La Casa del Jubilado volvió a vibrar el pasado jueves con un festejo repleto de alegría, música y reencuentros por el Día de la Madre. En su sede de calle San Martín, los participantes disfrutaron de un baile con diferentes ritmos, desde tango y folclore hasta cumbia y música disco, además de sorteos y reconocimientos.
La velada fue exclusiva para quienes concurren a la institución, consolidando un espacio de comunidad y pertenencia.
Más allá de la celebración, el presidente de la entidad Ramón Marengo destacó el profundo sentido que impulsa cada actividad, "el verdadero valor de este lugar es que nuestros jubilados se sientan activos, acompañados y respetados. Después de la pandemia vimos cuánto necesitaban volver a compartir, reír y sentirse parte."
La institución trabaja bajo un concepto moderno que define como "envejecimiento activo", donde jubilarse no significa detenerse, sino iniciar una nueva etapa de aprendizaje, movimiento y crecimiento personal, "vos te jubilás, pero eso no es el fin del mundo. Al contrario: ahí empieza otra etapa, donde cada día cuenta", subrayó el titular de la institución.
Actualmente, la Casa del Jubilado ofrece dieciséis talleres que abarcan actividades físicas, cognitivas y artísticas. Entre ellos se destacan gimnasia, yoga, taichí, arte y expresión, estimulación cognitiva, pintura y música disco. Cada propuesta busca fortalecer tanto el cuerpo como la mente, pero también el vínculo entre los asistentes, "cada taller es una excusa para volver a conectarse con uno mismo y con los demás. No hay salud posible sin interacción social", explicó.
El edificio de la Casa del Jubilado fue diseñado específicamente para personas mayores: cuenta con sillones adaptados, baños amplios y ascensor, además de una confitería concesionada bajo la premisa de ofrecer un servicio amable y respetuoso. "Nuestros mayores ya vivieron muchas agresiones afuera: en un colectivo, en un banco, en la calle. Acá deben encontrar tranquilidad y respeto, por eso somos inflexibles con el buen trato", remarcó el presidente.
La gestión es autónoma y autofinanciada, con recursos provenientes de inmuebles administrados por la entidad y una cuota simbólica que abonan los socios. "Aprendimos que el que paga, cuida y se compromete. Todo lo que se recauda vuelve a los jubilados", explicó, destacando además el compromiso del personal, que trabaja bajo modalidad independiente y cobra puntualmente cada mes.
La Casa del Jubilado también realiza caminatas, actividades al aire libre y eventos culturales, fomentando la educación continua y la participación constante. Entre los proyectos a futuro, se analiza implementar un servicio de almuerzos saludables elaborados por nutricionistas, para que los mayores puedan compartir un plato equilibrado en compañía.
El festejo del Día de la Madre concluyó con una pista llena de alegría y música. Y aunque el baile fue la excusa, el verdadero motivo fue seguir fortaleciendo los vínculos que colocan a las personas mayores en el centro de la vida comunitaria.
"El objetivo es simple: que cada jubilado se sienta útil, querido y acompañado. Porque cuando hay respeto y movimiento, hay vida", destacó Marengo.