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2 de Agosto,  Jujuy, Argentina
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El viajero puneño maravillado por el desierto de Mongolia

Hugo Salinas nació en Abra Pampa y eligió ser caminante del mundo. Vive en el País Vasco pero conoce diversas culturas.
Lunes, 09 de junio de 2025 01:02
DESIERTO DE GOBI | HUGO SALINAS JUNTO A UN MONGOL EN LA TIERRA DE MONGOLIA.

Con el arte entre sus venas, decidió dar rienda suelta al motivo que inspira su felicidad y emprendió un camino especial desde una juventud prometedora.

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Con el arte entre sus venas, decidió dar rienda suelta al motivo que inspira su felicidad y emprendió un camino especial desde una juventud prometedora.

Durante su infancia en Abra Pampa, su alma solitaria anhelaba acaso conocer aquellos otros lugares que imaginaba cada vez que su madre lo llevaba de la mano a la escuela. Y por las noches, Hugo Salinas admiraba las estrellas que ella le enseñó a contar. Tantos kilómetros caminados siendo niño que de joven quería seguir contemplando para encontrar así, el sentido de ser un viajero sin cansancio, ni obstáculo que le impidiera detenerse. Con infancia entre la Puna y la capital descubrió un profundo simbolismo a través del arte plástico y lo eligió como oficio de vida. "Eran mediados de los '70 y una época difícil donde ser joven y pensar distinto, era peligroso", aseguró Salinas. En su anhelo por ampliar sus conocimientos, quería conocer otros mundos pero no sólo en su mente, sino en la realidad misma. "Cuando ves la noche y las madrugadas en Pozuelos, que es donde vivía, podía tocar el cielo, ver otros colores. Imaginaba lo que sería si viajaría a buscar esos otros colores", expresó el pintor que se maravillaba sólo con ver pasar un avión. "Fui a Buenos Aires y comprendí lo diferente que era, muy culta", aseguró. Motivado por conocer la cuna de las artes eligió Europa para continuar su rumbo y llegó el 11 de marzo de 1978 a Madrid, España.

PEREGRINO DEL CAMINO DE SANTIAGO

Y visitó los principales museos, pero su intención era ir a Andalucía y lo hizo. Asombrado por lo pintoresco del lugar, se fue a Barcelona; pero prefirió el País Vasco como hogar y donde se instaló en el '80 donde abrevó de pensamientos revolucionarios y cambios sociales. "A los tres años de estar allí, formé un hogar. Empecé a pintar en un atelier y con la ilusión de trabajar en otro continente, hasta que supe del Camino de Santiago de Compostela y lo hice", comentó feliz de haberlo realizado.

La espiritualidad de manifiesto a través de la peregrinación se abrió ante él como un telón con los reflectores apuntando al escenario de su corazón. "En el año 1985 volví a Jujuy y expuse en la biblioteca fue una gran experiencia. Mi sueño era exponer en París y, en 1989, lo hice. Comencé a entender que existen grandes capitales y que el mundo es tan grande que uno se siente una hormiga", dijo.

PINTORESCA CULTURA | LOS COLORES QUE RESALTAN EN LA CIUDAD DE ULÁN BATOR.

No obstante, como amante de la naturaleza y de los ríos con sus montañas, emprendió un nuevo rumbo, iniciando desde Sintra, Portugal, para sentir al océano Atlántico más cerca de lo que alguna vez pensara. "Yo veía el horizonte cada paisaje único, es impresionante. Así, llegué a Holanda que es hoy Países Bajos y me compré una 'bici' en Róterdam e hice el trayecto del Rhin", indicó quien llevaba provisiones de comida en un carrito. "Fue una experiencia inolvidable conocer el nacimiento del río Danubio y me di con la sorpresa de que nace de una fuente que empieza a caer de a gotas en un pequeño estanque", reveló. Y así desde lo simple, como el Danubio, Hugo fue coleccionando lugares en su retina que lo tenían sorprendido. "Llegué a Austria y a Los Balcanes, también pasé por Serbia, Bulgaria y Rumanía. Pude ver los pueblos pequeños y los palacios, y logré llegar al mar Negro, con la satisfacción de volver a casa con todo conocido", expresó quien regresó al País Vasco.

Y con las ganas de volver a recorrer otros paraísos, salió a la luz una nueva posibilidad al rememorar la publicación americana Reader's Digest que llegaba a su Puna natal. Y se le abrió la inquietud por conocer ese universo no tan distinto que era Mongolia. "De repente, me acordé que cuando leía la revista, notaba un parecido con nosotros como jujeños. Y avisé a mi familia de mi nuevo propósito, ir a ese lugar", explicó.

Viajó en avión al país asiático y llegó a la ciudad de Ulán Bator.

Sin embargo, fue el desierto del Gobi y su alma rústica la que le dio la bienvenida. "Fue hermoso, no ves ni una casa hay mucho sol y nada de vegetación. Me recordó a mi lugar", expresó Salinas, quien se alojó en una "yurta" -vivienda utilizada por los nómadas en las estepas de Asia Central, desde la Edad Antigua y Media-. "Una familia me dio lugar para saber cómo es vivir allí y conviví con ellos, perros, caballos y vacas porque eran comerciantes de leche y yogurt. Como muestra de agradecimiento los ayudé y a cargar la lechera de 25 litros de leche de vaca. En el campo se ordeña mucho y también leche de yegua para hacer yogurt. Un día me regalaron una yegua con la carita y las patitas blancas", reveló Salinas que entendió algo; como no podía trasladarla con él, significaba que él tendría un motivo especial para volver. "Ellos comían cordero, panza, tripa y papa. Me encantaba estar en el desierto porque aprendí muchísimo en meses y prometí volver", dijo quien al regresar a Ulán Bator, comenzó a comprender la historia que engrandece a Genghis Khan.

ORDEÑANDO VACAS.

Allí, lució la vestimenta típica; una túnica en color cobre que, cordialmente, le facilitaron llegando a sentir cómo el arte lo guió a abrir la mente para vivir sensaciones nuevas, todas valiosas sin dejar de insistir y develar misterios. Es que, finalmente, la vida es como un lienzo donde las pinceladas del artista se nutren todo el tiempo de elecciones y de emociones que traspasan cualquier frontera.

Con su regreso al hogar en Algorta, pueblo del municipio vizcaíno de Guecho, en el País Vasco develó aquello que había experimentado en la exótica Asia y lo hermoso que significa resaltar su origen abrapampeño desde el ver más allá de lo conocido y fascinarse por lo que vendrá.

LUCIENDO TRAJE TÍPICO EN COBRE.

 

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