“Te cuento que falleció mi abuelo, quien dedicó gran parte de su vida a contar su historia y legado. Si su muerte sirve para reflotar su historia, bienvenido sea”, contó a su círculo íntimo Tommy, el nieto de Francisco (Feiwel) Wichter quien falleció el pasado 26 de febrero en su casa de Buenos Aires siendo el último sobreviviente de la lista del empresario Oskar Schindler (1908-1974).
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“Te cuento que falleció mi abuelo, quien dedicó gran parte de su vida a contar su historia y legado. Si su muerte sirve para reflotar su historia, bienvenido sea”, contó a su círculo íntimo Tommy, el nieto de Francisco (Feiwel) Wichter quien falleció el pasado 26 de febrero en su casa de Buenos Aires siendo el último sobreviviente de la lista del empresario Oskar Schindler (1908-1974).
Wichter nació el 25 de julio de 1926, en Polonia y durante una persecución judía por parte de los nazis comandado por Adolf Hitler, el aquel entonces joven vagó por meses entre los bosques y selvas hasta que finalmente se entregó a los alemanes.
Estuvo por varios campos de concentración hasta que el destino lo llevó a integrar la lista de Oskar Schindler convirtiéndose en el obrero número 371 para trabajar en su fábrica de municiones en Cracovia.
Al finalizar la guerra, el polaco de 19 años logró salir junto a su mujer, Hindia, quien también sobrevivió al Holocausto. Aunque su padre y sus cinco hermanos no tuvieron la misma suerte, la pareja, solos en el mundo, emigraron hasta Argentina en 1947.
Aquí Wichter se desempeñó como relojero y formó una familia de dos hijos, seis nietos y ochos bisnietos y desde que llegó a nuestro país hasta 1993, nunca habló de su espeluznante y traumática experiencia hasta que salió a las pantallas gigantes la galardonada película “La Lista de Schindler”.
Gracias al filme, el sobreviviente decidió contar y recordar las horribles experiencias en su libro al que tituló “Undécimo mandamiento” lanzado en 1998 (libro que en 2018 se presentó en el Senado como proyecto para ser reconocido como una obra de interés).
Su nieto Tommy de 37 años (quien se desempeña como periodista deportivo) fue quien más se involucró en la historia de su abuelo escribiendo notas sobre el tema y viajando junto a él a Polonia para acompañarlo en los actos a los que era invitado.
El último aliento de los sobrevivientes de aquel evento histórico y catastrófico descansa en paz en el Cementerio Israelita de La Tablada. Francisco se convirtió en pionero de aquellas víctimas contando en carne propia lo que sucedió en ese entonces viviendo 80 años más.