Nora Ruiz, Marcela Navas
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Nora Ruiz, Marcela Navas
Todo es tristeza en la ciudad deFraile Pintado, desde anoche una multitud rinde homenaje en las exequias de Tamara Soledad Fierro, la joven madre de 29 años que fue asesinada, desmembrada y calcinada el fin de semana pasado y por el hecho dos personas fueron acusadas por el fiscal que entiende la causa.
Pero todo comenzó ayer a lamañana, cuando Sonia Figueroa,madre de Tamara, arribó a la morgue del Centro Judicial San Pedro. Poco antes de las 16, y con el corazón atravesado por el dolor,la madre recibió los restos de su hija, los que fueron colocados el vehículo que los llevó hasta el crematorio de la provincia de Salta.
El velatorio se llevó a cabo desde anoche en las instalaciones del club Defensores de Fraile Pintado y de acuerdo a lo expresado por la madre, esperaron el tiempo necesario para que todos puedan despedirse de Tamara.
Con una mezcla de dolor y de una gran serenidad en el alma, Sonia Figueroa dialogó con nuestro diario. Habló de la dolorosa y traumática experiencia que le toca vivir ante el atroz crimen de su hija Tamara.
Más allá de cuestionar su creencia, la madre se aferró fuertemente a Dios, a quien le pidió fuerzas para ir superando las difíciles etapas de este proceso. Abrió la nota con un sentido agradecimiento a todos los que la acompañan y le dan fuerzas para mantenerse de pie y seguir firme en esta lucha pidiendo justicia por su hija, asegurando que no descansará hasta que todos los que fueron parte de este salvaje hecho paguen por su delito.Pidió también que todos los que han pasado por un doloroso momento como el que ella vive en este momento, no bajen los brazos.“¿Qué sigue? Sigue todo, porque esto recién empieza”, dijo Sonia Figueroa, “recién tuvimos la primera audiencia de este caso.Sigue la búsqueda de pruebas porque faltan muchas cosas. Siguen las marchas, la lucha, el pedido de justicia. Hoy tengo ante mis dos caminos, uno es encargarme de pedir justicia por la muerte de mi hija, para que hasta el último que la haya tocado que pague”.
Mostrando gran resiliencia, se refirió a las personas que atacaron salvajemente a su hija: “Si bien tengo mucha pena por esta gente, porque dejaron sus familias, dejaron sus sueños, todo lo que ellos tenían como personas por un momento no sé si de locura, no sé qué les pasó por la cabeza, pero más allá de lo que yo pueda sentir, esa fue su decisión. Ellos se condenaron solos y ahora tendrán que sufrir las consecuencias. Aunque yo sienta pena, necesito respuestas, porque ellos están ahí por su propia decisión. Éste es el camino fuerte, necesito que todas las personas que hayan participado de esta atrocidad, de esta salvajada que hicieron con mi hija lo paguen”, dijo la madre de Tamara Soledad Fierro.
Con los ojos al punto de las lágrimas, explicó que en el otro camino que tiene que transitar se siente vulnerable, porque allí está su nieta, una pequeña de tres años que se quedó sin su mamá, están sus hijas, su familia, “está el de extrañar todos los días a mi hija, el no poder escucharla, el tener que restringir muchas cosas con mi nieta para que no me pregunte. Ayer me miraba y me decía por qué estaba triste, que me pasaba. Al borde de las lágrimas tuve que distraerla para que no siga preguntando, eso me duele, me hace caer, pero voy a sacar fuerzas de donde pueda para que todo esto termine y pueda dedicarme a
ella, para que pueda sacarla a la plaza y verla reír. Tengo que prepararme para cuando me toque contarle, cuando ella quiera saber de su mamá, para sentarme con ella a hablar y explicarle toda esta situación.
La verdad esto me atormenta, porque no quisiera verla llorar nunca, ni siquiera por esto. Le pido a Dios que no quede ningún recuerdo que a ella la entristezca y le borre su sonrisa. Es una niña que a los tres años que‑dó sin la parte más importante que era su mamá”, prosiguió.
Una verdadera multitud acompañó a la mujer y a los familiares de Tamara Fierro, todo un pueblo se movilizó y va a seguir haciéndolo pidiendo justicia. “Queremos darle tiempo para que llegue toda la gente, porque mucha gente dijo que llegaría, voy a darle el tiempo necesario para que se despidan”, dijo la mujer antes que empiece el velatorio. “Muchas gracias de corazón a quienes estuvieron y están en todo momento, conteniéndome y a mi familia. Muchas gracias a mi pueblo, la verdad que sin la presencia de mi pueblo de Fraile Pintado y de la gente que se llegó a la marcha, no hubiese tenido la fortaleza que necesitaba. Mi pueblo con su tristeza, con su grito de justicia, con su abrazo me llenaron de energía; fueron los que me dieron todo lo que estoy siendo ahora, sin ellos no se qué hubiera sido. Gracias por el apoyo, hacia mí, hacia mis hijas. No estoy ensañada con la gente que le hizo tanto mal a mi hija, sólo estoy pidiendo justicia para que esto no vuelva a pasar. Quizás un día pueda mostrar mi dolor, hoy tengo que ser fuerte. Gracias a los medios, ustedes son parte importante para que esto se sepa, para que llegue a distintas partes del país, y la gente vea y pueda ser solidaria con su apoyo, muchas gracias a todos”, finalizó