En Argentina, pese a los avances de los estudios sobre la hipertensión pulmonar que redujeron el tiempo de diagnóstico que hace 30 años era de entre 2 y 4 años, el promedio de espera para uno definitivo desde el primer síntoma es de 16 meses. Por eso se abrieron registros y avanzan en su conocimiento, ya que los síntomas se confunden y es clave diagnosticar para tratarlo y mejorar la calidad de vida.
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En Argentina, pese a los avances de los estudios sobre la hipertensión pulmonar que redujeron el tiempo de diagnóstico que hace 30 años era de entre 2 y 4 años, el promedio de espera para uno definitivo desde el primer síntoma es de 16 meses. Por eso se abrieron registros y avanzan en su conocimiento, ya que los síntomas se confunden y es clave diagnosticar para tratarlo y mejorar la calidad de vida.
Así lo destacó, el Jefe de Neumonología de la Fundación Favaloro Jorge Cáneva, quien recordó que el país cuenta con registros sistematizados que permitieron mejorar la detección y seguimiento de los pacientes, en una reciente conferencia de MSD en Capital Federal.
La hipertensión arterial pulmonar (HAP) es una enfermedad poco frecuente y progresiva que afecta a las arterias pulmonares, provoca que los vasos sanguíneos de los pulmones se estrechen, bloqueen o destruyan, lo que ralentiza el flujo sanguíneo y aumenta la presión en dichas arterias. Eso genera que el corazón deba trabajar con mayor esfuerzo para bombear la sangre a través de los pulmones, un trastorno que si no se trata a tiempo puede derivar en insuficiencia cardíaca e incluso poner en riesgo la vida del paciente.
A pesar de los avances médicos, su diagnóstico sigue siendo un desafío. Según una encuesta Argentina los pacientes tardan en promedio 16 meses en recibir un diagnóstico definitivo desde los primeros síntomas, debido a que los mismos suelen confundirse con otras enfermedades respiratorias comunes, como el asma o Epoc. Además, el 57% de los pacientes consultados fueron diagnosticados inicialmente de manera errónea.
"Es un desafío para todas las décadas de la vida y tiene que obligar a los médicos a tener la suspicacia de pensar en hipertensión pulmonar cuando los síntomas de un determinado paciente no quedan explicados por las enfermedades respiratorias y cardíacas más frecuentes como las que ya les comenté", dijo Cáneva.
En 2014, la Fundación Favaloro publicó un estudio epidemiológico que marcó un precedente en la investigación de esta patología. Posteriormente, en 2021, se presentó el registro argentino "Recopilar", en el cual se hizo un seguimiento a 627 pacientes con hipertensión pulmonar. Actualmente, está en desarrollo el registro "Argen HP" de siete sociedades científicas que trabajan en la generación de datos epidemiológicos actualizados para Argentina. La importancia está en una detección más temprana que permita iniciar el tratamiento en fases más iniciales para la eficacia de los medicamentos y calidad de vida de los pacientes.
En Argentina, el 22% de los pacientes recibe inicialmente un diagnóstico de asma, el 11% es diagnosticado con neumonía, el 9% con ansiedad o Epoc y el 8% con afecciones cardíacas, entre otras. Por ello se recurren a distintos métodos de evaluación para confirmar la enfermedad y determinar su grado de avance, análisis de sangre, que incluyen pruebas de tiroides, hígado, química sanguínea y laboratorios específicos de enfermedades autoinmunes y el test de VIH. También electrocardiograma, pruebas de función pulmonar o pruebas respiratorias para detectar asma o Epoc; prueba de caminata de 6 minutos para ver si disminuyen niveles de oxígeno durante la actividad física; ecocardiograma para verificar el tamaño y el estado de las cavidades cardíacas y estimar la presión sanguínea en las arterias pulmonares; y cateterismo cardíaco derecho para medir directamente la presión arterial en los pulmones.
En las etapas iniciales la Hipertensión Arterial Pulmonar (HAP) puede no presentar síntomas evidentes pero al avanzar dificultan las actividades cotidianas. Los síntomas son dificultad para respirar, falta de aire, hinchazón en pies, piernas, abdomen y cuello, palpitaciones, pulso acelerado y dolor o presión en el pecho, mareos, desmayos y fatiga persistente; y coloración azulada en labios y dedos por falta de oxígeno.
A pesar de los esfuerzos en torno al diagnóstico aún no tiene un tratamiento curativo y la última alternativa es el trasplante pulmonar. En 2024 la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) autorizó una nueva opción terapéutica destinada al tratamiento de adultos con HAP del grupo 1 de la OMS. Previamente fue aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) y por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, European Medicine Agency).
70% son mujeres
Una investigación latinoamericana que contó con participación de 47 médicos argentinos y sus pacientes, arrojó que en Argentina la edad promedio de los afectados es de 53 años y más del 70% son mujeres, el promedio más alto de la región. La causa más común es la Hipertensión Arterial Pulmonar (HAP) asociada a otras enfermedades (Apah), y fue el 60% de los casos.
Entre las vinculadas más frecuentes están, enfermedades del tejido conectivo (54%) como lupus, esclerodermia y artritis reumatoide; y enfermedades cardíacas congénitas (32%). Y un 37% de los casos corresponden al tipo idiopático (Ipah), de origen desconocido, y solo un 3% fueron hereditarios (Hpah). El asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc) son algunas de las patologías que pueden provocar manifestaciones similares, por lo que es clave descartarlas con estudios específicos.
Buscan diagnóstico más rápido
Desde el año 2013 diversas sociedades médicas, entre ellas la Sociedad Argentina de Cardiología, la Federación Argentina de Cardiología, la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria, la Asociación Argentina de Pediatría y la Asociación Argentina de Reumatología, trabajan para crear una plataforma común para registrar pacientes con hipertensión pulmonar en cualquier provincia y en cualquier rango etario. Uno de los desafíos en el diagnóstico de la hipertensión pulmonar fue el tiempo entre la aparición de los primeros síntomas y la confirmación de la enfermedad mediante un cateterismo cardíaco derecho, considerado el método estándar para su diagnóstico.
Históricamente, en países como Argentina y Estados Unidos y en Europa, demoraba entre 2 y 4 años por superposición de síntomas con otras enfermedades respiratorias y cardiovasculares, como asma, Epoc o la insuficiencia cardíaca. En los últimos años logró reducirlo. Según una encuesta latinoamericana reciente, el tiempo promedio de diagnóstico en la región es de 16 meses. En Argentina por el registro y seguimiento de 670 pacientes en una plataforma común de siete sociedades médicas se redujo el tiempo promedio de diagnóstico a 10,4 meses hasta el 28 de febrero de este año.