Cuando el mes de enero se anuncia en el calendario, se reedita uno de los signos más fuertes de la religiosidad popular, expresada en la devoción de niños y jóvenes adoradores, quienes acompañados por padres y abuelos, tributan homenaje al Niño Jesús.
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Cuando el mes de enero se anuncia en el calendario, se reedita uno de los signos más fuertes de la religiosidad popular, expresada en la devoción de niños y jóvenes adoradores, quienes acompañados por padres y abuelos, tributan homenaje al Niño Jesús.
Y si bien, esta devoción se vive desde Navidad en los pesebres comunitarios, es la Fiesta de la Epifanía, la que los convoca en una multitudinaria expresión de fe, con el encuentro de pesebres, organizadas por las distintas parroquias.
Este año, los escenarios para disfrutar de tan singular estampa navideña, fueron el atrio del templo de la parroquia San Pedro de Río Negro y de la capilla Nuestra Señora de Fátima en barrio Belgrano, perteneciente a la jurisdicción de la parroquia San Andrés Apóstol.
Medio centenar de pesebres marcaron presencia en la jornada de Reyes, manifestando su devoción al Niño de Belén a través de los villancicos y adoraciones, destacándose la ropa que los identifica, como remeras, pañuelos de colores entre otros.