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29 de Julio,  Jujuy, Argentina
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Se cumplen 25 años de la muerte del Dr. René Favaloro

El 29 de julio de 2000, René Favaloro se disparó en el corazón y su muerte fue una denuncia silenciosa contra la indiferencia del sistema de salud. 

Martes, 29 de julio de 2025 07:48

El sábado 29 de julio del año 2000, la Argentina amaneció con una noticia tan dolorosa como impactante: René Favaloro, uno de los máximos referentes de la medicina en el país y en el mundo, había sido hallado sin vida en su domicilio. El doctor se había disparado en el corazón con un revólver calibre 38 en el baño de su departamento del barrio de Palermo, en la ciudad de Buenos Aires.

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El sábado 29 de julio del año 2000, la Argentina amaneció con una noticia tan dolorosa como impactante: René Favaloro, uno de los máximos referentes de la medicina en el país y en el mundo, había sido hallado sin vida en su domicilio. El doctor se había disparado en el corazón con un revólver calibre 38 en el baño de su departamento del barrio de Palermo, en la ciudad de Buenos Aires.

Aquel día marcó un antes y un después no solo en el ámbito médico, sino en la conciencia social de los argentinos. El cirujano cardiovascular, que había revolucionado la medicina con la técnica del bypass aortocoronario, tomó una decisión definitiva, motivada por la desesperación, el agotamiento y el abandono institucional.

René Favaloro tenía 77 años. Pese a su edad, seguía trabajando incansablemente en su gran proyecto: la Fundación Favaloro, una institución médico-científica dedicada a la atención, investigación y formación médica con excelencia y sentido social. Pero la fundación atravesaba una crisis financiera terminal. Favaloro había pedido ayuda al Estado, a empresarios, a dirigentes, pero no había recibido respuestas concretas.

“Estoy cansado de golpear puertas sin obtener respuesta. Estoy viejo y cansado”, escribió en una de las siete cartas que dejó antes de quitarse la vida. Las misivas estaban dirigidas a familiares, amigos y autoridades. En ellas, no solo explicaba su decisión, sino que también denunciaba con claridad las deudas que el Estado y diversas obras sociales mantenían con su fundación, que ascendían a más de 18 millones de pesos/dólares.

Un almuerzo común y una decisión trágica
Ese sábado, Favaloro había almorzado con su hermano Juan José. Nada indicaba lo que haría más tarde. En su departamento de la calle Arenales, escribió las cartas y se encerró en el baño. Su cuerpo fue encontrado horas más tarde por su empleada doméstica. La noticia se difundió con rapidez y provocó un luto generalizado.

El dolor por su muerte no tardó en transformarse en bronca y reflexión. ¿Cómo podía ser que uno de los médicos más prestigiosos del mundo hubiera sido empujado al suicidio por la indiferencia de un sistema que él mismo intentaba mejorar?

René Favaloro, un médico brillante
Favaloro no era solo un médico, fue también un educador, un filósofo del humanismo, un hombre comprometido con el país. Nació en La Plata en 1923 y se formó como médico en la Universidad Nacional de La Plata. En la década del ’60, se perfeccionó en Estados Unidos, donde desarrolló la técnica del bypass, una operación que salvó y sigue salvando millones de vidas en todo el mundo.

En 1967, el doctor realizó la primera operación de bypass aortocoronario con vena safena, una técnica revolucionaria que cambió para siempre el tratamiento de la enfermedad coronaria. El procedimiento consiste en tomar un fragmento de vena (generalmente la safena de la pierna) y usarlo para desviar el flujo sanguíneo alrededor de una arteria coronaria obstruida.

Este avance salvó millones de vidas desde entonces y se convirtió en una práctica estándar en cirugía cardiovascular.

En 1992 fundó la institución que llevaría su nombre. Y con la misma pasión con la que operaba, se dedicó a gestionar una organización sin fines de lucro, basada en la excelencia médica, la formación de profesionales y el acceso igualitario a la atención. Sin embargo, su lucha se fue tornando cada vez más cuesta arriba. El sistema sanitario argentino, marcado por la burocracia, la desidia estatal y los negocios privados, nunca terminó de respaldarlo.

A casi 25 años de su muerte, su legado sigue vigente, pero su final trágico sigue doliendo. Su historia es también una advertencia: incluso los héroes necesitan que los escuchen. Incluso los corazones más fuertes pueden romperse ante la indiferencia.

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