La presidente de Chile, Michelle Bachelet, se comprometió ayer a "terminar con las malas prácticas" que provocaron una crisis en su gobierno en los últimos meses, cuando políticos, empresarios y hasta el hijo de la mandataria se vieron involucrados en escándalos de corrupción.
"Todas las medidas reafirman el compromiso de luchar enérgicamente para terminar con las malas prácticas de este país, ya que me ocuparé personalmente de ello", afirmó Bachelet al inaugurar en Santiago un seminario sobre transparencia política y acceso a la información.
"Entiendo mi deber para dar un pulso necesario y definitivo para hacer de Chile un país donde la actividad pública deje de estar bajo sospecha y recupere el valor que debe tener una democracia", añadió.
Bachelet pronunció su discurso horas después de que se conociera la declaración completa de su hijo Sebastián Dávalos frente a la fiscalía, como imputado en el caso Caval, en el que se lo acusa, entre otros cargos, de tráfico de influencia.
El hijo de Bachelet declaró que ni él ni su madre tenían conocimiento de los detalles del negocio que le costó el cargo de director Sociocultural de la Presidencia chilena.
La esposa de Dávalos, Natalia Compagnon, es dueña de la mitad de Caval, una pequeña empresa de 10.000 dólares de capital en la que Dávalos trabajó como gerente de Operaciones hasta la asunción de su madre. Según las denuncias conocidas, un día después de que Bachelet se consagrara presidenta, Compagnon obtuvo un crédito bancario por 10,4 millones de dólares para comprar unos terrenos rurales que luego fueron recalificados para uso urbano y vendidos por Caval a un precio significativamente mayor que el de su adquisición.
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La presidente de Chile, Michelle Bachelet, se comprometió ayer a "terminar con las malas prácticas" que provocaron una crisis en su gobierno en los últimos meses, cuando políticos, empresarios y hasta el hijo de la mandataria se vieron involucrados en escándalos de corrupción.
"Todas las medidas reafirman el compromiso de luchar enérgicamente para terminar con las malas prácticas de este país, ya que me ocuparé personalmente de ello", afirmó Bachelet al inaugurar en Santiago un seminario sobre transparencia política y acceso a la información.
"Entiendo mi deber para dar un pulso necesario y definitivo para hacer de Chile un país donde la actividad pública deje de estar bajo sospecha y recupere el valor que debe tener una democracia", añadió.
Bachelet pronunció su discurso horas después de que se conociera la declaración completa de su hijo Sebastián Dávalos frente a la fiscalía, como imputado en el caso Caval, en el que se lo acusa, entre otros cargos, de tráfico de influencia.
El hijo de Bachelet declaró que ni él ni su madre tenían conocimiento de los detalles del negocio que le costó el cargo de director Sociocultural de la Presidencia chilena.
La esposa de Dávalos, Natalia Compagnon, es dueña de la mitad de Caval, una pequeña empresa de 10.000 dólares de capital en la que Dávalos trabajó como gerente de Operaciones hasta la asunción de su madre. Según las denuncias conocidas, un día después de que Bachelet se consagrara presidenta, Compagnon obtuvo un crédito bancario por 10,4 millones de dólares para comprar unos terrenos rurales que luego fueron recalificados para uso urbano y vendidos por Caval a un precio significativamente mayor que el de su adquisición.
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