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Las estadísticas, tanto nacionales como provinciales, no hacen más que confirmar lo ingrato que se ha vuelto ir de compras a fin de contar con lo indispensable para alimentar a la familia a lo largo del mes. Cada vez se precisa más dinero.
En junio pasado, cerrando el primer semestre 2021, en Jujuy fueron necesarios $ 63.000,46 para que un hogar de cuatro integrantes no fuera considerado pobre. Un año atrás con $ 39.935,56 se podía adquirir idéntica cantidad de cosas.
Mientras que la valorización de la Dirección Provincial de Estadística y Censos reflejó que una familia de dos adultos y dos niños requirió
$ 29.496,58 para no caer en la indigencia. Es decir que con ese monto apenas se pudo cubrir la Canasta Básica Alimentaria (CBA) local. Un año antes hacían falta $ 17.992,87.
Las subas persistentes en los alimentos y bebidas hicieron que el mes pasado la CBA se incrementara 4,2% respecto a mayo en la provincia, y la Canasta Básica Total (CBT) -que agrega bienes y servicios no alimentarios- 3,5 %.
Al analizar los últimos doce meses en los comercios jujeños, las mayores variaciones para no caer en la indigencia se dieron en diciembre del 2020 con el 8,9% y en enero pasado con el 8%. Seguido por octubre con el 6% y noviembre 2020 con 5,5%.
Mientras que la línea que define la pobreza, es decir la CBT, tuvo sus mayores ascensos en enero pasado con 7,5% y diciembre 2020 con 7,3%. Seguido por octubre con 4,7% y con 4,5% noviembre 2020 y marzo 2021.
En el caso de las familias jujeñas que están compuestas por dos adultos y tres niños durante junio le hicieron falta $ 32.073,95 para no caer en la indigencia y $ 68.505,35 para no ser indigentes. Mientras que un hogar de tres miembros (una jefa de 35 años, su hijo de 18 y su madre de 61) precisó $ 23.291,80 y $49.747,93 respectivamente.
La explicación desde las esferas nacionales
El Ministerio de Economía apuntó que “el mundo está atravesando un momento particular, en un contexto de pandemia que afecta globalmente a la economía”. “El aumento de los precios de las commodities en el mundo, que afectan entre otras a las principales exportaciones argentinas como la soja, maíz, trigo y girasol, impactan también en los precios de los alimentos que se comercializan en el mercado interno”, se explicó.
Se destacó que “el incremento en los precios internacionales se traslada a los precios locales impulsando su alza por el "shock’ externo”, aseguró la cartera que dirige Martín Guzmán. “Esta inflación desordenada es un fenómeno nuevo y propio de la pandemia, no sólo en Argentina, sino que está haciendo que a otros países también se les complique cumplir con sus metas. Por ejemplo, Estados Unidos tenía un target de inflación establecido del 2,0%, y hoy la inflación observada es de 5,4%, encontrándose en máximo desde agosto de 2008”, aseguró.