El alma de un deportista se traza a fuego cuando el fútbol moviliza su corazón. Y entonces la alegría lo envuelve con el poder que solo la pasión genera, al hacer aquello que tanto ama.
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El alma de un deportista se traza a fuego cuando el fútbol moviliza su corazón. Y entonces la alegría lo envuelve con el poder que solo la pasión genera, al hacer aquello que tanto ama.
Para Maximiliano Alonso, el fútbol es un estilo de vida, un sueño que hace realidad a medida que pasa cada día, desde que tiene uso de razón.
Hoy este jujeño reside en el fantástico país de República Dominicana, donde vive a mil revoluciones este sentimiento que mantiene vivo como la llama que lo marcó y -desde allí- comparte la experiencia de no dejar de pertenecer al deporte que considera el más lindo de todos. Esta carrera que lo posicionó sobre el césped de canchas centroamericanas, comenzó desde el 16 de enero de 1990, momento en el que considera haber nacido para respirar, sentir y vivir fútbol. Y es que siendo un niño sabía certeramente que llevaría una pelota a donde quiera que fuera. Desde el año 2014, tiene la posibilidad de viajar gracias a su trabajo como preparador físico vinculado con el deporte en clubes de alto rendimiento.
Pero su historia comenzó treinta años atrás cuando, siendo un niño, el fútbol se le presentaría en forma de juego, durante los inolvidables recreos en la escuela 12 "Bernardo Monteagudo". "Nos sacábamos las medias con mis compañeros y hacíamos una pelota entre todos para jugar. El fútbol me acompañó desde que nací", afirmó Maximiliano Alonso, quien recuerda su niñez como una etapa especial en su vida, en el barrio Santa Rosa.
Con los años, las ganas por jugar en un club lo llevaron a acompañar a su abuelo al "23 de Agosto" y -estando allí- a abrazar los colores albicelestes que marcarían su rumbo "lobo" por catorce años más. "Fue hermoso jugar desde chiquito en Gimnasia y Esgrima de Jujuy, tengo los mejores recuerdos y me hice de amigos, aunque no salía de fiesta porque prefería descansar bien para rendir mejor en los entrenamientos", indicó.
Durante su etapa de adolescencia, el desafío era tener continuación y no dejar de sorprender desde su posición en la cancha como "9" goleador. Y mientras se repartía en su educación como estudiante "legionario" del Colegio Nacional 2 "Armada Argentina", entrenaba como jugador dedicado, formado en valores humanos que lo engrandecen como persona. "Cuando jugaba tenía, como todo chico, mi objetivo centrado en ser profesional del fútbol; pero los años pasaron, se cortaba la brecha y otros compañeros estaban en un mejor momento. Aun así, no bajé los brazos y siempre dije que mi objetivo era estar ligado al fútbol de alguna manera", reveló.
Buscando nuevos rumbos
Fue así que con el consejo de referentes del campo de juego, pero sobre todo del "profe" Siacia, decidió hacer docencia en educación física en el Instituto de Educación Superior 4 "Raúl Scalabrini Ortíz". Y en Palpalá, cobraría más fuerza su intención de perfeccionarse, abriéndose camino como "profe", sin dejar de crecer a nivel personal ya que cumplía con un entrenamiento funcional a cargo del grupo de Actividad Física al Aire Libre -Afal- en la ciclovía del acceso sur. El primer viaje que realizó fue en el año 2014 y a Perú, gracias a la recomendación de Pablo Siacia. "Cuando viajé en 2014, aunque no fueron fáciles los primeros tiempos, tenía ganas de iniciarme y trabajar como preparador físico. Fui al Club Deportivo Coronel Bolognesi de Tacna y después trabajé con Flavio Maestri. En 2015, fui a otro Club Sport Alianza Atlético Sullana", relató el jujeño que no dejó de aprender, a la vez, de la cultura del país andino. No obstante, la vida lo llevaría a viajar nuevamente en 2017, a Bolivia, para desempeñarse por dos años en el Club San José de Oruro y más tarde en el Club Nacional de Potosí, donde la experiencia también lo motivaría a levantar en alto su compromiso con la labor deportiva. El regreso al país -puntualmente- a Jujuy fue en 2018, para trabajar en el Club Altos Hornos Zapla y en el Club Talleres de Perico, con la idea de nutrirse de vivencias y enriquecer su función.
Todo un primer recorrido que valora con respeto, por sus años de tarea cumplida. "Recibirme en Jujuy como 'profe' fue todo un logro que me impulsa a seguir capacitándome para mejorar", aseguró el preparador físico, especializado en fútbol de alto rendimiento.
Como la trayectoria del deportista es movimiento constante, Alonso vivió en carne propia las sorpresas que le regaló el fútbol en 2019, cuando lo contrataron desde el Manta Fútbol Club de Ecuador. "Es impresionante la riqueza y la idiosincrasia de cada lugar que pude conocer y todo gracias al deporte. Soy la persona que soy gracias al fútbol porque gracias a él tengo valores y disciplina", expresó quien en 2020 -año de la pandemia por Covid-19- lo pasó en Pacasmayo, Perú. "Fue difícil ese momento, mi comida era limitada y los entrenamientos eran por Zoom, pero seguí adelante. Se trata de ser resiliente y tener fe que lo bueno estaba por venir", dijo y acertó; porque luego de ser parte del cuerpo técnico del Sport Chavelines Juniors, fue contratado por Deportivo Binacional Fútbol Club con el que participó de la Copa Libertadores.
En este ámbito, las enseñanzas son constantes y muchas veces a prueba y error, pero siempre guiado por esa pasión que no conoce de barreras. "Todo país tiene sus tradiciones, en Bolivia y Perú hay creencias que llaman la atención pero que para ellos es natural", aseguró Alonso que en 2021, un nuevo destino lo esperaría en el Cibao Fútbol Club en República Dominicana. "Hay que tener la capacidad de adaptación de uno como 'profe' al lugar a donde va, tanto cultural como físicamente", dijo el también director técnico y diplomado en nutrición que se desempeñó igualmente en el Club Independiente de Sucre en Bolivia; en el Club Deportivo Iztapa de Guatemala y en Delfín Sporting Club de Ecuador, en 2023. "Lo que me llamó la atención en Guatemala es que consumen mucho picante. El desayuno es un taco con picante y café. Ellos están acostumbrados, así como incorporan el arroz al desayuno y al plátano frito", contó.
La entrega es total cuando aborda su misión como preparador físico en lo cotidiano. Y trabajando con los entrenamientos de alto rendimiento, lo hacen ser más abierto al perfeccionamiento, a saber escuchar y a potenciar el crecimiento del grupo dentro del club en el que se encuentre. "Mi día a día en el Cibao FC de República Dominicana es a través de un pre y pos entrenamiento. Realizo un informe periódico, una rutina con valoración de distancia, esfuerzo e intensidad", reveló el "profe" que para diciembre de 2022, regresó a su tierra natal a celebrar con su familia la obtención del campeonato mundial de la Selección Argentina de Fútbol. "Conozco trece países pero mi lugar en el mundo es Jujuy", sostuvo. Es que Alonso nació y se educó en el seno de una familia trabajadora donde aprendió valores y supo visualizar su objetivo, que el fútbol lo acompañaría siempre.