por si acaso. Como compañía emocional lowcost".
El Plan C es funcional. Es el banco de suplentes emocional. Desde la mirada andina, donde la reciprocidad ("ayni") es un valor central, estos vínculos carecen de equilibrio: uno da más, otro especula.
"Lo que no circula, se estanca. Lo que no es honrado, enferma". (Sabiduría quechua).
Plan D: Estoy, pero no estoy.
"Quiero algo contigo, pero no ahora. Tal vez más adelante. No sé lo que siento. Pero no te vayas".
Es el plan de la intermitencia. De las promesas sin acción. Amor gaseoso. Refleja miedo al compromiso o dificultades emocionales no resueltas. Jung hablaría aquí de la proyección de la sombra: cuando idealizamos lo que el otro representa pero no lo vemos realmente.
Plan 0: Me doy cuenta de que no estoy listo.
"No estoy en condiciones de amar sanamente. Y elijo no dañar ni dañarme. Me sostengo en mi proceso".
Este es el Plan de la sinceridad. De la pausa. De no usar al otro como distracción del propio vacío.
Desde Claudio Naranjo (1994), esto es un acto de madurez espiritual: reconocer los propios límites, hacerse cargo del propio dolor y no proyectarlo en otro. La sabiduría oriental lo llama "wuwei", el arte de no forzar. El andino lo vive como tiempo de sembrar adentro.
Plan 0.0: Elijo estar solo porque mi energía está en mí.
"No estoy huyendo del amor, estoy cultivando mi raíz. Ocupándome de los temas pendientes. Mi energía está dirigida a mis proyectos, a mis duelos, a mi sanación".
Este es el Plan del reencuentro con uno mismo. Es el que nace de haberse perdido. No es soledad triste, es retiro fecundo. El Inti, en la cosmovisión andina, representa el sol interior: solo cuando lo honramos, podemos compartir verdadera luz.
"Tu visión se aclarará solamente cuando mires dentro de tu corazón. Aquel que mira afuera, sueña. Quien mira adentro, despierta." (Jung).
Caso clínico ilustrativo: Sofía y Carla.
Sofía está en un vínculo tipo Plan B: no está bien con su pareja, pero tampoco se anima a separarse. "¿Y si no encuentro algo mejor?", se pregunta. En el fondo, sabe que no es feliz, pero se consuela con que "podría ser peor".
Su amiga Carla ha elegido el Plan 0.0. Tras una ruptura dolorosa, decidió no empezar ninguna relación. Está terminando su tesis, yendo a terapia, aprendiendo a estar con ella misma. Cuando se sienten a tomar un café, Carla le dice:
-"Sofi, a veces es más difícil estar en una relación donde no somos elegidas, que estar sola y en paz".
Salir del lugar de "opción" y elegirme.
Salir del lugar de opción es un acto de amor propio. No siempre implica irse. A veces es más sutil: dejar de esperar. De justificar. De ofrecer migajas de uno esperando un banquete de otro.
Desde Hellinger, el amor tiene un orden: primero yo, luego tú, luego nosotros. Si salto ese orden, creo relaciones desequilibradas, llenas de deuda emocional.
Cierre: Cuando me elijo, cambio mi vibración.
No se trata solo de que el otro me elija. Se trata de que yo no me descarte a mí misma. Que yo deje de distraerme con planes que me alejan de lo que en verdad necesito.
"El alma necesita verdad, aunque duela. Porque solo lo verdadero libera". Lic. Pamela Arraya.
Y cuando me elijo de verdad. . .cambia mi frecuencia. Y ahí, el amor, el real, no tiene más remedio que encontrarme.
(*) Licenciada en Psicología; coach ontológico profesional; magister en Salud Pública con mención en Atención primaria de la salud; especialista en Salud Pública; facilitadora en procesos de comunicación, resolución de conflictos, expansión de la conciencia, liderazgo; coordinación de grupos y conciencia de redes; y facilitadora en entrenamientos a líderes en gestiones de oratoria y comunicación. [email protected], 3884416256.