Boca Juniors inició con buen pie su participación en el grupo 5 de una Copa Libertadores que lo obsesiona y para la que cargo toda su metralla futbolística este principio de año, al vencer como visitante a Palestino por 2 a 0, en el estadio Santa Laura, de Santiago de Chile. El primer gol "xeneize" fue obra de Andrés Chávez a los 37 minutos del primer tiempo, con un sutil toque de zurda entrando al área tras una precisa habilitación del lateral derecho Leandro Marín, quien apareció en esa acción jugando por el medio.
Y el segundo lo conquistó Sebastián Palacios, que sigue en estado de gracia tras los dos tantos a Olimpo del domingo pasado, con una precisa definición luego de un pie a pie necesario para quedar mano a mano con el arquero Darío Melo tras una habilitación no menos exacta del ingresado volante uruguayo Nicolás Lodeiro. El comienzo del primer tiempo, como se repitió a la misma altura del segundo, sorprendió a los de Rodolfo Arruabarrena sin la pelota, que era propiedad del conjunto dirigido por el argentino Pablo Guede, alumno dilecto del desaparecido entrenador de Barcelona, Tito Vilanova. Claro que en fútbol dominar no es sinónimo de atacar y eso es lo que ocurrió con el conjunto tricolor. Y entonces Boca hizo gala de la practicidad para aprovechar al máximo los momentos de lucidez que le permitieron atacar el área rival, siempre por el medio, y ganar con justicia.
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Boca Juniors inició con buen pie su participación en el grupo 5 de una Copa Libertadores que lo obsesiona y para la que cargo toda su metralla futbolística este principio de año, al vencer como visitante a Palestino por 2 a 0, en el estadio Santa Laura, de Santiago de Chile. El primer gol "xeneize" fue obra de Andrés Chávez a los 37 minutos del primer tiempo, con un sutil toque de zurda entrando al área tras una precisa habilitación del lateral derecho Leandro Marín, quien apareció en esa acción jugando por el medio.
Y el segundo lo conquistó Sebastián Palacios, que sigue en estado de gracia tras los dos tantos a Olimpo del domingo pasado, con una precisa definición luego de un pie a pie necesario para quedar mano a mano con el arquero Darío Melo tras una habilitación no menos exacta del ingresado volante uruguayo Nicolás Lodeiro. El comienzo del primer tiempo, como se repitió a la misma altura del segundo, sorprendió a los de Rodolfo Arruabarrena sin la pelota, que era propiedad del conjunto dirigido por el argentino Pablo Guede, alumno dilecto del desaparecido entrenador de Barcelona, Tito Vilanova. Claro que en fútbol dominar no es sinónimo de atacar y eso es lo que ocurrió con el conjunto tricolor. Y entonces Boca hizo gala de la practicidad para aprovechar al máximo los momentos de lucidez que le permitieron atacar el área rival, siempre por el medio, y ganar con justicia.
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