Hugo Krasnobroda
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Hugo Krasnobroda
Amparado en una expectativa de cambio muy fuerte en la sociedad, en una baja impresionante de la inflación y en un discurso totalmente disruptivo, el presidente Javier Milei termina 2024 con una imagen positiva superior al 52 por ciento, siendo el único mandatario que aumentó su aceptación a un año de haber asumido. La falta de una oposición que le haga sombra, claro está, contribuyó drásticamente a esta situación.
Lo curioso de ese dato es que el libertario logró mantener a más de la mitad de la población respaldando sus políticas pese al ajuste brutal que ejerció desde el mismo momento en el que se sentó en el sillón de Rivadavia. Eso incluyó, entre otras cosas, el despido de más de 34 mil empleados públicos nacionales, la pérdida de poder adquisitivo de los jubilados, el recorte a las universidades, la eliminación de descuentos en remedios y una recesión que asfixió a la economía hasta el tercer trimestre.
El presidente no redujo fuerte su imagen ni siquiera cuando descubrieron que el ministerio de Capital Humano tenía guardados miles de kilos de alimentos sin repartir a los comedores ni cuando protagonizó escándalos internacionales con Venezuela, Colombia, México, Brasil, España, Chile y hasta la ONU. Es claro que el periodo de gracia de Milei con la sociedad viene siendo bastante más extendido que con sus antecesores.
Milei, dueño un chocante y personalista estilo de hacer política, tuvo en la inflación su gran carta de triunfo para mostrar sustentabilidad en su "licuadora y motosierra". El año comenzó con un espeluznante 20,6 por ciento en enero y terminó con un aceptable 2,4 por ciento en noviembre. La inflación de diciembre, que se conocerá a mediados de enero, podría arrojar una cifra algo más alta por los gastos de turismo y también por el repunte que tuvieron los dólares financieros en la segunda mitad de diciembre. Esos alentadores números que exhibió el Indec se dieron en paralelo de un crecimiento de la pobreza muy importante en el primer semestre del año, que se habría reducido en la segunda mitad.
La industria y la construcción, dos de los sectores más afectados por el freno a la obra pública y la llegada de las importaciones, recién están dando algunos leves signos de recuperación. ¿Los grandes ganadores del año? La minería, el campo y el sector energético.
Milei se jactó innumerables veces de ser inflexible con los "errores" de sus subordinados. No es casualidad que en menos de doce meses se hayan desvinculado más de cincuenta funcionarios, la mayoría de ellos echados, incluyendo ministros de peso como el exjefe de Gabinete Nicolás Posse (íntimo amigo de Milei), el fallecido exministro de Infraestructura Guillermo Ferraro, el de Salud Mario Russo y la canciller Diana Mondino. El ministro que más se encuentra en la mira de cara a 2025 es el titular de Justicia Mariano Cúneo Libarona, quien tuvo varios exabruptos y contradicciones con la ministra Patricia Bullrich.
El presidente tuvo la extraordinaria habilidad de sacar leyes claves y vetos resonantes en el Congreso pese a tener una marcada minoría legislativa. En ese sentido, Milei no tuvo problemas en negociar con "la casta" y acordó apoyo de varios gobernadores del peronismo y el PRO. Uno de ellos fue el del exsenador Edgardo Kuider –acusado de contrabando- quien se manifestó en contra de la ley Bases y terminó levantando la mano.
En 2025, año electoral, el Presidente se ilusiona con alcanzar un respaldo mucho mayor en Diputados y el Senado, cosa que ocurrirá indefectiblemente por las pocas bancas que pone en juego: dos en la Cámara baja (las de Milei y Victoria Villarruel) y ninguna en la Cámara alta.
La evolución de la pésima relación que impera actualmente entre el jefe de Estado y su vice será determinante este año para mantener un escenario de cierta previsibilidad institucional o, por el contrario, para profundizar la división y sus consecuencias políticas y económicas.