La basílica de la Sagrada Familia de Barcelona alcanzó un nuevo hito arquitectónico: se convirtió oficialmente en la iglesia más alta del mundo, tras completarse este jueves una nueva fase de la construcción de su torre central.
Según informó el templo en un comunicado, la obra maestra del arquitecto Antoni Gaudí ahora se eleva 162,91 metros sobre la ciudad, superando por poco la altura de la Ulmer Münster, la iglesia luterana gótica de Ulm, Alemania, que hasta ahora ostentaba el récord con 161,53 metros.
El cambio de liderazgo es simbólico pero significativo: por primera vez, el monumento más emblemático de Barcelona se impone en el ranking mundial.
La Ulmer Münster, construida entre 1543 y 1890, había mantenido el título durante más de un siglo. Aunque desde la Sagrada Familia evitan hablar en términos de competencia, las cifras confirman el nuevo récord. "Los números hablan por sí solos", señalaron desde la administración del templo, que destacó el avance del proyecto en los últimos años.
El ascenso de la Sagrada Familia no ha terminado. La "Torre de Jesucristo", que constituye el núcleo central del conjunto, alcanzará los 172 metros cuando esté finalizada, lo que consolidará aún más su dominio como la estructura religiosa más alta del planeta.
Una enorme grúa colocó este jueves la primera pieza de la parte superior de la torre, en una operación seguida con atención por los visitantes y los vecinos de la ciudad.
La historia de la basílica se remonta a 1882, cuando se colocó la primera piedra del proyecto. Gaudí, profundamente devoto y visionario, sabía que no llegaría a ver su obra terminada: al morir, sólo una de las múltiples torres estaba completa. Más de un siglo después, su creación continúa creciendo y transformándose, convertida en un símbolo del espíritu de Barcelona.
El avance de los trabajos se aceleró en las últimas décadas, impulsado por el turismo internacional. Cada año, millones de personas viajan a la ciudad atraídas por la estética única de Gaudí, que combina formas orgánicas, simbolismo católico y una arquitectura inspirada en la naturaleza. En 2024, 4,9 millones de visitantes pagaron entrada, y esos fondos son la principal fuente de financiamiento de la construcción.
Aunque la basílica ya es plenamente funcional y una de las postales más reconocibles de España, los trabajos en las fachadas, torres y decoración interior continuarán durante varios años más. Las autoridades del templo estiman que la obra podría completarse hacia 2034, coincidiendo con un nuevo ciclo de celebraciones en torno al legado de Gaudí.
El próximo año, además, marcará el centenario de la muerte del arquitecto, y la ciudad prepara una serie de homenajes y actividades culturales en su honor. Desde Barcelona hasta Reus, su ciudad natal, se programan exposiciones, visitas especiales y actos conmemorativos que buscarán mantener vivo el espíritu de un creador que soñó con una iglesia que mirara al cielo… y finalmente lo consiguió.
 
  
 