Malvinas Argentinas es uno de los barrios de mayor envergadura que posee la capital jujeña. El mismo, situado en el acceso sur de la ciudad, está dividido en varios sectores u otros "sub-barrios" que se encuentran en su perímetro y se fueron instalando a medida que pasó el tiempo.
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Malvinas Argentinas es uno de los barrios de mayor envergadura que posee la capital jujeña. El mismo, situado en el acceso sur de la ciudad, está dividido en varios sectores u otros "sub-barrios" que se encuentran en su perímetro y se fueron instalando a medida que pasó el tiempo.
Una de las calles que recorre todo el ancho del barrio es la Puerto Argentino. En paralelo a esta arteria existe un canal que marca la entrada del asentamiento 16 de Mayo que se encuentra en ese lugar desde hace 10 años.
Al ser una zona que se fue levantando de a poco, posee viviendas precarias y una población que en un gran número se encuentra atravesando un contexto de pobreza. Los vecinos cuando llegaron al asentamiento, crearon un espacio de cooperativismo mediante una olla popular. La necesidad de brindarse una ayuda mutua se debió no solo a las carencias económicas sino también para sofocar o alivianar los gastos que cada familia debió hacer en su momento para construir su hogar.
Con el tiempo esos gastos se incrementaron y más cuando se empezaron a instalar los servicios de agua y luz. Ante esa situación, un grupo de madres emprendieron un proyecto de manera voluntaria con el fin de darle una ayuda a las familias de la zona para reducir esos gastos. Pero principalmente, lo hicieron para colaborar con la nutrición de los más pequeños que es muy necesario y vital para el futuro de ellos y de toda la comunidad. Y lo hicieron considerando que un niño bien alimentado rinde en la escuela y si recibe educación tiene menos probabilidades de inclinarse hacia las drogas y los malos hábitos.
Con esos objetivos, el 16 de mayo de este año surgió el "Merendero a Pulmón" que está situado en Manzana AP1 Lote 26 sobre uno de los costados de la calle Puerto Argentino. Esta institución funciona en la vereda de la casa de Delia Vargas, una de las precursoras de la iniciativa. Al servirse la merienda sobre la vereda, el tiempo del día influye considerablemente.
Desde sus inicios hasta el día de hoy la cantidad de niños que llegan cada tarde se fue incrementando. De 50 pasaron a ser 130 los pequeños que asisten los días lunes, miércoles y viernes.
Un día en el merendero comienza después del almuerzo, cuando un grupo de madres llegan a la casa de Delia para iniciar las actividades culinarias. A las 15 se prende el fuego, se preparan las ollas, se cocina lo necesario y una hora más tarde la merienda del día empieza a disparar un aromático olor.
A la par de estas actividades, en la parrilla calientan el pan que, al ser donado, es del día anterior, "para que los chicos lo sientan rico, calentamos el pan y sale tostadito, a ellos les gusta. Y eso es lo que más importa", mencionó Vargas.
A las 16.30 aproximadamente llega la primera tanda de niños que son los que asisten a la escuela en el turno mañana. Algunos lo hacen acompañados de sus madres y otros entre hermanitos o amigos. Algunos llevan en un jarro la merienda y en una bolsita el pan para luego disfrutarla en su casa, pero la mayoría prefiere quedarse allí para compartir la tarde con amigos y amigas, y también con las integrantes del merendero que en ese momento cumplen el rol de madres.
Cerca de las 18, llega la segunda tanda del grupo de chicos que estudian en el turno tarde.
Cuando el día es soleado o está nublado y no llueve, la sonrisa de los niños se multiplica, pero cuando se torna lluvioso o frío esas sonrisas se ausentan porque el merendero se ve obligado a cerrar y los padres deben buscar el alimento para llevarlo a sus hogares.
El factor climático es determinante. Cada mañana, Delia y las otras mamás ruegan para que el día presente condiciones favorables para ellos y el merendero pueda abrir sus puertas y recibir a los pequeños.
Necesitan colaboración
Por esta situación es que piden constantemente a las autoridades competentes que les brinden su apoyo ya que los únicos beneficiarios de esta loable acción son los niños. Ellos quieren seguir creciendo, construir un lugar en buenas condiciones para reciban su alimento y no estén dependiendo del estado del tiempo. También, buscan en un futuro convertirse en un comedor que pueda brindar un almuerzo a las familias de la zona que tanto lo necesitan.
Lo que comenzó siendo una vez a la semana, pasó a ser dos y actualmente son tres los días que este hogar abre sus puertas.
Cada tarde se realizan dos meriendas, combinan entre té con anchi, o entre mate con arroz con leche, siempre va variando a fin de que los pequeños tengan dos opciones y el alimento sea más nutritivo.
