En la Legislatura de Jujuy se debatió recientemente un proyecto de ley que propone la creación de guardias veterinarias obligatorias en la provincia. El Colegio de Veterinarios de Jujuy advirtió que el proyecto de guardias obligatorias es inviable y propuso retomar la creación de un hospital veterinario público para garantizar atención segura y equipada.
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En la Legislatura de Jujuy se debatió recientemente un proyecto de ley que propone la creación de guardias veterinarias obligatorias en la provincia. El Colegio de Veterinarios de Jujuy advirtió que el proyecto de guardias obligatorias es inviable y propuso retomar la creación de un hospital veterinario público para garantizar atención segura y equipada.
La iniciativa, presentada por el diputado Luciano Angelini, busca garantizar un servicio de atención permanente para mascotas y animales en situaciones de emergencia. Sin embargo, referentes del Círculo de Veterinarios de Jujuy expresaron sus reparos durante una reunión con la Comisión de Asuntos Sociales, señalando que, en las condiciones actuales, el proyecto resulta inviable.
El presidente del Círculo, Fabián Oropeza, explicó que la profesión enfrenta importantes limitaciones. "Estamos de acuerdo en que la comunidad necesita un sistema de guardias. Pero, si bien compartimos la idea en general, no apoyamos la estructura del proyecto porque no contamos con el equipamiento, la infraestructura ni las condiciones de seguridad necesarias", dijo
Actualmente, lo que existe en la provincia son guardias pasivas: veterinarios que atienden en horario comercial y ofrecen un teléfono de contacto para urgencias. Algunos profesionales también realizan servicios a domicilio, pero sin contar con quirófanos, anestesistas o cirujanos, recursos imprescindibles para atender emergencias graves como politraumatismos, mordeduras o accidentes de tránsito.
"En esos casos, la vida del paciente depende de una intervención quirúrgica inmediata, y no basta con un consultorio pequeño. Se necesita un hospital con todas las condiciones", destacó Oropeza.
Reconoció que los reclamos de la población son constantes. "A diario recibimos pedidos de clientes y vecinos que no encuentran veterinarias abiertas en horarios no comerciales. Es una demanda legítima de la comunidad", dijo.
No obstante, advirtió sobre los riesgos que supone trabajar sin las condiciones necesaria y recordó episodios ocurridos en Córdoba, donde veterinarios sufrieron escraches, amenazas y agresiones, e incluso se registraron casos de suicidios vinculados al estrés de la profesión.
"Los veterinarios encabezamos lamentablemente el ranking de suicidios en las profesiones. Estamos expuestos a muertes continuas y al dolor de tener que practicar eutanasias. Eso genera un daño psicológico profundo", afirmó. En ese sentido, insistió en que el proyecto legislativo no contempla medidas de seguridad para proteger a los profesionales.
Explicó que estas situaciones suelen producirse en escenarios de alta tensión emocional, como la pérdida de una mascota. "Cuando un animal no sobrevive, algunos dueños reaccionan con violencia. Son momentos comprensibles desde lo humano, pero que pueden transformarse en episodios de agresión hacia los profesionales si no hay medidas de protección", dijo.
Recordó un caso reciente, ocurrido también en Córdoba, tuvo como víctima a una veterinaria jujeña que trabaja en esa provincia. "Le intentaron destrozar el consultorio, la agredieron verbalmente y la amenazaron de muerte por redes sociales. Desde el Colegio le dimos todo nuestro apoyo. Estos hechos muestran que no se puede exponer a los colegas sin prever condiciones mínimas de seguridad", afirmó Oropeza.
Sostuvo que la profesión veterinaria se encuentra entre las de mayor índice de suicidios, según estadísticas internacionales. "Estamos permanentemente expuestos a la muerte, a la eutanasia, a situaciones que nos afectan psicológicamente. Sumado a la inseguridad, la presión se vuelve muy difícil de sostener", agregó.
Otro de los puntos planteados fue la gran disparidad entre consultorios veterinarios. Mientras algunos apenas cuentan con un espacio reducido para consultas básicas, otros disponen de salas de internación o quirófanos. "La prestación del servicio no sería equitativa, y los costos para adecuar cada consultorio son altísimos. No se puede obligar por ley a sostener gastos de personal, seguridad y equipamiento que muchos no están en condiciones de afrontar", explicó.
Además, el costo de adecuar cada veterinaria para brindar atención de emergencia resulta inasumible para muchos profesionales. "No es solo atender un vómito o una diarrea, en casos de accidentes se necesita quirófano, anestesista y cirujano. Es imposible sostener esas condiciones en cada consultorio", explicó el Oropeza. Por ello, consideró que la creación de un hospital público veterinario, con equipamiento centralizado, es la salida más viable para asegurar calidad y seguridad en la atención.
Estiman que sería potable retomar proyecto del hospital veterinario
Ante este panorama, desde el Círculo de Veterinarios de Jujuy se planteó retomar el proyecto anunciado el año pasado sobre la creación de un hospital veterinario público.
"Creemos que sería la salida más viable. Si se concentrara el servicio en un hospital, con equipamiento, infraestructura y seguridad adecuados, los médicos que quieran trabajar en guardias podrían hacerlo sin exponerse ni cargar con costos imposibles de afrontar", sostuvo Oropeza.
Planteó que la iniciativa no necesariamente debería ser gratuita ya que podría funcionar bajo un esquema mixto, público o rentado. Sostuvo que lo importante es que se brinden las condiciones adecuadas para una atención de calidad. En este contexto, obligar a los profesionales a sostener guardias individuales no es una solución justa ni realista.
En noviembre del 2021 una iniciativa similar en Río Grande también generó rechazo. En la nota a Radio Universidad de esa provincia, el profesional Jeremías Sarmiento sostuvo que no se puede obligar a los veterinarios a realizar guardias, especialmente cuando ya trabajan durante todo el día, requieren equipamiento costoso y tienen obligaciones familiares.
Comentó que a veces él y otros colegas cubren guardias según su disponibilidad, pero aseguró que el problema es complejo ya que se necesitan varios profesionales capacitados y equipamiento adecuado, además del apoyo logístico, lo cual implica costos elevados, sobre todo ante eventuales emergencias que requieren intervenciones complicadas.
Añadió que aunque muchos consideran que con un simple inyectable basta, hay casos graves como torsión de estómago en perros pesados que requieren equipo de anestesia, equipo de oxígeno y personal entrenado, y todo no puede ser suplido por un único profesional. Dijo que al estar habilitados como comercios y no como centros médicos, están sujetos a normas comerciales, limitando lo que pueden cobrar y exponiéndolos a conflictos o violencia con dueños de mascotas que no pagan lo justo por la atención.