Con la voz cansada y quebrada Víctor Aramayo dialoga con El Tribuno de Jujuy, "me estoy quedando sin fuerzas para seguir con esta dura lucha".
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Con la voz cansada y quebrada Víctor Aramayo dialoga con El Tribuno de Jujuy, "me estoy quedando sin fuerzas para seguir con esta dura lucha".
"La fuerza del poder me está ganando, ahora el expediente lo tiene un tercer fiscal", agrega Aramayo, sabiendo que el dolor ya le ganó a su cuerpo y cada día se le hace más difícil el pedido de justicia por su hija justo hoy cuando se cumplen cuatro años de su asesinato.
Víctor Aramayo se refugia en su familia. Mutuamente se dan fuerza con Zenaida Fernández, su esposa y mamá de Romina; sus hijas Abigail y Pamela y en su nieta, hija de "Romi"; que hoy tiene 12 años.
Víctor recuerda que "sólo contamos con el apoyo del fiscal general Sergio Lello Sánchez que corrió de la causa a Farfán que sólo se dedicó a proteger a los poderosos, porque están involucrados en la terrible muerte de mi hija: diputados, jefes de Policías de aquella época y del mismo gobierno de entonces".
Aramayo pide justicia y recuerda que en su poder cuenta con documentación que espera se la reciba el fiscal Cussel que es quien hoy tiene en sus manos la causa.
Hoy Víctor Aramayo y su familia con la compañía de amigos recordarán a Romina con una misa a las 18 en el cementerio de Libertador General San Martín.
Los hechos
La desaparición de Romina Magalí Aramayo, quien era madre de una niña de 8 años, se produjo entre el viernes 5 y sábado 6 de abril del 2014, luego de que la víctima junto a Yesica Pantoja viajaran de Libertador hacia nuestra ciudad.
Después de no tener noticias de su paradero, el concubino de Aramayo se puso en contacto con los familiares de la joven y denunciaron públicamente su desaparición ante la Policía provincial y por intermedio de redes sociales de internet. Esto hizo que la Fiscalía de Investigación Penal de turno, a cargo del fiscal Carlos Enrique Farfán, ordenara su búsqueda.
Así pasaron los días hasta que en la mañana del jueves 9 un grupo de operarios pertenecientes a la Dirección de Recursos Hídricos, quienes realizaban trabajos en el predio del dique Los Molinos, hallaron entre la maleza, próxima a un canal derivador, el cuerpo de una joven que poseía un tatuaje sobre su espalda. Fue así que de esa manera pudieron establecer que se trataba de Aramayo.