"En el asentamiento somos aproximadamente 320 familias, y no hay un comedor que las ayude por eso es que queremos convertirnos en ese comedor que tanto hace falta. La merienda es importante pero un almuerzo lo es mucho más y ayuda al bolsillo", explicó Delia Vargas.
Siguió diciendo que: "En la zona se ven muchas necesidades, sobre todo en la parte del ingreso al asentamiento. Las madres solteras son las que más lo sufren, muchos se ven obligados a dejar de construir para darle de comer a sus hijos".
La historia de la institución
El “Merendero a Pulmón” abrió sus puertas el 28 de marzo gracias al empuje y dedicación de un grupo de madres que en su mayoría son solteras. Decidieron empezar a ayudarse y Delia Vargas ofreció su hogar para cocinar los aperitivos.
“En el asentamiento es empezar de cero, cuesta mucho, construir una vivienda, instalar los servicios como ser la luz y el agua. Son inversiones que cuestan una importante suma monetaria”, dijo Vargas. Ante esa necesidad de brindarse una colaboración mutua, surge el merendero.
Hace 10 años llegaron al asentamiento, con el tiempo recibieron un permiso precario, pero todavía no poseen un título de propiedad que esperan obtenerlo pronto. “Los primeros años fueron los más difíciles ya que la prioridad era construir las viviendas”, sostuvo la voluntaria.
Al principio en el “Merendero a Pulmón” eran más de 15 madres, ese número fue disminuyendo porque muchas debieron dejar esta tarea voluntaria por buscar un trabajo que les dé una remuneración económica.
Durante los primeros meses, la institución no recibía ayuda de nadie que no pertenezca a la institución. Entre ellas (las madres) realizaban colectas para solventar los gastos, cada una ponía lo que estaba a su alcance. Primero, los encuentros eran una vez a la semana y después dos veces cuando empezaron a crecer.
Los recursos que cada una ponía empezaron a escasear y cada vez costaba más llegar con los insumos para hacerle la merienda a los pequeños. Entonces decidieron preparar tortillas para vender a los vecinos del barrio Malvinas Argentinas. Al contar primero solamente con una parrilla se limitaron a hacer tortillas, pero luego le prestaron un horno y empezaron a vender bollos. Con esas ganancias pudieron solventar los gastos que en ese entonces tenía el merendero.
Con el tiempo se fueron sumando más familias que llegaban a buscar un té o mate por las tardes. Entonces creció la demanda, pero un día la situación de esta institución se hizo eco en hogares de otros sectores de la capital jujeña. Y así llegaron las primeras donaciones de pan y harina. Eso facilitó las ventas y por ende el ingreso.
Desde ese momento, la sociedad jujeña se solidarizó con esta causa.
La experiencia con TN
MÓVIL EN VIVO/ MIEMBROS DEL MERENDERO, EL DÍA QUE TUVIERON FRENTE A LAS CÁMARAS DE TODO NOTICIAS.
Un día de invierno, los integrantes del merendero notaron que en la esquina del hospital “San Roque”, entre las calles San Martín y Gorriti, todas las mañanas, desde muy temprano las cámaras del canal porteño Todo Noticias filmaba en vivo lo que pasaba en ese lugar.
Entonces decidieron ir con carteles para mostrar la tarea que lleva a cabo la institución.
La insistencia y perseverancia de ir todas las mañanas hizo que la producción del canal se contacte con ellos.
Pronto, desde el programa Club 14 enviaron un equipo periodístico a nuestra provincia que visitó el merendero. Con esa visita la situación del hogar se visibilizó en todo el país y las donaciones llegaron en gran cantidad.
Gracias a eso pudieron comprar un horno pastelero.
Personas de todo el país colaboraron con la causa de Delia y las otras madres, ese aporte les permitió cubrir muchos gastos.
Un mes después, el programa visitó nuevamente Jujuy y desde la plaza Belgrano realizaron un móvil en vivo con todos los integrantes del “Merendero a Pulmón”.
Esta visita abrió las puertas otra vez a la solidaridad de los argentinos que no tardó en llegar. Gracias a esa ayuda mantienen el sueño intacto de construir el tan anhelado espacio techado para dejar de depender del tiempo. A pesar de ese aporte que llegó desde afuera, necesitan más colaboración.
Cómo colaborar
LOABLE ACCIONAR/ DELIA VARGAS Y UNA MAMÁ EN EL MERENDERO.
Lo más urgente es construir ya que en verano las lluvias son frecuentes para ello los referentes del merendedo precisan donaciones de cemento, bloques, ladrillos, ripio y todo material de construcción que les permita levantar una habitación.
Al margen de este anhelo, siguen necesitando donaciones de insumos para las meriendas como ser pan, harina, leche, arroz, té, mate, etcétera.
Cualquier otro aporte también es bienvenido como ser electrodomésticos.
Para colaborar, los interesados deberán ponerse en contacto con el número telefónico de Delia Vargas 388-155018949.
Todo aporte es bienvenido.