Javier Pastore cumplió 26 años el pasado sábado 20, justo el día que
Argentina alcanzó el primer puesto del Grupo B de la
Copa América al vencer a
Jamaica, pero más allá de ese hecho puntual, el cordobés siente que el buen momento deportivo que atraviesa no es un límite para lo que está por venir, ya que considera que recién está entrando "en la edad más linda de un futbolista". Y ayer, en el cumpleaños del mejor jugador del mundo, Lionel Messi, que recibió todos los afectos en la concentración "albiceleste", brindó una entrevista en el complejo Serena Suites.
"Estoy entrando en la edad más linda para un jugador y llevo ya seis años en Europa que me hicieron crecer muchísimo. Desde aquel pibe del Huracán de Ángel Cappa al que soy hoy en día, hubo dos clubes como Palermo y
París Saint Germain (PSG) en el medio que me cambiaron mucho", confesó Pastore. "Por eso sostengo que si ahora me toca estar en la selección y ser titular, se debe al buen rendimiento que vengo sosteniendo en el día a día. Pero esto viene acompañado también de un crecimiento personal, porque me tocó vivir en Italia y Francia, que son dos culturas diferentes en las que aprendés de todo y te vas haciendo un poco más hombre", remarcó.
El tono intimista de la charla fue y vino entre el Pastore persona y el "Flaco" futbolista, convergentes en algunos puntos, respaldándose entre sí, y equidistantes en otros. "Hace 20 días que fui padre por primera vez y eso es algo incomparable. Por eso entiendo a (Lionel) Messi cuando dice que es más lindo cambiarle los pañales a su hijo que gambetear a un rival".
Ahora es el turno del fútbol propiamente dicho, y entonces llama la atención descubrir como su capacidad de análisis se acerca más a la de un bisoño técnico en potencia, que a la de un jugador simplemente vinculado a las pretensiones organizativas de su entrenador de turno. "Me siento tan cómodo jugando de enganche como si debo tirarme a un costado cuando (Gerardo) Martino para un 4-3-3. El triángulo del medio cambia según el rival, pero para mí es lo mismo. Lo que sí, siempre trato de buscar los espacios a espaldas de los volantes rivales", puntualizó.
"Lo que ocurre es que acá me toca jugar igual a como lo hago durante todo el año en PSG, y en eso le llevo ventaja al resto de mis compañeros. Pero después, el "Tata" me da libertad para moverme por donde mejor me parezca y también que pueda terminar de delantero", describió.
"Dentro de esa libertad que nos da el técnico a los de adelante, mi mejor socio es (Ángel) Di María, porque siempre te pide la pelota al espacio para terminar la jugada. En cambio con Messi es diferente, porque la viene a buscar mucho más al pie para tirar paredes", advirtió el volante, quien además destacó la presión alta del equipo del "Tata" Martino.
Javier Pastore cumplió 26 años el pasado sábado 20, justo el día que
Argentina alcanzó el primer puesto del Grupo B de la
Copa América al vencer a
Jamaica, pero más allá de ese hecho puntual, el cordobés siente que el buen momento deportivo que atraviesa no es un límite para lo que está por venir, ya que considera que recién está entrando "en la edad más linda de un futbolista". Y ayer, en el cumpleaños del mejor jugador del mundo, Lionel Messi, que recibió todos los afectos en la concentración "albiceleste", brindó una entrevista en el complejo Serena Suites.
"Estoy entrando en la edad más linda para un jugador y llevo ya seis años en Europa que me hicieron crecer muchísimo. Desde aquel pibe del Huracán de Ángel Cappa al que soy hoy en día, hubo dos clubes como Palermo y
París Saint Germain (PSG) en el medio que me cambiaron mucho", confesó Pastore. "Por eso sostengo que si ahora me toca estar en la selección y ser titular, se debe al buen rendimiento que vengo sosteniendo en el día a día. Pero esto viene acompañado también de un crecimiento personal, porque me tocó vivir en Italia y Francia, que son dos culturas diferentes en las que aprendés de todo y te vas haciendo un poco más hombre", remarcó.
El tono intimista de la charla fue y vino entre el Pastore persona y el "Flaco" futbolista, convergentes en algunos puntos, respaldándose entre sí, y equidistantes en otros. "Hace 20 días que fui padre por primera vez y eso es algo incomparable. Por eso entiendo a (Lionel) Messi cuando dice que es más lindo cambiarle los pañales a su hijo que gambetear a un rival".
Ahora es el turno del fútbol propiamente dicho, y entonces llama la atención descubrir como su capacidad de análisis se acerca más a la de un bisoño técnico en potencia, que a la de un jugador simplemente vinculado a las pretensiones organizativas de su entrenador de turno. "Me siento tan cómodo jugando de enganche como si debo tirarme a un costado cuando (Gerardo) Martino para un 4-3-3. El triángulo del medio cambia según el rival, pero para mí es lo mismo. Lo que sí, siempre trato de buscar los espacios a espaldas de los volantes rivales", puntualizó.
"Lo que ocurre es que acá me toca jugar igual a como lo hago durante todo el año en PSG, y en eso le llevo ventaja al resto de mis compañeros. Pero después, el "Tata" me da libertad para moverme por donde mejor me parezca y también que pueda terminar de delantero", describió.
"Dentro de esa libertad que nos da el técnico a los de adelante, mi mejor socio es (Ángel) Di María, porque siempre te pide la pelota al espacio para terminar la jugada. En cambio con Messi es diferente, porque la viene a buscar mucho más al pie para tirar paredes", advirtió el volante, quien además destacó la presión alta del equipo del "Tata" Martino.