Con inmensa alegría, se celebró ayer la eucaristía en la que tuvo lugar la ordenación sacerdotal del diácono Juan Carlos Alberto Guari por la imposición de manos del obispo de Jujuy, monseñor César Daniel Fernández, en la capilla "San Juan Bautista" de Alto Comedero.
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Con inmensa alegría, se celebró ayer la eucaristía en la que tuvo lugar la ordenación sacerdotal del diácono Juan Carlos Alberto Guari por la imposición de manos del obispo de Jujuy, monseñor César Daniel Fernández, en la capilla "San Juan Bautista" de Alto Comedero.
La Diócesis de Jujuy, que está celebrando sus 90 años, tuvo un motivo más de alegría. Es que Alberto Guari recibió el sacramento del orden, que consiste en la consagración al ministerio del servicio a la Iglesia y a Dios. Esto le exige dedicación plena y libre disposición a Dios.
El rito central consistió en las letanías de los santos, la imposición de las manos por parte del obispo y de algunos sacerdotes y la oración consagratoria.
En la ceremonia, el obispo señaló la importancia del sacerdote como "hombre de Dios para los hombres y hombre entre los hombres para Dios".
Le recomendó a Guari que no se olvide de dónde fue tomado y elegido, y que sea fiel a lo que Dios le pide como nuevo sacerdote de la Diócesis de Jujuy.
A su turno, el flamante sacerdote agradeció en plena misa a todos los presentes, y al obispo especialmente. "Gracias a Dios también por este regalo del sacerdocio para la iglesia, estoy agradecido a El por haberme invitado y a los hermanos sacerdotes por la fraternidad y compañía en este momento", agregó.
Luego reconoció a sus familiares porque "fueron parte de este camino", y a toda la comunidad de la parroquia San Francisco Solano, ya que "estuvieron desde temprano trabajando para que este día sea el mejor y que el Señor le retribuya todo lo que han hecho".
Por último, Alberto Guari pidió con lágrimas en los ojos que "sigan rezando por mí para que no me canse de bendecir, y si en algún momento me ven cansado, recuérdenme de este momento porque el sacerdocio no es para mí sino para toda la iglesia".
Al término del sacramento del orden, amigos, parientes y fieles se quedaron para que el nuevo padre los bendijera y los guíe espiritualmente, y luego con sacerdotes compartió un ágape fraterno en el salón de la Escuela Nº 461.
Por otro lado, el padre German Maccagno habló con El Tribuno de Jujuy y manifestó su alegría al tener un sacerdote más para la Diócesis de Jujuy. "Es una gracia muy grande, cuando uno ve las comunidades se alegra mucho cuando puede ver que uno más se agrega esta comunidad grande del presbiterio para servir al pueblo, porque en todos lados hace falta un curita", comentó.
Reconoció que "seremos aproximadamente cincuenta sacerdotes, lo que sí varía un poco es el número porque hay diocesanos y hay también religiosos que van y vienen o los cambian, y hace ya bastante que no tenemos una ordenación sacerdotal, yo creo que como dos años".
Esta ordenación es "muy importante para Alberto y para esta comunidad porque las vocaciones es como el fruto de la vida cristiana y la tarea pastoral".