Por su parte, el odontólogo y especialista en
cirugía máxilofacial de
Salta, Gonzalo Herrera abordó la articulación temporo-mandibular que une la mandíbula con el resto del cráneo, que se usa para responder a distintas patologías. Se da para reconstruir o reparar la articulación cuando está dañada, con cirugías mínimamente invasivas como artroscopía o artrocentesis más complejas como reemplazos articulares totales, con prótesis articulares totales aloplásticas o sintéticas.
Este tipo de intervenciones son las que se requieren en distintos tipos de patologías como algunas artrósicas severas, tumorales y anquilosis, cuando se pega la articulación y no le da la posibilidad de abrir la boca al paciente.
También abordó las
malformaciones faciales, prognatismo o micrognatismo según la mandíbula sea muy grande o chica respecto al maxilar, que se corrige con cirugía y ortodoncia para revertir la desarmonía en las distintas estructuras faciales. Se hace cuando termina el crecimiento del paciente aunque se puede dar antes en casos puntuales para evitar mayores complicaciones como alteraciones, apnea del sueño o muerte súbita mientras duerme.
Las secuelas de la fisura del labio palatino, conocida como "labio leporino" son pasibles de corrección. Las secuelas de la fisura del labio palatino, conocida como "labio leporino" son pasibles de corrección.
La fisura del labio palatino, conocida como labio leporino, una deficiencia congénita, cuyas secuelas también puede corregirse, que son pasibles de corrección.
Todas estas cirugías son contempladas por obras sociales debido a que se trata de cirugías funcionales, ya que apunta a la corrección de función pese a que tiene un compromiso estético. Sucede que si un paciente con mandìbula muy pequeña no tiene buena capacidad respiratoria; uno con prognatismo no tiene buena formación del bolo alimenticio; mientras el trastorno en la articulación témporomandibular genera mala relación entre el maxilar y la mandíbula.
Por su parte, el odontólogo y especialista en
cirugía máxilofacial de
Salta, Gonzalo Herrera abordó la articulación temporo-mandibular que une la mandíbula con el resto del cráneo, que se usa para responder a distintas patologías. Se da para reconstruir o reparar la articulación cuando está dañada, con cirugías mínimamente invasivas como artroscopía o artrocentesis más complejas como reemplazos articulares totales, con prótesis articulares totales aloplásticas o sintéticas.
Este tipo de intervenciones son las que se requieren en distintos tipos de patologías como algunas artrósicas severas, tumorales y anquilosis, cuando se pega la articulación y no le da la posibilidad de abrir la boca al paciente.
También abordó las
malformaciones faciales, prognatismo o micrognatismo según la mandíbula sea muy grande o chica respecto al maxilar, que se corrige con cirugía y ortodoncia para revertir la desarmonía en las distintas estructuras faciales. Se hace cuando termina el crecimiento del paciente aunque se puede dar antes en casos puntuales para evitar mayores complicaciones como alteraciones, apnea del sueño o muerte súbita mientras duerme.
Las secuelas de la fisura del labio palatino, conocida como "labio leporino" son pasibles de corrección. Las secuelas de la fisura del labio palatino, conocida como "labio leporino" son pasibles de corrección.
La fisura del labio palatino, conocida como labio leporino, una deficiencia congénita, cuyas secuelas también puede corregirse, que son pasibles de corrección.
Todas estas cirugías son contempladas por obras sociales debido a que se trata de cirugías funcionales, ya que apunta a la corrección de función pese a que tiene un compromiso estético. Sucede que si un paciente con mandìbula muy pequeña no tiene buena capacidad respiratoria; uno con prognatismo no tiene buena formación del bolo alimenticio; mientras el trastorno en la articulación témporomandibular genera mala relación entre el maxilar y la mandíbula.